A inundar las redes con poemas de amor a la Patria y a la vida convocan los escritores matanceros en ocasión de celebrarse el Día del Poeta este 3 de marzo, fecha del natalicio de Bonifacio Byrne Puñales, figura cimera de la lírica en Cuba a finales del siglo 19 e inicios del 20.
La creación de esta efeméride fue sugerida por la doctora y periodista yumurina Delia Carrera Torres, por lo que a partir de 1944 se inició este reconocimiento a poetas fallecidos. Dicen que, el doctor Américo Alvarado Sicilia anunció que Bonifacio Byrne era el primero en la Isla, decisión que se materializó en la velada de apertura en los salones del Ateneo de Matanzas.
Este significativo escritor, natural del barrio de Pueblo Nuevo, en la ya nombrada Atenas de Cuba, publicó en 1893 el poemario Excéntricas, que alcanzó elogios de Julián del Casal, quien le llamó por ese volumen “el primero de los poetas de su generación”.
Impactado por los acontecimientos del 24 de febrero de 1895 y la ejecución del patriota Domingo Mujica escribió un acusador poema que causó la ira del gobernador militar español, por lo cual tuvo que partir en 1896, hacia Estados Unidos. Su esposa e hijos le seguirían más tarde.
En el exilio practicó varios oficios desde obrero hasta lector de tabaquería. Colaboró en el Periódico Patria, "El Porvenir" y en "El Expedicionario". Reunió sus poemas patrióticos en el volumen “Efigies”, publicado en 1897. Las ganancias de su publicación las donó a la causa independentista.
Sufrió penurias, estuvo desempleado, perdió a uno de sus hijos. Y cuando cesó la dominación española regresó a la isla. Al llegar y ver la bandera cubana junto a la de Estados Unidos, surgió su antológico y vibrante poema Mi bandera, editado en el libro “Lira y espada”.
Fue miembro fundador del grupo Índice en 1935 y socio correspondiente de la Academia Nacional de Artes y Letras. Dejó en preparación la colección de poemas “Voces del alma”.
Nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en marzo de 1997 reafirmó la importancia de continuar celebrando este Día, donde se exalta a la poesía y al amor, unidos desde tiempos inmemoriales, a los más puros sentimientos de la humanidad.
Mi bandera
Al volver de distante ribera,
con el alma enlutada, y sombría
afanoso busqué mi bandera
¡y otra he visto además de la mía!
¿Dónde está mi bandera cubana,
la bandera más bella que existe?
¡Desde el buque la vi esta mañana,
y no he visto una cosa más triste!...
Con la fe de las almas austeras
hoy sostengo con honda energía
que no deben flotar dos banderas
donde basta con una: ¡la mía!
En los campos que hoy son un osario
vio a los bravos batiéndose juntos,
y ella ha sido el honroso sudario
de los pobres guerreros difuntos.
Orgullosa lució en la pelea,
sin pueril y romántico alarde:
¡al cubano que en ella no crea
se le debe azotar por cobarde!
En el fondo de obscuras prisiones
no escuchó ni la queja más leve,
y sus huellas en otras regiones
son letreros de luz en la nieve...
¿No la veis? Mi bandera es aquélla
que no ha sido jamás mercenaria,
y en la cual resplandece una estrella
con más luz, cuanto más solitaria.
Del destierro en el alma la traje
entre tantos recuerdos dispersos
y he sabido rendirle homenaje
al hacerla flotar en mis versos.
Aunque lánguida y triste tremola,
mi ambición es que el sol con su lumbre
la ilumine a ella sola —¡a ella sola! —
en el llano, en el mar y en la cumbre.
Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día...
¡nuestros muertos alzando los brazos
la sabrán defender todavía...
Bonifacio Byrne
1899
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