El próximo día 13 se celebrará la Jornada Literaria en la oriental provincia de Granma.
En actividades previas al evento, desarrolladas del 3 al 6 de diciembre, trovadores, poetas, narradores, raperos, se unieron y demostraron cómo se puede lograr muchas cosas cuando se habla el mismo idioma: el del arte. Así no importó tendencias, ni grupos generacionales. Se cumplimentó una jornada bien extensa que abarcó desde la visita a tabaquerías hasta centros penitenciarios.
Este tipo de encuentro titulado “Los últimos serán los primeros”, trata de fomentar el intercambio entre escritores de todo el territorio nacional, además de enriquecer los espacios con los trovadores, por estos últimos estar más ligados a los barrios y lograr una comunicación más fácil a través de textos que también son poesía.
En la tabaquería Moya se presentaron los libros No me hables del cielo y Árboles mambises de la autora de esta nota, que tuvo el gusto de compartir el espacio con las escritoras Dianet Espinosa Barbán, Amelia Aurora Domínguez Rabaza, del municipio Contramaestre y la joven poeta del municipio granmense Media Luna, Laura Álvarez Borrero. Los tabaqueros entusiastas con su particular forma de aplaudir tararearon las canciones del trovador, también de Contramaestre, Ramón David.
La décima fue la gran dama de este evento, reverenciada por trovadores como Freddy Lafitta y Jorge Adrián Betancourt Quintana.
La visita al centro de Promoción Navarro Luna de Manzanillo, en la propia provincia sede, fue otros de los momentos especiales; se presentó el libro de poesía Las líneas de los perfumes de Veda de Eduardo Sánchez Montejo y la revista Noria. Además se hizo una peregrinación a la casa de la familia Girona, donde por mucho tiempo funcionó el grupo Orto, formado por escritores de la talla del propio Navarro Luna, Luis Felipe Rodríguez, Conrado Massaguer y Julito Girona, el pintor de quien se presentó el libro de poemas La corbata roja.
Por otra parte se habló con diferentes instancias para analizar la posibilidad de que la Casa de Cultura (irónicamente sin nombre), haga gala del que tal vez sea el más universal de los manzanilleros, que aunque vivió por mucho tiempo fuera del país, siempre llevó a Manzanillo en el corazón y en su obra pictórica y literaria. Sería hacer justicia a quien en el pasado cometió el desatino de no ponerle su nombre a la desaparecida escuela de arte Carlos Enrique, de este municipio.
Los trovadores rompieron en más de una ocasión las cuerdas de su guitarra. Mano a mano fueron los encuentros entre Freddy Laffita, el maravilloso cantautor de Las Tunas y Jorge Betancourt, del municipio de Guisa, el rapero Ramón Eusebio López, el Invasor, y Ramón David, con una bella canción de amor titulada Isa. Hizo de las suyas el villareño Leo y Ernesto Díaz del grupo Estaciones.
No faltó lugar para el espacio teórico con la presencia del destacado poeta y periodista Bladimir Zamora, que ofreció la conferencia “Memoria personal de Gastón Baquero” y “La generación de los ochenta” dictada por esta servidora. Asimismo destacó la poesía de Hugo Fabel y la narrativa de Amalia y del propio Genry William, presidente de la AHS en esta provincia.
En las noches de café leyeron también José Alberto Velásquez, Luís Manuel Oliva, y la literatura infantil se vio representada por las voces de Hector Luis Leyva, ganador este año del Premio La Noche que otorga la Asociación Hermanos Saiz e Ivette Alcocer, narradora de La Habana.
El poeta de Media Luna Andrés Eduardo Conde Vásquez, más conocido por El Conde y Eduar Encina, el reconocido poeta de Contramaestre, con quien tuve el honor de compartir la responsabilidad de ofrecer el consejo oportuno, la palabra precisa para guiar a la Juventud allí convocada.
“Los últimos serán los primeros” hacen honor a esta frase bíblica retomada por el profesor Salvador Redonet en su célebre antología. Bayamo por esos días, fiel a sus orígenes, se convirtió en un espacio de convivencia artística, atenta a su verdad cultural revolucionaria.
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