El taller Experimental de Grafica de La Habana y los grabadores de Santiago de Cuba.

Margarita González Lorente. Curadora. Museo Nacional de Bellas Artes.

Llevar mucho tiempo en un lugar, medio o disciplina, tiene sus ventajas. Hoy me acerco  a la obra gráfica de Miguel Ángel Lobaina, artista santiaguero, que se ha mantenido por siempre en su ciudad, a través de la muestra Estampida, en el Taller Experimental de Gráfica de La Habana. Recordamos la obra de Lobaina desde su participación en los Salones Provinciales de Artes Plásticas, los Encuentros Nacionales de Grabado, Salones Nacionales de la UNEAC y en los Salones de Premiados, liderados por la antigua Dirección de Artes Plásticas y Diseño, y posteriormente por el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, donde casi siempre obtenía un reconocimiento.

De sólida formación académica, no solo por lo aprendido en las escuelas y universidades, sino además, por la cercanía y el impulso de sus maestros, el artista  domina perfectamente las técnicas del grabado, aunque con preferencia en la colografía. Interesante conocer que también es graduado de escultura, y detrás de cada escultor hay un buen dibujante, y detrás de cada buen dibujante…..un buen grabador.

Su obra gráfica se reconoce de inmediato, ya sea en cualquier formato: la combinación de  los colores, los recuadros en las piezas, los elementos de la arquitectura y la ubicación espacial de los recursos  que utiliza. Figuración, abstracción, expresionismo, se conjugan en la obra de Lobaina, para darnos un mundo mágico, su mundo, con una experimentación extraordinaria que hace cambiar los límites de sus obras,  recortar los extremos, salirse fuera de los marcos, dejar espacios en blancos como fondos sin grabar. Los colores, los que ha usado siempre, los rojos, negros y verdes, ya han creado su imaginario, los ha hechos suyos y lo acompañan por estos caminos del arte, de donde nunca ha salido, ni saldrá.

Unido a esta exhibición personal, en el propio Taller, se pudo disfrutar de La expresión de lo inusual, exposición colectiva de los grabadores del taller Cultural Luis Díaz Oduardo de Santiago de Cuba. Un gran grupo de grabadores participaron, con obras en diversas técnicas. Interesante conocer que este Taller fue creado en 1976, el mismo año que se crea el Ministerio de Cultura. Ese Taller fue y es punto de encuentro y reunión de grabadores donde de se experimenta, se comparte y se comunica. Es como un laboratorio artístico, de creación y conocimiento.

Desde artistas consagrados como Eduardo Roca, Choco, otro de nuestros Premios Nacionales de Artes Plásticas, hasta los más jóvenes, la exposición nos muestra un abanico de posibilidades temáticas y técnicas. Israel Tamayo, quien fuera por muchos años director del taller Díaz Oduardo, y siempre artista, nos presenta unas piezas con una técnica novedosa, tal vez poco conocida: el litopoliester, que le permite incorporar la impresión digital. También sobresalen los trabajos de Ricardo Silveira, Jorge Knight, Carlos René Aguilera, Julio César Carmenate, actual director del taller Cultural, y las jóvenes generaciones, pero que ya han marcado pautas en el quehacer cultural del país, como Vivian Lozano, Denian Cepero y Joaquín Bolívar. Todos confrontando arte, experiencias, vivencias, con una fuente común: la vida, de donde surgen los grandes temas, para grandes artistas.

La muestra contó con las palabras de Lesbia Vent Dumois, Premio Nacional de Artes Plásticas, en su apertura, junto a Yamilis Brito, artista y Directora del Taller. Estas exhibiciones se inscriben en la celebración  de los 61 años de creación del Taller Experimental de  Gráfica de La Habana, los 45 años del Comité Provincial de la UNEAC en Santiago de Cuba y los 28 años  de la fundación del sistema Caguayo. Agradecer las palabras a los catálogos de la Dr. C. Diana María Cruz Hernández, del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, palabras aportadoras  y reflexivas, en torno al grabado y sus artistas en esta importante ciudad. El Taller del callejón del Chorro, nuestro Taller, como se conoce también, ha desarrollado una excelente labor, durante este año. Es también un laboratorio artístico, donde confluyen artistas, estudiantes, visitantes, donde uno se siente como en su casa, con los artistas de siempre, los que están y los que no están, que nunca se han ido.