El 28 de abril de 1913 quedó inaugurado el Museo Nacional; dando cumplimiento al Decreto Presidencial No. 184 de José Miguel Gómez, emitido el 23 de febrero de ese mismo año. Fue este un momento notable en la vida cultural de nuestra nación; pues, desde su fundación y hasta el presente, la institución ha honrado su cometido de coleccionar, conservar, estudiar, exponer y promover el patrimonio local y foráneo.

Los antecedentes, así como la historia de la centenaria institución han sido ampliamente estudiados y divulgadosen un importante número de publicaciones, en las que se explican los contratiempos enfrentados por el arquitecto Emilio Heredia Mora –investido como Individuo de Número–; quien desde el 1910 había propuesto la creación del Museo Nacional, y fue designado como Comisionado con carácter honorífico para la recolección de exponentes museales para tal fin. Con profusión, también se ha escrito sobre los más de cuarenta años en que Antonio RodríguezMorey se desempeñó como Conservador del Museo. Con él se sentaron las bases del trabajo técnico-organizativo, a pesar de los avatares vividos en busca de una sede definitiva. No obstante, se perciben los esfuerzos en aras de alimentar la colección. Ante las dificultades económicas, predominaron las donaciones y depósitos como conceptos de entrada de las obras.

En 1951, bajo el gobierno de Carlos Prío Socarrás, se inició la construcción del Palacio de Bellas Artes, que fueinaugurado con el gobierno de Fulgencio Batista en 1954.Según la autorizada curadora, ensayista e investigadora,Corina Matamoros: 

En el contexto de la inauguración de Bellas Artes, el INC [Instituto Nacional de Cultura] se dio a la tarea de reunir obras que habían sido adquiridas por precedentes administraciones del Ministerio de Educación, premiadas en los Salones Nacionales desde 1935 y que habían estado diseminadas en diversas oficinas estatales. Con estas y algunas compras, el INC logra organizar un muestrario de piezas validadas, en un conjunto denominado Sala permanente de artes plásticas de Cuba, con nombres de auténticos creadores como Víctor Manuel, Gattorno, Carlos Enríquez, Abela, Ponce de León, Arche, Lam, Carreño, y otros.

Relevantes cambios ocurrieron en décadas posteriores, cuando se jerarquizó el incremento y actualización de la colección. Entre 1996 y el 2001, el Museo fue sometido a una remodelación capital. Como resultado, se inicia un capítulo distinguido de la historia expositiva del tesauro, cuando quedaron separadas las áreas de exposición en dos edificios: uno de ellos dedicados al arte cubano y el otro,al arte internacional. Cada espacio tuvo, a su vez, las salas de exposiciones transitorias. Con la remodelación, también se ampliaron las zonas destinadas al almacenamiento de las obras, en condiciones adecuadas.

El 18 de julio del 2001, después de intensas jornadas de traslado, despliegue y montaje en las galerías, tuvo lugar la reapertura, con la presencia de Fidel Castro Ruz. Desde entonces, el Museo ha re-orientado su trabajado, con un empeño imparable, en aras de dar a conocer sus fondos, a través de proyectos curatoriales de alto rigor conceptual. 

A sus 108 años de historia, la institución funciona amparada en la experticia y consagración de un calificado colectivo de trabajadores, organizados en varias subdirecciones y departamentos, que cubren, desde la custodia de las instalaciones y su tesauro, hasta la actividad económico-administrativa. De manera particular, destaca el quehacer de la Subdirección Técnica, a la cual se subordinan curadores, restauradores, conservadores, especialistas en montaje y de registros e inventarios. El Centro de Información “Antonio Rodríguez Morey”, por su parte, concentra un apreciable fondo bibliográfico y documental, de alto valor, que apoya y sostiene el cotidiano ejercicio investigativo de las disciplinas anteriormente mencionadas, al tiempo que tributa contenidos a los programas académicos de instituciones especializadas como la Universidad de La Habana, la Universidad de las Artes y el Colegio Universitario San Gerónimo, entre otras. Particularmente sensible y gratificante es el quehacer del Departamento Educativocon varias comunidades de diferentes grupos etarios. Además, el Teatro ha continuado su perfil, confirmando su prestigio como espacio de legitimación para artistas nacionales y extranjeros. 

Uno de los mayores logros del Museo Nacional de Bellas Artes en los últimos años ha sido la consolidación de un equipo de trabajo que ejecuta presupuestos editoriales,combinado con la promoción del fondo museístico, la presentación de libros y catálogos especializados, así como la realización de eventos de naturaleza diversa. Gracias al cuidado y buen diseño de este equipo multidisciplinario, se han perfilado políticas y prácticas de comunicación que han permitido visibilizar el quehacer de toda la institución. 

Defendiendo el principio de que las obras y las colecciones son la esencia de nuestra existencia, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) ha sostenido su estrategia de coleccionismo, mediante el trabajo de la Comisión de Adquisición. Por esa vía se han continuado ingresando al tesauro nuevos exponentes que cubren ciclos o etapas puntuales de la historia del arte cubano, internacional o del itinerario de un artista, sin descuidar el papel de las últimas generaciones graduadas en nuestras escuelas de arte. 

Asimismo, es significativa la cartelera de exposiciones transitorias que ha estado siendo presentada por el MNBA, la cual oscila entre 18 y 20 proyectos anuales. En ellos se consideran sugerencias curatoriales provenientes de nuestros fondos o resultados de los vínculos de trabajo con otras instituciones nacionales o foráneas. También, la Bienal de La Habana con su evento teórico, así como la exposición del Premio Nacional de las Artes Plásticas, se sostienen como actividades de especial prominencia. 

El impacto de la Covid-19 llegó en el momento en que el MNBA acababa de ser elegido como El Museo del año por los representantes del Comité Internacional de los Museos en Cuba (ICOM). Para el otorgamiento de tan honrosa distinción, se tuvo en consideración la manera en que el museo cumple de forma sistemática con las funciones que le han sido atribuidas por esa organización de carácterinternacional, con sede en París. Peso esencial adquirió la manera en que el equipo de dirección ha priorizado el continuo mantenimiento y reparación de las edificaciones y, en particular, la compleja remodelación y acondicionamiento de los almacenes o bodegas en los que se preservan las obras. Este tema resume la gran responsabilidad que tenemos ante el patrimonio artístico del país. 

En medio de estas circunstancias adversas, cuidando las medidas epidemiológicas, en el 2020 fue posible desplegar la gran exposición En ningún lugar como en casa, del artista Alexis Leiva Machado (Kcho); se mantuvieron abiertas importantes exhibiciones de José Ángel Toirac y Marta María en el edificio de Arte Cubano. Mientras que en el edificio de Arte Universal se presentó la muestra por los 500 años de La Habana y, posteriormente, allí se desplegaron las obras adquiridas recientemente. Momento de especial regocijo fue la celebración del 90 cumpleaños de Alfredo Sosabravo, paradigma del arte en la Isla, quien inicio su fructífera carrera desde los finales de la década del cincuenta. 

Lejos de reducir la irradiación de nuestro constante quehacer en beneficio del patrimonio a cuenta de laCovid-19, el colectivo se ha consagrado en el empeño por diversificar nuestros estilos de comunicación. Las redes sociales y los medios de difusión masiva se han convertido en los mejores aliados y gracias a ello están viendo la luz un número apreciable de textos y resúmenes de investigaciones, útiles para cualquier tipo de receptor. El Centro de Información trabaja con esmero en la digitalización de sus fondos, no se han detenido los Talleres de Creación Infanto-juvenil y se han revelado memorables conciertos en el Teatro. El equipo técnico trabaja sin descanso, cuidando la restauración de las obras que lo requieren, vigilantes ante la conservación preventiva. 

En el 2021, la institución avanza en la organización de los proyectos curatoriales diseñados para el presente y para años venideros; evalúa cómo enfrentaremos las nuevas adquisiciones, re-pensamos nuestra participación en la Bienal de La Habana. El MNBA continúa apoyando el quehacer de otras instituciones vinculadas al trabajo cultural, como sucedió con la exposición En el centro de abril, un buen ejemplo de la sinergia que puede establecerse en el entorno cultural, al tiempo que cuida de los proyectos internacionales; se mantiene atento a la superación de sus especialistas, en una dinámica querevela la labor de quienes asumen con orgullo y responsabilidad la protección de una parte de nuestra memoria. 

En el nuevo aniversario de su fundación, el MNBA se confirma como una institución de reconocido liderazgo en el contexto latinoamericano e internacional. La voluntad por cumplir con nuestros cometidos queda certificadadesde lo cotidiano, en la obra que con cuidado y placer, dibujamos cada día.