De vez en cuando una curiosidad interesante sobre la esclavitud para Cubarte, viene muy bien.
Si vieron en Cuba la película de Arte Siete en TV, posiblemente ya conocen a Joseph Boulogne de Saint-George (1745-1799), pero de todas maneras, les voy a contar algo, que lo mismo puede interesar a los músicos como a los deportistas y por qué no a los militares.
Era un negro, más bien mulato, conocido como el Caballero de Saint George, cuentan que nació en la Isla de Guadalupe de una madre esclava oriunda de Senegal y de un rico terrateniente francés. A los diez años lo llevaron a Francia donde debido a su talento para la música y a los recursos financieros de su padre, llegó al violín. Jean Marie Leclair el más distinguido y brillante violinista de la escuela francesa fue su profesor. Sin embargo, el mundo se olvidó de él durante casi dos siglos.
Por otro lado, le vieron a Boulogne extraordinarias aptitudes también para la esgrima.
Un negro músico y esgrimista en tiempos de María Antonieta.
Como diría el profesor Calviño, vale la pena que les haga saber esta historia.
Cuenta Odet Denys, que un día el muchacho trató de evitar que un hacendado azotara a un esclavo y el asunto terminó en un latigazo que recibió el pobre niño. Regresó llorando a los brazos de su madre esclava y dicen que ella le dijo, que aunque era hijo de un blanco, nunca olvidara que su madre era una esclava negra.
Estos recuerdos marcaron a Boulogne para siempre.
A finales del Siglo XVIII, allá por 1789, cuando estalla la Revolución francesa, se alistó, aquel hijo de esclava y terrateniente francés para apoyar a los revolucionarios de la Guardia Nacional de Lille y así luchar contra la esclavitud en las colonias francesas.
En aquel entonces formó un cuerpo de 1000 hombres de África y se le nombró Coronel responsable de aquel regimiento, y así es que llega a ser el Primer Coronel negro del Ejército francés .
Antes de que esto sucediera, y siendo María Antonieta, muy joven aún, Boulogne fue nombrado su profesor de música y dos años después, ella misma lo propuso para director de la Orquesta de la Ópera de Paris. Por otro lado, una tal Sophie Arnould y Rosalie Levasseur, ambas sopranos y una bailarina llamada María Madelaine Guimard, no quisieron formar parte del elenco de la Opera, porque según manifestaron no estaban de acuerdo en recibir órdenes de un mulato. Dicen que Saint George renunció a su cargo, para no perjudicar la imagen de la soberana que recibió la petición de las tres divas.
Observen amigos el grado de racismo de la época. Cómo he pensado en mis amigos negros, en lo mucho que han sufrido a lo largo de siglos. Por supuesto la lucha no ha terminado. Aún en Cuba, donde se batalla contra el racismo existente, seguimos defendiéndonos de este doloroso flagelo.
Varias biografías de este hombre extraordinario se escribieron para la historia.
A Boulogne, se le apodaba el Mozart negro, con más de 215 obras musicales escritas, solo se conocen algunas, y cerca de seis óperas. Toda orquesta que dirigía lograba grandes resultados y dicen que la Biblioteca Nacional de Francia guarda inédita una ópera suya.
Desde muy niño, se le descubre además un gran talento para la esgrima.
Según se sabe, hubo un violinista famoso que también lo fue en la esgrima, me refiero a Giuseppe Tartini de origen italiano que además de músico, fue un excelente espadachín.
Como dato curioso, se sabe que sobre 1761, más o menos a sus 16 años de edad, Saint George, logró una victoria frente a Picard que era un famoso maestro de esgrima. Debido a todos estos logros fue nombrado Gendarme de la Guardia del Rey y Chevalier.
Murió entre 1790 y 1802, relativamente joven. Por cierto, siguió la esclavitud en el mundo y dejaron de interpretar la música del genial creador.
A medida que avanzan los años, Saint George gana la justa posición que le corresponde en la historia de la Humanidad.
A este hombre hay que recordarlo siempre con la fuerza inmensa de la inmortalidad.
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