La joven escritora cubana Karla Suárez, fue la ganadora del Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar 2019, con su obra Un pañuelo, reconocida “por la excelencia de la urdimbre narrativa que relata y del singular tratamiento de un conflicto humano, al parecer insoluble, que enfrenta a sus personajes”.
Un prestigioso grupo de intelectuales integrado por los escritores Roberto Ferro, de Argentina, y los cubanos Julio Travieso y Alberto Marrero, conformó el jurado que, reunido en el capitalino Centro Cultural Dulce María Loynaz, dio a conocer el otorgamiento de dicho Premio al cual se le sumaron una Primera Mención a La fecha, de Federico Bianchini, de Argentina, “por la lograda estructura de la trama y el hábil manejo de la voz narrativa”, además de Menciones a Hambre, de Daniel Averanga Montiel, de Bolivia; Los niños diferentes, de Yumer Riquenes de Cuba, y a Il ballo del mattone, de María Marta Ochoa, de Argentina.
En sus palabras de agradecimiento al numeroso público asistente, la joven premiada afirmó que en su biblioteca personal siempre ha estado y estará presente la Obra cortazariana:
“Quienes me conocen desde hace años están conscientes de la pasión que siempre he sentido por el autor argentino Julio Cortázar. La primera vez que lo leí, diría que fue como un motor que me enseñó a reflexionar sobre la vida desde otros ángulos, y a sostener que la realidad podría ser de otra forma. Y, a partir de ese momento, me dije: Quiero que mi mundo sea así. Y es que Cortázar marcó, sin lugar a dudas, mi forma de pensar”.
Por su parte el escritor Miguel Barnet, amigo personal de Cortázar, realizó un breve recuento de la estancia del intelectual sudamericano en Cuba, su fidelidad a la Revolución y la invaluable presencia de su compañera, la intelectual lituana Ugné Karvelis, quien “tuvo la suerte de estudiar en una distinguida universidad norteamericana y luego en la Universidad de la Sorbona hasta llegar a ser, con el apoyo de eminentes intelectuales franceses, directora de una de las editoras más importantes de Francia y de Europa”.
Rememoró que, junto a Cortázar, Ugné vivió catorce años de relaciones muy difíciles: pues fueron los años de la dictadura pinochetista y de las luchas de la izquierda en América Latina (…) Ambos visitaron Cuba en varias ocasiones. Esta idea de la creación del premio partió de Ugné tras la muerte de su compañero. Ambos, también, establecieron relaciones muy estrechas con escritores y músicos como Pablo Armando Fernández, José Lezama Lima, Ignacio Villa (Bola de Nieve)…”.
A la actual convocatoria fueron presentadas más de 300 obras pertenecientes a autores de lengua española residentes en varias partes del mundo. Algo que confirma, una vez más, el prestigio alcanzado por dicho certamen.
El Premio Iberoamericano Julio Cortázar está auspiciado por el Instituto Cubano del Libro, la Casa de las Américas y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), con el apoyo del Ministerio de Cultura de la República Argentina y la Fundación Alia.
Al acto de premiación asistieron, entre otros, Alpidio Alonso, ministro de Cultura de Cuba; Luis Morlote, presidente de la UNEAC; Abel Prieto, presidente de la Sociedad Cultural José Martí, y Javier Figueroa, embajador de la República de la Argentina, en La Habana.
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