El documental Con Raúl Ferrer, del realizador Tony Lechuga, dedicado a la vida y la obra del insigne pedagogo cubano y poeta Raúl Ferrer, fue estrenado en la sala Martínez Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Este documental se debe al empeño de la Casa Productora de Documentales Octavio Cortázar de esa institución. En la presentación, Lechuga expresó: “realmente fue un placer realizar este documental; aquí hay sobre todo maestros, y más que maestros, devotos de esa personalidad extraordinaria que fue Raúl Ferrer; tuve la suerte de conocerlo (…) era un hombre capaz de llenar de amor y entusiasmo a cualquier persona. Ojalá eso esté ahí”,(en el documental).
Seguidamente Lechuga agradeció y presentó a la vez al equipo de realización que lo respaldó en la producción de este documental: José Manuel Riera, director de fotografía; Raúl Amargós, en el sonido; Leandro Rodríguez, cámara; Esther García, en la producción, y Adrián Blanco en la edición.
El realizador también agradeció en la persona de Victoria Carbó, alumna de Raúl Ferrer en la escuelita del Central Narcisa en Yaguayay, Sancti Spíritus, a todos los testimoniantes que aportaron sus remembranzas del maestro-poeta al filme.
El documental está estructurado a partir de entrevistas a antiguos alumnos, compañeros de trabajo y admiradores en general de Ferrer, con cortes hacia imágenes de otros materiales de este género que reproducen momentos importantes de la historia educacional y cultural de Cuba en los que participó el pedagogo.
El experimentado, reconocido y querido Lechuga construye un recorrido por los hitos fundamentales de la vida y la obra de esta leyenda viva de la cultura cubana, con portentoso poder de síntesis, ritmo apropiado y cuidada edición.
Tiene muchos aciertos el documental de Tony Lechuga, uno de ellos es la inteligente selección de los juicios que ofrecen los testimoniantes, que no se reiteran ni se convierten en panegíricos, como en otros materiales análogos; otra cualidad es sin duda la construcción de una imagen del homenajeado sobre todo desde lo humano.
Hacia el final del material, el doctor Gilberto García, presidente de la Asociación de Pedagogos de Cuba, hace una observación valiente que constituye una alerta necesaria: “Raúl Ferrer vive en el corazón de los cubanos, pero debería vivir más en la formación pedagógica cubana”, y fundamenta su afirmación esencialmente en que no se estudia la obra pedagógica de Raúl Ferrer en las carreras de esta disciplina.
Esperamos que este documental tenga una amplia difusión, un puesto en la “parrilla” de la programación televisiva cubana, así como en otros encuentros que puedan organizarse en escuelas y otros espacios, para que su huella, tan necesaria en los días que corren, contribuya a enriquecer la formación y el espíritu de las nuevas generaciones de cubanos y obligatoriamente de sus formadores. Seguro el maestro-poeta estaría de acuerdo.
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