El 20 de enero próximo, en vísperas del aniversario 154 de los sucesos del Teatro Villanueva y Día del Teatro Cubano, la Asociación de Artistas Escénicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), entregará los premios a los mejores espectáculos nacionales y extranjeros estrenados en Cuba durante el año 2022, como parte de la jornada con motivo de la efeméride, que este año estará dedicada a la actriz Verónica Lynn, Premio Nacional de Teatro (2003).
Luego de los debates de los miembros de la Sección de Crítica e Investigación Teatral las escenificaciones del patio seleccionadas fueron: Sacre, coreografía de Sandra Ramy para el Colectivo Persona; Los pájaros negros, de 2020, creación de Agnieska Hernández para La Franja Teatral; AmorBRUJOAmor, dirigido por Carlos Díaz para Teatro El Público en coproducción con el Ensemble Habana XXI; y El diario de Ana Frank, bajo la dirección de Miguel Abreu para Ludi Teatro.
Las propuestas extranjeras que resultaron premiadas son: Solo cosas geniales, de Teatro Animalien de Perú; Carmen, de la Compañía Nacional de Danza de España; y Don Quijote, historias andantes, dirigido por Raquel Araújo para Silvia Kater, de México.
Según informó además, Yuris Nórido, presidente de la Sección de Crítica e Investigación Teatral de la Uneac, se otorgó un Reconocimiento Especial a la temporada de Giselle que el Ballet Nacional de Cuba presentó durante la pasada edición del Festival Internacional de Ballet de La Habana “Alicia Alonso”, destacando el desempeño de las estrellas extranjeras invitadas, las primeras figuras cubanas y el cuerpo de baile de la agrupación.
Asimismo dio a conocer que ante la suspensión del Festival Nacional de Teatro de Camagüey, los críticos decidieron aplazar el análisis de algunos espectáculos nacionales hasta que puedan ser apreciados en la próxima jornada escénica que se desarrollará en el primer semestre de este año en esa ciudad cubana.
La Jornada Villanueva del Teatro Cubano se realizará entre el 13 y el 29 de enero y como parte de su extenso programa incluye la realización de Ciudad Teatral, en Camagüey, alternativa al XVIII Festival Nacional de Teatro que tiene como sede a esa urbe, donde el propio día 22 será entregado el Premio Nacional de Teatro 2023.
De igual forma, el día 16, en la Universidad de las Artes (ISA), se realizará un panel sobre la formación, y se presentará el espectáculo Luz, por Nave Oficio de Isla Comunidad Creativa, bajo la dirección de Osvaldo Doimeadiós, además de la venta de publicaciones de la Casa Editorial Tablas Alarcos. Por su parte, la revista Conjunto, de Casa de las Américas, pondrá a consideración de los teatristas, especialistas y el público en general, su número 205 (jueves 12 a las 3:00 p.m.), en la sala Manuel Galich.
Entretanto, la Escuela Nacional de Teatro recibirá el 17 de enero a las 2:00 p.m., a Verónica Lynn, quien orecerá sus experiencias sobre el método interpretativo de Konstantín Stanislavski, destacado actor, director escénico y pedagogo teatral ruso, creador y cofundador del Teatro de Arte de Moscú, oportunidad que igualmente podrá ser disfrutada durante Ciudad Teatro, en Camagüey, el día 20 en la academia de las artes Vicentina de la Torre.
En recordación del violento acto intimidatorio llevado a cabo por el Cuerpo de Voluntarios
El recordado paradigma de la crítica literaria y la investigación teatral en Cuba, Rine Leal Pérez (La Habana, 15 de julio de 1930-Caracas, 16 de septiembre de 1996), en su texto Los sucesos del Villanueva, describe lo ocurrido el 22 de enero de 1869 en esa sala entonces ubicada en la calle Morro, entre Refugio (de la Merced) y Vidrios (Lagunas Secas, Canteras) en La Habana, fecha que quedó perpetuada en la cultura insular como Día del Teatro Cubano. A continuación fragmentos de las palabras del también profesor universitario, presentador de televisión, editor y dramaturgo.
La noche del viernes 22 de enero, el Villanueva se abrió para un beneficio ofrecido por los Caricatos, y esa representación entró en nuestra historia como una acción bélica. El 18, el Diario de la Marina anuncia que la función es para favorecer a una desgraciada familia, y dos días después aclara que está destinada a socorrer a unos insolventes. La prensa partidaria de los mambises enfatizó el espectáculo:
“Se dice que el viernes se trata de dar una función en el Villanueva por los bufos habaneros [error del cronista, sabemos que fueron los Caricatos] cuyo fondo se destina para un fin muy laudable; esperamos que todas nuestras simpáticas amigas y nuestros leales compañeros contribuyan con su asistencia. No se permitirá entrar a quien no lleve un garabato o una horquetilla”.
Y otro diario expresó: ¡Pueblo, allí todos! Extraño y más que extraño es que no se dispense la protección que merece este espectáculo verdaderamente provincial ¡Pueblo! Tenéis una obligación patriótica que llenar sosteniendo este espectáculo”. Tras los sucesos del 22, La Chamarreta fue más explícita al afirmar: Insurrección armada. Anoche se dio una función en el Villanueva, cuyos fondos se destinaban para un fin que todos saben, y no dejó de haber la concurrencia numerosa que se esperaba”. Parece pues fuera de toda duda que la función era a beneficio de los mambises y Justo Zaragoza coincide en este juicio, aunque La Voz de Cuba sorprendentemente no estuviese segura el 23 de enero de los fines subversivos de la representación.
Esa noche el Villanueva se engalanó y cubrió de banderas norteamericanas y cubanas. La ausencia del emblema español, el traje y cintas de las mujeres con los colores blanco, azul y encarnado, o bien estrellas blancas y solitarias y el pelo suelto, convertían la función en un abierto desafío al poder colonial. El programa incluía un precioso pot pourrí, las piezas Perro huevero y Ataques de nervios, de Narciso Valor y Fe (Juan Francisco Valerio) y El santo y la lotería, pieza de tipos diferentes, así como la canción La crisis, el estreno de la danza La insurrecta, la canción bufa Los caricatos y una rumba que cerraba la noche. La función estaba presidida por Antonio Fernández Bramosio, quien a pesar de negar su participación en los hechos, que fueron según sus palabras obra de momento sin preparación ni instigación alguna, se exilió cuatro días después ante amenaza de detención, y fue condenado, en ausencia, a muerte. En realidad, nada era nuevo en el programa excepto La insurrecta, de Juan de Dios Alfonso, danza dedicada a las lindas cubanas, pero los títulos hacen pensar en alusiones más o menos veladas a la situación política del país. En la función de la víspera un ¡Viva Céspedes! en boca de Jacinto Valdés, popular guarachero, sorprendió a los españoles.
Este violento acto intimidatorio fue llevado a cabo por el represivo Cuerpo de Voluntarios al servicio de las autoridades españolas, contra el pueblo simpatizante de la independencia, que apoyaba la lucha revolucionaria iniciada por Céspedes en la Demajagua el 10 de octubre de 1868.
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