“Esto me pone ante un gran compromiso. ¿Ahora, cómo seguir? Esa es la pregunta que me voy a hacer todos los días cuando vaya a poner la cabeza en mi almohada. ¿Cómo seguir? ¿Cómo voy a hacer todo lo más lindo para este pueblo que, más que yo, se merece el Premio?”.
Así, lleno de interrogantes, nos recibe en su taller Eduardo Roca Salazar, Choco, recién conocida la noticia de haber obtenido el Premio Nacional de Artes Plásticas 2017. Reconocimiento que muchos piensan le había tardado en llegar, pero que él recibe humildemente, feliz, con esa sonrisa que abraza a todos; tan cubana, tan santiaguera.
Abunda asimismo la alegría en la enorme cantidad de amigos que con bondad y decencia ha ido cosechando. También entre los colegas y especialistas que advierten, además, su talento y constancia.
“Es un creador que ha trabajado el grabado en gran parte de su obra. La pintura, la escultura. Ha tenido también una proyección social a través de diferentes talleres que ha impartido. Ha sido profesor de nuestras Escuelas de Arte.
Y dentro de su obra se ha mezclado una suerte de convivencia con la realidad del ser humano, con temas sociales. Ha experimentado con las diferentes técnicas del grabado, en un intercambio con las jóvenes generaciones que ha enriquecido su trabajo”.
Expresó a El Periódico Cubarte la historiadora del arte y curadora Margarita González Lorente, Secretaria del Jurado que otorgó este año el Premio Nacional de Artes Plásticas, el cual estuvo integrado por un numeroso grupo de relevantes creadores y especialistas, entre ellos el investigador y crítico de arte Rafael Acosta de Arriba:
“Choco es un gran pintor, un gran grabador. Tiene una temática sobre el tema racial muy importante porque, de alguna manera, enfatiza las cuestiones étnicas de la composición de la identidad cubana. Es un gran creador de texturas, de imágenes. Creo que la plástica cubana perfectamente puede estar representada por Choco”.
En diciembre será la entrega oficial del Premio. Hasta entonces y mucho después, incontables apretones de mano y muestras de cariño habrá de recibir este artista de popularidad inusual dentro de los de su gremio.
“Esas son las cosas que me hacen un privilegiado, que la gente me dice cosas lindas en la calle. Parece que me lo merezco. Parece que ya también me merecía el Premio”, nos dice conmovido. Y luego viene esa limpia sonrisa, amplia como un abrazo en el que cabemos todos.
Publicado: 3 de noviembre de 2017.
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