La edición 39 del Festival Internacional Jazz Plaza de Cuba, que se realizará del 21 al 28 de enero, recibirá a cientos de artistas internacionales, entre ellos 92 de EE.UU., informaron este martes 9 de enero sus organizadores.
Desde la década de 1850, cuando la música cubana comienza a consolidarse, las interrelaciones entre ambos países eran asombrosas. Los estadounidenses se integraron en todos los niveles de la economía cubana. Eran propietarios y operaban las haciendas azucareras, plantaciones de café, el tabaco y los ranchos ganaderos. También se integran en la ciencia y la técnica.
Pero, es en la Guerra hispano-cubano-estadounidense en la que aprovechan ese acontecimiento bélico, que duro desde 1898 hasta 1902. Cuba intercambia con los Estadios Unidos músicos profesionales y aficionados de una y otra parte. Participaron batallones de soldados afroamericanos, algunos de los cuales permanecieron en el país y llegaron a vivir de la música, aunque fuera como segundo oficio.
De esa manera comienza a implantarse esa música moderna y rara. En Cuba, preferentemente en La Habana las orquestas de jazz venían a llenar una demanda creciente de ciudadanos estadounidenses residentes en la Isla, del naciente turismo y de una burguesía animada por la moda y el snob de lo de afuera.
En ello colaboran los clubs de la burguesía, la penetración musical llega fervorosamente; al extremo que, “Las quejas eran continuas y ardorosas” –sobre todo en la capital- y ya en 1916 los ritmos extranjeros monopolizan los reinados de los salones Euterpe y Terpsícore, proliferando los sitios donde se relegaba a un segundo plano el danzón, que mantenía su vigencia solamente en sociedades como El Pilar y el Liceo de Jesús del Monte.
Era la moda “chic” el dedicarse a lo foráneo, despreciando lo nuestro, que era lo mejor. “Y así, en todas partes abundaban nuevos tipos o modelos de orquestas (jazz band), que interpretaban one step, el two step, el fox-trot, el blues, el charleston, el jazz en general. Inclusive llevaban nombres extranjeros, tocando música extranjera y desplazando nuestros ritmos orquestales y nuestra música vernácula como sucede en Cuba”. (Osvaldo Castillo Faílde)
En 1917 se hacen las primeras grabaciones de jazz, en Cuba poco a poco se fueron difundiendo, así encontramos a las orquestas de Guy Lombardo, Ted Lewis, Rudy Vallee, Abe Lyman, Hal Kemp, Jan Garber, Ted Weem, Paul Tremaine, Vicent López, Paul Whiteman. Música de jazz edulcorado.
En la década de 1920 comenzaron a llegar a Cuba las orquestas de jazz, como ya hemos visto, se sabe que en esa etapa se conocen jazz band en casi todas las provincias del país (las provincias eran seis en aquel entonces). De cualquier manera, existe poca información acerca de las primeras bandas profesionales de jazz en Cuba.
Afortunadamente a partir de la década de 1930 el son se enfrenta -unido al danzón- a la música foránea. Se introducen instrumentos de la percusión cubana, los turistas exigen el exotismo criollo del Caribe: La conga, la rumba, los sones irreverentes con sus montunos y sus instrumentos sorprendentes: Güiro, maracas, claves, bongó y tumbadoras. Fueron como muros de contención ante la avalancha de la música foránea.
Desde entonces, amistosamente, ambas músicas se respetan, se funden, especialmente en las células africanas, ahí está el toque mágico de la música cubana.
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