En el marco de esta Feria Internacional del Libro, casi finalizando, el país invitado, México, nos invita una vez más  a hacer partícipes de su enorme acervo cultural. Esta vez, el arte teatral fue la escogida para ello. Con una de las obras de la reconocida escritora mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, se hizo gala de las primeras manifestaciones teatrales del pueblo mexicano.

El auto sacramental El Divino Narciso, fue usado, como muchos otros, para la evangelización del pueblo indígena durante la época de la conquista de la corona española. De manera indirecta se hacía uso de la religión cristiana, en combinación con la mitología clásica con el fin de comunicar ideas teológicas y filosóficas del cristianismo.

Fotos de la autora

El Divino Narciso es una obra en un solo acto que narra el momento del sacrificio de Cristo a través de personajes alegóricos como Narciso, Eco, y entidades como Soberbia y Amor Propio. En esta ocasión la Compañía teatral mexicana La rendija, presenta una versión de Raquel Araujo.

La puesta en escena es representada como un juego áureo mediante un viaje sensorial en el que los espectadores decidirán si quieren ir al cielo o al infierno, a la gracia o a Babel. Con ello se busca recordar que, en su esencia,  el teatro es un juego sagrado. Menciona la compañía en su poster promocional.

La loa que antecede a la obra , supone una crítica a la religión y a sus metodos de imposición en el continente, además de  las acciones que en nombre de Dios se hicieron.

Con abundante uso de la metáfora, y palabras del castellano antiguo, además de algunas lenguas indígenas del pueblo mexicano, introducen la obra, y la explican como signo de total obediencia para los pueblos precolombinos.

Los personajes son alegorías, la Naturaleza Humana, interpretada por Itzel Rique, la Gracia, interpretado por tres actrices, Aida Segura, Sasil Sánchez e Indra Ortaz. El personaje de Occidente y  Narciso fueron representado por Catenca Ángeles; la religión católica y Eco fueron representados por la actriz Nara Pech.

 La música, música barroca del siglo XVII, con combinaciones de música del medioevo. La misma estaba representada por dos tipos de cantos, uno monodico, acompañado de un clavicémbalo y guitarra, duplicando ambos la melodía de la voz en el mismo registro, y el chelo haciendo un bajo continuo. El otro canto, uno con melodías y ritmos típicos de la música tradicional mexicana.