“El legado histórico cubano, condicionante previa a la hora de pensar y de actuar”


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En el marco de las actividades con motivo del Aniversario 70 de la Fundación de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU) y, en especial, en relación con el proceso de diálogo con vista a la normalización de las relaciones Cuba-Estados Unidos y su incidencia en la Cultura de la Isla, el prestigioso investigador e historiador doctor Jesús Guanche Pérez, brindó sus opiniones al Periódico digital Cubarte.

“El cambio de táctica y estrategia por parte de Estados Unidos hacia Cuba está sumamente claro y es algo que no resulta nada nuevo para nosotros. Por la parte estadounidense existen varios focos de interés. Uno clave, son los trabajadores por cuenta propia como potencialidad de subversión; otro, la juventud, que perciben como un cambio de mentalidad no hacia la Revolución, sino hacia las posibles novedades tecnológicas que podrían derivarse.

Sin embargo, existe un elemento que Estados Unidos desconoce y éste lo hallamos en la acumulada capacidad de resistencia y en el altísimo sentido de pertenencia cultural que tiene el pueblo cubano. Este es un tema que está presente, vivo.

Asimismo, el hecho de que muchos grupos culturales estimen darle cada vez más vida a sus diferentes legados –no sólo el reconocimiento al importantísimo legado aborigen, sino también a los legados hispánico y africano además de todos los casos ligados al tema emigraciones como es el caso de los chinos–, consolida y enriquece la Cubanía. Y esto se manifiesta a partir de que nuestra inmensa población es Cubana –asunto profundamente estudiado por el Censo de Población–; quizás no haya crecido como quisiéramos comparada con el resto del Caribe, pues pudiéramos ser más de veinte millones de habitantes que no somos realmente debido a múltiples razones de carácter socio-demográfico, al existir una tendencia fuerte al envejecimiento.

En el caso de la juventud este tema no sólo se decide en la escuela, sino en lo fundamental en el hogar, con la familia. Si la familia es fuerte y es capaz de transmitir valores de continuidad cultural, como cuestión clave, la capacidad de resistencia se mantendrá.

Por otra parte, desde otras latitudes a veces se piensa que somos seres indefensos, permanentemente a la defensiva, mas en la práctica se sabe que no lo somos, y es que el problema esencial no radica en pasar a la defensiva, sino en dar a conocer nuestras peculiaridades culturales, sin desdeñar aquellas que pudiesen venir desde otras partes del mundo. Todo radica en el sentido de dignidad personal y colectiva que tenemos.

En Estados Unidos existen muchas gentes buenas, al igual que otras perversas. De modo que cuando alguien de allá nos visita hay que tener, entonces, la suficiente capacidad electiva para saber y analizar quiénes vienen con buenas intenciones y quiénes nos visitan con un pensamiento que resulta todo lo contrario; tratando de indagar con otras intenciones y con las pretensiones de extrapolar sus problemas a los nuestros. En el caso de los primeros, hay que citar como ejemplo al inolvidable reverendo Lucius Walker como luchador durante tantos años contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por cada una de las Administraciones de Estados Unidos contra Cuba.

En el caso de los segundos, te pongo otro ejemplo: La Comisión Aponte, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) ocupada en los temas de racismo y discriminación en la Isla, es constantemente visitada por estudiosos, investigadores y representantes estadounidenses de distintos pensamientos y con diversas pretensiones. Todo esto puede tener muchas lecturas: ¿Cómo se comporta la problemática de diálogo-relaciones en Cuba? ¿Cómo puede influir su modelo, bien caracterizado en fecha reciente por Jimmy Carter?…

Tenemos entonces que observar, pensar y profundizar en nuestros problemas a partir de nuestras realidades y peculiaridades y, por supuesto y en lo fundamental, a partir de un legado histórico como elemento o condicionante previa a la hora de pensar y de actuar.

En mi caso, para nada tengo miedo u ojeriza alguna a la existencia de un diálogo o encuentro con representantes de Estados Unidos. Por ende, no podemos ser renuentes al diálogo. El diálogo es también algo útil y esencial como forma de aprendizaje y de influencia y, ante todo, debemos respetarnos mutuamente”.

 


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