El Centro Cultural Dulce María Loynaz sirvió una vez más como espacio dedicado a la Cultura de la Salud y, en este abril, seleccionó el tema referido a cómo prevenir y aprender a vivir con diabetes, enfermedad que hasta la fecha padecen unas 600 mil personas distribuidas por todo el archipiélago cubano.
En esta ocasión la doctora Alina Pérez, conductora de dicho espacio, invitó a Hilda Noemí Chávez Valle y a Manuel Alberto Vera González, especialistas del Centro Nacional de Higiene de los Alimentos y del Instituto Nacional de Endocrinología, respectivamente, a disertar sobre sus experiencias profesionales y personales referidas a tal tema. Igualmente, se efectuó la presentación de un CD y del volumen “Consejería de alimentación y nutrición”, del Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos.
Bajo el lema “Endúlzame la vida, no el cuerpo”, se concentra desde hace más de seis años, un numeroso grupo de pacientes, especialistas y profesionales en la materia quienes analizan, debaten y tratan de dar soluciones a múltiples problemas de la cotidianeidad acerca de los cuales la persona diabética necesita no sólo saber cómo enfrentarlos, sino también y en lo esencial llegar a adquirir una cultura del conocimiento relacionada con su padecimiento. Entre esos problemas estuvieron los hábitos alimentarios de la población cubana en la actualidad y, en especial en el caso del diabético, cómo éste en muchas ocasiones tiene que enfrentarse a la infinidad de ofertas –mayoritariamente comida chatarra--, que brindan (por lo general) los trabajadores por cuenta propia al frente de negocios destinados a la venta de alimentos. ¿Cómo adecuar la realidad actual al respecto con la necesidad inminente de preservar y garantizar la salud del individuo con cualquier tipo de padecimiento o dolencia desde todo punto de vista? ¿Qué medidas tomar? ¿De qué forma las instituciones de salud y los medios de comunicación pueden trabajar mancomunadamente con vista al logro de una propaganda efectiva?
“La voluntad de hacer el bien la tenemos todos y dondequiera que estemos”, destacó la doctora Pérez, para subrayar además la necesidad de mancomunar esfuerzos en toda esta cadena de exigencias, demandas y esfuerzos entre consumidor-vendedor y medios de comunicación.
Acerca del tema diabetes, en específico, la doctora Chávez Valle enfatizó que “en el caso de la presencia en un paciente de una diabetes del tipo Mellitus B, lo primero que hay que hacer es establecer una empatía médico-persona que la padece, en el sentido de conocer y profundizar en sus hábitos, situación económica, familiar, creencias religiosas…con el objetivo de proyectar su educación nutricional, su auto-cuidado, a partir del logro de una alimentación o dieta saludable (cantidad de carbohidratos que acostumbra a consumir y su regulación, entre otros factores); el cumplimiento de los horarios de comidas a la par que la inoculación de la insulina.
“Igualmente y al realizar la llamada Consejería nutricional, el especialista deberá conocer el cuadro nutricional del paciente teniendo en cuenta si es niño o adulto (índice de masa corporal, cantidad de carbohidratos y proteínas que consume…entre otros factores), con vista a su regulación y a la exigencia de incentivar la ingestión de frutas naturales y de vegetales verdes y amarillos en su dieta diaria; también tendrá en cuenta la regulación del ejercicio físico en el paciente. De esta forma éste irá adquiriendo una cultura de educación y control nutricional que le permitirá preservar y prolongar aún más su vida.”
En el caso de los niños la especialista dijo que, a diferencia de otras épocas en que “ellos practicaban deportes o realizaban infinidad de ejercicios y juegos al aire libre, en la actualidad emplean un largo tiempo frente a la pantalla de una computadora realizando otros tipos de juegos. Asimismo, los hábitos de ingestión de alimentos también han cambiado: hoy los niños y jóvenes prefieren los refrescos gaseados y la comida chatarra a las frutas naturales y vegetales. Se han acostumbrado a ingerir alimentos frente a un televisor o a una computadora, no así sentados a la mesa ante una comida variada, equilibrada y, ante todo, disfrutada en familia… Todos estos son hábitos muy extendidos que los padres no tienen en cuenta, y que provocan problemas en la salud como es el caso de la presencia de la obesidad desde edades muy tempranas”.
Por su parte el especialista doctor Vera González explicó que “como se sabe, el sistema cubano de salud es asequible a todos los ciudadanos de este país, absolutamente gratuito, y se inicia a partir de la atención primaria. En el caso de la diabetes, la mejor forma de prevenirla y reducirla es mediante una cultura del conocimiento o lo que es igual, mediante la ingestión de una comida sana y de una controlada y eficiente actividad física. A partir de la atención primaria y desde la observación inicial de un supuesto padecimiento, se realiza un examen de glicemia, entre otros, al igual que se ponen en conocimiento del paciente los factores de riesgo para ser atenuados o disminuidos, en especial, en los niños”.
Finalmente la doctora Rocío del Policlínico de G y 19, en El Vedado, enfocó su interés en la educación que debe y tiene que recibir “no sólo quien la padece y su familia, sino también la población en general, pues se dan casos muy frecuentes de un abuelo, de un tío…quienes debutan con diabetes a los cuarenta y cincuenta años de edad (…) Personas que poseen todos los factores de riesgo y quienes sin embargo desconocen cómo enfrentarlos. En este sentido aspiramos a que en nuestro grupo “Endúlzame la vida…se afilien –hasta ahora son cien, entre niños, jóvenes, adultos--, muchos más compañeros-pacientes que lleguen a ser promotores de salud de la comunidad, del municipio…o de mucho más allá. Es una aspiración bastante ambiciosa”.
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