El próximo día 11 a las 3 de la tarde en la sala cinematográfica 23 y 12 de la capital cubana, se realizará una presentación especial del documental Mujeres…la hora dorada, de la realizadora Ingrid León, producido por el Proyecto Palomas, Casa Productora de Audiovisuales para el Activismo Social, el Programa de Equidad de Género con Incidencia Nacional, y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.
Por este motivo el audiovisual fue proyectado para la prensa cultural cubana, lo cual precedió a un intercambio con sus realizadoras en el Centro de Promoción Cinematográfica ICAIC.
Es el primer documental de Ingrid León en solitario, ya que el anterior trabajo estrenado en que participó como directora fue el también documental Mujeres…. entre la tierra y el cielo, que tuvo la dirección general de su madre, la realizadora Lissette Vila, directora del Proyecto Palomas, Casa Productora única de su tipo en el país y que despliega desde hace doce años una intensa labor sociocultural.
Mujeres… la hora dorada, tiene una duración de 33:42 minutos y su directora es además la guionista del mismo, y junto a Denier Roque, Orlando Contrera y Erick Jordán, participó en la edición.
La dirección de fotografía recayó en Miguel Bolívar y fueron cámaras además de él Humberto Mayol y Yasell Artime, y la banda sonora es de Antonio Tabares y Lizette Vila.
Ingrid reveló en su intervención su intención,-alcanzada-, de lograr establecer entre las 12 testimoniantes del documental una especie de diálogo a partir del trabajo de edición, pues fueron entrevistadas por separado, labor que llevó a cabo Lissette Vila.
“No todas las mujeres tienen el valor y la dignidad necesarios para contar sus historias”, enfatizó Ingrid.
Una actriz famosa, una atleta campeona universal, una laureada poeta, una ex fiscal que cumplió prisión y aún sostiene su inocencia; una mujer que padece enanismo, una madre adolescente, una mujer inválida, producto de la violencia física de su pareja; una madre de dos hijos discapacitados que los cría sola; una mujer ex alcohólica y ex drogadicta que atentó contra su vida; una madre que perdió a su hija, enferma de SIDA, una licenciada en periodismo convertida al Islamismo; una hermosa y espiritual muchacha que habita un cuerpo de hombre, y La Habana mujer- escenario de todos estos dramas y que también sufre.
“Hay que hablar del dolor”, dice la poetisa Lina de Feria en el documental y eficazmente el binomio Ingrid León- Lissette Vila, logra que esas doce mujeres cubanas, tan distintas, con espíritus tan dispares, hablen de sus evocaciones y dolores más íntimos, como una manera de multiplicar la apreciación de la verdad del dolor de muchas otras mujeres que no pueden hablar de él.
Se aprecia una intención de sensibilizar, de ayudar a despertar ante el dolor ajeno, ese que está ahí a veces cotidiano, y por tal no nos asusta ni nos sacude; es un material absolutamente desgarrador; por más que la realizadora esquiva la lágrima y por más que esas mujeres muestran una entereza,- que es quizás lo que más conmueve-, es imposible no perturbarse y a la vez admirarlas mucho.
“Deseamos que este documental impulse la decisión de denunciar el dolor que sufren y al que sobreviven, con dignidad, las mujeres”, se lee en el cartel del filme y eso también es valiente y de alta claridad, no es solo para denunciar a través del audiovisual, sino para involucrar al espectador en una labor de activismo humano y cívico.
Unas hermosas imágenes de La Habana desde los charcos de agua, de la autoría de Jorge Félix Díaz, muestran una ciudad al revés, una ciudad distinta como metáfora de que hay otra Habana donde hay mujeres que sufren.
A propósito del título del documental, su directora explicó que el término “la hora dorada”, es un expresión de la medicina, que se refiere al momento en que el paciente llega en estado crítico a un lugar asistencial y los médicos tienen una hora para sacarlo de tal estado; comentó entonces que decidieron utilizar este título aún y cuando para muchas de las protagonistas ya ha llegado su hora dorada, pero otras aún la esperan.
“La estrategia de comunicación de Palomas, -explicó Lissette Vila-, se fundamenta en los ejes sociales ver, pensar y actuar, y en los comunicativos información, conocimiento y comunicación, los que promueven recursos socioculturales para reconocer, capacitar, intervenir y sensibilizar a diferentes grupos de comunidades rurales y urbanas”.
El Arte Público con Trascendencia Social es el fundamento, de Palomas, el cual permite desde diversos niveles de percepción, ejercitarse en la ilación de lo individual y lo colectivo, como una de las vías hacia procesos de transformación conductual y para la edificación de una conciencia social.
Vila se refirió además a uno de los mensajes o de las ideas esenciales que brinda el documental y es la falta de solidaridad y de apoyo institucional que recibieron estas mujeres en sus momentos más críticos, “ ¿ dónde estaba ese tejido social que tenemos,- y que es un privilegio-, cuando esas mujeres estaban viviendo esas historias de tanto dolor y tanto sufrimiento?”; seguidamente reflexionó en lo que puede beneficiar este audiovisual en tanto alertar y sensibilizar sobre la necesidad de apoyar a otras mujeres en casos similares.
La filóloga Teresa de Jesús Fernández, directora de la Editorial CENESEX, autora de los textos dedicados a La Habana que se escuchan en off en el audiovisual, llamó la atención sobre la importancia de los materiales realizados por esta Casa Productora, en tanto constituyen documentos únicos a partir de los sensibles temas que abordan y que no se encuentran visibles en obras de este tipo.
Otros participantes abogaron por la difusión de estos materiales, en la televisión nacional, en los centros docentes y en otros espacios masivo, por la importancia de socializar estas denuncias pues aún quedan grietas en nuestra sociedad,- diseñada o soñada para que estas cosas no ocurran,- por las cuales se permiten hechos como estos y que hablan de intolerancia, marginación, segregación, abuso, incomprensión, violencia física y mental, humillación, soledad y dolor.
Hacia el final del intercambio Ingrid León, directora de Mujeres…la hora dorada declaró: “A veces tenemos estos problemas al lado y no los vemos; mi experiencia fue muy fuerte pero estoy feliz con lo que se ha logrado”.
El encuentro culminó con una demostración del Arte de vivir desde la conciencia social a partir del fundamento de la Bioneuroemoción, dirigido por la primera bailarina y maitre de Danza Contemporánea de Cuba Isabel Blanco.
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