Con la romántica cadencia del Bolero despidió el año el Sábado del Libro que, a tanta llovizna, hubo de escoger como escenario la librería El Pensamiento, donde se promocionaron los libros “Horario abierto” y “La cuerda al aire”, de la compositora Marta Valdés, publicados por ediciones Matanzas.
Precisamente su director, Alfredo Zaldívar Muñoa, Premio Nacional de Edición, presentó a los invitados: la musicóloga Lourdes Fernández Valhuerdi junto al cantante y compositor Alfonsito Llorens Betancourt, uno de los grandes boleristas del país, creador del espacio El Bolerazo.
La idea del Centro provincial del Libro y la Literatura fue rendir homenaje al género también bailable, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y la mañana transcurrió con un aire de jubileo que se extendió por la céntrica calle Medio, ante un público amante de la música cubana.
En su pormenorizada disertación, la eminente profesora resaltó que la declaratoria de la UNESCO en favor del Bolero, era la primera vez que la presentaban dos países unidos: Cuba y México, por la connotación que ha alcanzado este género en el corazón de ambas naciones.
“El Bolero, surgido a finales del siglo XIX con la famosa pieza Tristezas, del santiaguero Pepe Sánchez, se asentó en México y en tierras de Latinoamérica y España, desde las primeras décadas el siglo 20.
“El Bolero, dijo, se convirtió en la base para el desarrollo de la canción romántica hasta nuestros días. Su expansión por la radio y después por el cine y la televisión resultó trascendente.”
Acerca de la compositora Marta Valdés, resaltó su arista creativa en cuanto a plasmar su valioso testimonio sobre la cancionística cubana:
“Se manifiesta como una destacada representante de la poesía en el Bolero cubano. Sus libros demuestran que no es solo la lírica lo expuesto en sus composiciones, sino aborda diversos tópicos de la creación artística literaria de nuestro país.
“Marta Valdés fue quien expresó que Matanzas era la ciudad que le faltaba al mundo y queremos que siga siendo la Atenas de Cuba una canción importante para el mundo.”
Y quien mejor que Alfonsito para interpretar esa entrañable música, al ofrecer piezas antológicas como el clásico bolero-son “Lágrimas negras”, de Miguel Matamoros, devenido símbolo de cubanía o el melodioso tema “Dos gardenias”, de Isolina Carrillo, que se baila apretado en cualquier latitud del universo.
Presentes se encontraban Maritza Cuba, delegada del Ministerio de Cultura en la esfera del Turismo y Efrahím Pérez Izquierdo, director del Centro provincial del Libro y la Literatura junto a personalidades y fanáticos del popular género, venerado por los pueblos cubano-mexicanos y más allá del horizonte.
Deje un comentario