El mejor bolerista a nivel internacional, se atrevería a destacar quien escribe estas líneas. Habanero por los cuatro costados, nació el diez de enero de 1921 hasta llegar a hacerse cantante del Septeto Nacional, la Charanga de Cheo Belén Puig y la Orquesta Cosmopolita. En 1944 viaja a México, donde comienzan sus primeras grabaciones con la reconocida disquera Perles, y dos años después a New York, donde labora por el desarrollo de la disquera norteamericana Seeco. En esa ciudad Vicentico trabajó con las importantes orquestas puertorriqueñas de Noro Morales y el célebre pailero Tito Puentes. Otro género al que dedicó mucho tiempo en su vida, además del bolero fue al mambo.
Honor a quien honor merece, en 1953 grabó en La Habana con la Sonora Matancera, y al año siguiente ya tenía su propia orquesta. A partir de entonces se mantendría en la preferencia del público, sobre todo latinoamericano. Murió en New York el 26 de junio de 1995.
Al formar parte de una familia de notables músicos, como sus hermanos Marcelino Valdés y Oscar Valdés, percusionistas, y el también gran cantante Alfredito Valdés. Este contexto familiar influyó claramente en él, y participa posteriormente como cantante en dos de las principales agrupaciones de la música cubana: el Septeto Nacional y la Charanga de Cheo Belén Puig, interpretando en ellas sones, guarachas y danzones, aunque incursionó en otros formatos como fue el caso de la Orquesta Cosmopolita, una jazz band.
En 1944 viaja a México donde canta con varias orquestas y comienzan sus primeras grabaciones con la firma Peerless. Fueron decenas de piezas, casi todas de música movida, como guarachas y sones y es curioso pues aún en esta etapa no se había decidido a cantar boleros a plenitud, sino que los incluía de manera fortuita a su repertorio.
Según biógrafos: “Años más tarde viaja a New York, donde se desarrolló una proporción importante de la música cubana y allí labora para la importante disquera norteamericana Seeco, de la que fue productor. En esa ciudad es de destacar la presencia de una gran población puertorriqueña, fervorosa y ávida consumidora de nuestra música, lo cual hizo posible la gestación de una explosión musical en la que participaban tanto músicos y orquestas boricuas y cubanas”..
En la Sonora Matancera
Vicentico trabajaría en New York con dos de las más importantes orquestas puertorriqueñas, la de Noro Morales (1947) y la del célebre pailero Tito Puente (1949). A comienzos de los 50, realizó varias grabaciones con ellos, en las que ya los boleros en su repertorio tenían mayor presencia; también versiones de canciones de otros países, como la bellísima "La vie en rose" –reconocida internacionalmente por su interpretación en la voz de Edith Piaff--,: una costumbre que mantendrá a lo largo de su vasta carrera, en la que grabaría cerca de 50 discos. Otro género al que dedicó mucho espacio fue al mambo, que triunfaba por esos años, sobre todo en el continente gracias a otro cubano célebre, el matancero Dámaso Pérez Prado, quien ya causaba estragos sobre todo en México y La Habana.
En 1953 grabó en La Habana con la Sonora Matancera y, al año siguiente, ya tenía su propia orquesta en New York. A partir de entonces se mantendrá en la preferencia del público, sobre todo latinoamericano, hasta fines de los 80. En Cuba mantuvo un programa diario de media hora en la emisora COCO, aunque era reclamado por los oyentes en otras emisoras capitalinas e, incluso provinciales.
Repertorio musical
Ya en 1958 incorpora a su repertorio tres boleros de una autora entonces desconocida para el gran público y de sólo 24 años:
- En la imaginación
- Deja que siga sola
- Tú dominas
“Soy mucho más afortunado que muchos de los cantantes que empiezan ahora. Puedo defender todo el tiempo lo que creo que es correcto musicalmente. No tengo que hacer concesiones porque la gente me acepta como soy. Pero si fuera a empezar hoy y tuviera que hacer todas las cosas que he venido haciendo hasta ahora, sería mucho más difícil.
“Sabemos que la calidad en general es más baja y de esa forma el estímulo de muchos compositores y cantantes se ha muerto”, expresó en una ocasión en una conferencia de prensa.
Según biógrafos, este excepcional cantante cuyo estilo particular marcó pauta, también difundió a los mejores compositores latinoamericanos de boleros, en especial a los cubanos, de los que fue un valioso promotor internacional como bien han referido no pocos de ellos.
“Grabó numerosos álbumes a lo largo de su exitosa vida profesional y mereció muchísimos premios por la venta de sus gustadas grabaciones, particularmente en el mundo latino. Entre ellos varios Discos de Oro por algunas como:
- "Añorado encuentro"
- "Envidia"
- "Los aretes de la luna", reunidas en álbumes como: Lo mejor de Vicentico Valdés, Clásicos de Vicentico Valdés con la Orquesta de Bobby Valentín y Canciones premiadas de Vicentico Valdés.
“Vicentico cantó diversas canciones de algunos de los mejores compositores del feeling, entre éstos los renombrados autores cubanos Giraldo Piloto y Alberto Vera, Marta Valdés, René Touzet, Armando Peñalver, Luis Yáñez, Jorge Zamora, José Antonio Méndez, Ángel Díaz y otros. Uno de esos valiosos números le valdría en 1958 un Disco de Oro, cuya réplica llevara desde entonces colgada al cuello. El éxito fue”Añorado encuentro”, del binomio Piloto y Vera que nadie, ni siquiera después”,
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