Al más Universal de los Cubanos, a nuestro José Martí, la Sociedad Cultural que lleva su nombre, en esta capital, rindió tributo con motivo del Aniversario 162 de su Natalicio, oportunidad en la que también hizo entrega de los reconocimientos “La Utilidad de la Virtud” y “Honrar, honra”, a un grupo de profesionales, artistas e instituciones destacadas “en la labor de promoción y divulgación de la vida y la obra del Apóstol, y en defensa de los fundamentos de la Nación cubana”.

La actividad, presidida por el doctor Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de dicha Sociedad Cultural, y por directivos de dicha institución, reunió a un nutrido público conformado por académicos, profesores universitarios, estudiantes, representantes de Clubes martianos —entre ellos, de Ecuador y República Dominicana (Puerto Plata) y de la filial provincial de Artemisa—, e invitados, como el Comandante Faure Chomón, tuvo momentos de infinita emoción y, en especial, de sincero compromiso y cumplimiento con la Obra del Maestro; con la Obra de aquel cuyo pensamiento convocó y unió a la Generación del Centenario, liderada por Fidel, hacia nuestra definitiva soberanía e independencia.

El doctor Hart, durante su intervención —leída por Gustavo Robreño Dolz, periodista y directivo de la Sociedad—, explicó acerca de la idea de la creación de ambas distinciones, la cual surge a partir de dos conceptos martianos “que en pocas palabras recogiesen los aspectos más profundos y enjundiosos del múltiple e insondable pensamiento del Apóstol. De este modo se escogieron “La Utilidad de la Virtud” y “Honrar, honra”. Numerosas son, como conocemos, las referencias martianas a la virtud a lo largo de toda su obra en sus variados artículos periodísticos, escritos y documentos. Recordemos que Martí la calificó como paloma que aletea en el fondo del alma, pero también afirmó que la virtud, más que brida, es látigo. Cuando fustiga, es útil. Recordemos que Martí en su cuaderno de apuntes escribió algo oportuno para esta ocasión cuando dijo: Reconocer la virtud es practicarla. En esto se conoce al que es incapaz de la virtud; al que no la sabe conocer en los demás. Y recordemos también que para nuestro Apóstol el mejoramiento humano, el equilibrio del mundo y la utilidad de la virtud forman para de la trilogía en la que apoyó todo su pensamiento filosófico, punto de partida del vasto ideario martiano y del anunciado propósito de echar su suerte con los pobres de la tierra”.

En otra parte de su intervención, el director del Programa Martiano enfatizó que “Honrar, honra, es un concepto martiano que surgió en México en una fecha tan temprana como el 8 de septiembre de 1876, en las páginas de la revista Universal. Y esta concepción fue reiterada en momentos posteriores, como en la Carta a los Cubanos desde Nueva York, en 1890, cuando afirmó: Honrar a los que cumplieron con su deber es el modo más eficaz, hasta hoy, de estimular a los demás a que lo cumplan”.

"La Utilidad de la Virtud" para el periodista Pedro Martínez Pírez

“Con el otorgamiento de esta Distinción no haría tan solo referencia a Martí y América Latina, sino también a Martí y la Cultura, a Martí y la Nación cubana, a Martí y la Patria, a Martí y el Periodismo… Tengo la suerte de que mis padres desde niño me enseñaron a amar a José Martí y durante toda la vida he seguido los pasos del Maestro, el de llegar a ser Matiano. Asimismo estimo que Cuba, está en estos momentos, viviendo instantes en los que se hace fundamental que todos, absolutamente todos, nos apoyemos en el pensamiento y las ideas del Apóstol para salvar a la Patria de cualquier peligro, de cualquier escollo, para salir hacia adelante. Martí es el hombre que ha hecho posible que la Revolución cubana esté todavía donde está; que hayamos podido resistir, durante más de medio siglo, un inhumano y criminal bloqueo y agresiones de todo tipo. Ha sido él, nuestro Héroe Nacional, el más grande pensador en Cuba y en nuestra América. En estos momentos rememoro mis momentos cuando estuve en Angola. Desde aquel país africano, a todos mis hijos les escribía casi todos los días y, en cada uno de los sobres de correspondencia, les escribía siempre un pensamiento martiano. Y es que él siempre ha estado conmigo: en los momentos de alegría, cuando cumplo una misión, cuando hago un programa, cuando hago periodismo de cualquier tipo —ya sea de prensa escrita, radial, televisiva o como agencia de noticias—; para mí es indispensable porque su pensamiento me ilumina”.