Del mar, protagonista de varias de sus series desde los años en que estudiaba en la Academia Provincial Eduardo Abela de San Antonio de los Baños, Luis Alberto Saldaña Soto (Güines, 1987) extrae ahora las piedras para hacerlas centro de la exposición que mantendrá abierta durante todo el presente mes de mayo en la galería Carmen Montilla, de La Habana Vieja.
Bajo el título de Piedra viva, el artista exhibe cerca de una decena de obras, en su mayoría de gran formato, en las que conceptualmente asume este elemento natural como algo omnipresente en nuestras vidas; en las cuales es a veces obstáculo físico o visual y, siempre para la humanidad, prueba fehaciente de los distintos períodos geológicos del planeta.
De las historias submarinas de su época de estudiante ha ido emergiendo en los últimos años el aún joven pintor, para enfocarse en el contexto cubano desde su insularidad. Preludio de esta exposición, lo fue De mares y retornos, inaugurada en el también capitalino Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate en enero de 2015.
Por otro lado, desde el punto de vista plástico, las piedras le ofrecen una infinita variedad de colores y texturas que él aprovecha desde un oficio ya más depurado, resultado del cual son esos lienzos cuyo realismo pueden en un primer momento remitir,a un ojo no avezado, a la fotografía que sirvió de base.
No obstante, según comentó a Cubarte, es su intensión mantener el sello de la pintura y, a pesar de que ya se advierte cierto desenfado en el tratamiento del paisaje, aún mantiene la impronta académica de la figuración.
Íntimamente ligado al mar por afición y tradición familiar, Saldaña Soto no nos adentra ahora en él, sino que nos coloca ante estas sobredimensionadas y hermosas piedras; quizás convertidas en símbolos de las dificultades que nos pueden salir al paso; pero también de la pétrea voluntad que tarde o temprano las derriba.
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