En la tarde de ayer quedó reinaugurada la sala Martínez Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba con la presencia de Abel E. Prieto Jiménez, ministro de Cultura y la actuación especial del Septeto Habanero.
El acto contó asimismo con la asistencia de Miguel Barnet, presidente de la UNEAC, y de un nutrido grupo de artistas e intelectuales que colmaron la remodelada sala que fue contexto además de la apertura de una muestra expositiva que vincula la poesía y la fotografía como tributo al Comandante Fidel Castro.
La música fue una importante protagonista de la ocasión pues fue presentado el primer número de la Revista de Música Cubana de la UNEAC en su tercera época, por su director Pedro de la Hoz, vicepresidente de la organización de artistas e intelectuales cubanos.
«Es un esfuerzo editorial de la Asociación de Músicos de nuestra Unión para dar a conocer el pensamiento y la cultura musical cubana», explicó de la Hoz y añadió que este primer número constituye un homenaje a varias figuras esenciales de la música cubana como ese paradigma que es Juan Formell; algunos «que deberían ser más conocidos entre nosotros», dijo, como Hubert de Blanck y Aurora Lincheta.
Comentó que esta entrega también dedica espacio a la actualidad sonora de la Isla y que es un propósito de los editores que en cada número «aparezcan los propios creadores reflexionando sobre sus experiencias»; destacó en esta línea los trabajos de los maestros Demetrio Muñiz y Roberto Valera.
Explicó igualmente que la publicación, que tendrá carácter semestral, cuenta con un consejo asesor conformado por eminentes músicos como Guido López Gavilán, Joaquín Borges Trina, Juan Piñera, Marta Campos, Alicia Valdés, Cary Diez y Jesús Gómez Cairo. Tiene como editor jefe a Emir García Meralla y la diseñadora es Carolina García.
«Aspiramos a que la revista sea un instrumento útil de promoción, de análisis y de un acercamiento serio, pero al mismo tiempo entretenido, fluido a la cultura musical cubana», declaró.
Seguidamente Miguel Barnet presentó al Septeto Habanero y recordó que esta formación tradicional, nacida en 1920, era una de las preferidas del presidente fundador de la UNEAC, Nicolás Guillén y evocó la estatura lírica del poeta y el hondo vínculo de sus composiciones con los sones de Miguel Matamoros y del propio Septeto Habanero.
El presidente de la UNEAC hizo entrega a la agrupación de un diploma como reconocimiento a los 97 años de vida artística que pronto cumplirá y esta lo agradeció ofreciendo un breve concierto de lujo con una selección de piezas antológicas de la más raigal música cubana.
Los músicos reafirmaron con su desempeño que las raíces siempre conmueven y por eso recibieron el aplauso reiterado y agradecido de todos los presentes entre los que se encontraban las intérpretes María Victoria y Marta Campos que se unieron al grupo, en Aurora, la primera, y la segunda en Elena la Cumbanchera, en la que también bailó buen son cubano.
Son de la loma, Papá Montero, Tres lindas cubanas, en fin, «lo más sublime para el alma divertir», fue lo que se escuchó en la fiesta inaugural de esa Sala Martínez Villena que a tantos músicos durante más de cinco décadas ha acogido en sus cantos y pensamientos.
Publicado: 10 de noviembre de 2017.
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