Apenas una sugerencia resulta el título de Eros y Thanatos que da el fotógrafo pinero Jaime Prendes a la exposición que el pasado viernes dejó inaugurada en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales como parte del programa de Noviembre fotográfico, evento que cada año organiza la Fototeca de Cuba para celebrar un nuevo aniversario de constituida.

De un lado el erotismo, la sensualidad representados en la mitología por Eros y, por otro, ese estado entre la vida y la muerte que se resume en Thanatos, llegan a fundirse en el breve fallecer con que alguien definió al orgasmo e inspiraron por dos años al autor de esta serie de trece obras en blanco y negro que el público puede apreciar en dicha instalación de la Plaza Vieja.

En esta, su tercera muestra personal en La Habana, Prendes vuelve al cuerpo humano, al desnudo,  tema que aborda desde hace más de treinta años; pero esta vez acompañado de cierta experimentación que se concreta en el empleo de luces negras, humo y pigmentos sobre la piel de los (las) modelos para acentuar el efecto de la luz sobre ella.

Con tales recursos, el artista alcanza una atmósfera de irrealidad que con toda intención impide al espectador situar el escenario donde se desarrollan los acontecimientos atrapados por el lente y nos remiten - por la exquisitez de la iluminación, la composición y la textura- a la técnica del dibujo.

Este fino acabado resulta, sin dudas,  de una labor previa del artista  que dibuja la escena y coloca las luces antes de hacer la fotografía, según explicaba a Cubarte al referirse a su método de trabajo, minutos antes de la apertura de la exposición.

Piezas como Timba, La Yuma, Guajira, Mama Inés o Danzón traen a nuestro contexto el sentido original de una propuesta que, por su carácter tan íntimo, propicia además tantas lecturas como espectadores tenga.

De ahí que el mitológico título sea apenas una sugerencia del artista, otra manera de provocarnos aun antes de enfrentar el amor, el erotismo, la vida y la muerte que intenta atrapar en sus imágenes.