La Jornada por el aniversario 35 de la compañía Danza Espiral, que dirige la maestra Liliam Padrón, propició el acercamiento a uno de sus fundadores con el espectáculo “Reescrituras”, en el teatro Sauto, Monumento Nacional, cuyo programa incluyó estrenos y piezas memorables.
El evento contó con el estreno de tres piezas y un remontaje alegórico de la autoría de Guillermo Luis Horta Betancourt, más la inclusión de dos danzas, una inspirada en una obra de Virgilio Piñera y la última, un estreno del coreógrafo José Ángel Carret Morejón.
En la primera parte se mostraron “Pieza para piano y voz” más “Ritual Vocal”, donde con el toque de los tambores batá, se disfrutó del poderoso registro y expresión corporal de Horta, para retomar después “Concierto Estress”, junto a los bailarines de la compañía, una remembranza a las primeras puestas de la prestigiosa agrupación y al inolvidable maestro Ángel Luis Serviá.
El tercer estreno, titulado “La primera vez” fue una improvisación entre Guillermo y Lilian a partir de un poema, en el cual se precisaba el momento crucial en que se conocieron y unieron su arte en la formación de Danza Espiral, el cual fue declamado en escena por el poeta Alfredo Zaldívar.
El espectáculo presentó además una obra muy gustada por el público, con la coreografía de Liliam Padrón. Me refiero “A las en punto”, con texto de Virgilio Piñera, en la voz del excelente actor Iván García. El ritmo, el uso del vestuario y el contante movimiento de los cuatro intérpretes alcanzó en dosis de humor esa excelencia expresiva que cautiva a los espectadores.
En cuanto al último estreno “The Duckling”, versión coreográfica de José Angel Carret Morejón, mostró el crecimiento artístico de la compañía, al plasmar con estilo contemporáneo las esencias de la fábula del “patico feo”. La soledad de los seres ante la diversidad se refleja con acierto por Alejandra Rodríguez Alfonso, así como el desempeño de los danzarines en la paulatina aceptación colectiva hasta llegar la masa a transformarse en sus propias alas, acción que quizás deba prolongarse más en el tiempo del cierre.
En entrevista para el Periódico Cubarte, Liliam Padrón, laureada coreógrafa matancera, indicó que se aprestan para la celebración del 5 al 10 de octubre próximo del famoso y esperado certamen DanzanDos.
Asimismo, informó que en ocasión de la Jornada, que se extenderá hasta noviembre próximo cuando se conmemoran los 35 años de fundado la agrupación, se inició a finales de mayo en la Casa Social de la UNEAC matancera la tertulia Por la memoria, rompiendo la inercia, conducida por la propia Padrón, cuyo objetivo es enaltecer a las grandes figuras de la danza que han pertenecido o influido en la trayectoria de la compañía a lo largo de estas más de tres décadas.
Ya recibieron el homenaje el maestro Ramiro Guerra, el bailarín, coreógrafo y actual profesor Antonio Figueroa, Eva Arrieza asesora cultural y los bailarines Odilia Cárdenas y José Ángel Carretera, de amplia ejecutoria.
Danza Espiral se caracteriza por su sello de contemporaneidad, incluso en los últimos tiempos se observa una tendencia marcada hacia versionar libremente obras clásicas de la literatura con elevado efecto. Entre sus obras más apreciadas se encuentran “El No”, “Un hombre es así”, “Vida de Flora”, “La sombra de los otros”, “La edad de la ciruela”, “Otelo”, “¿Y mi cuerpo?”, “Si me tocas…”, “La lágrima”, “Aire Frío” y “Clave cubana”, inspirada en “Hamlet”.
Declaraciones de la laureada directora precisan que “con el grupo busca una manera particular de moverse, ligada a la utilización de la energía intentando eliminar la fuerza, buscando el movimiento en el mismo centro del cuerpo de donde se parte hacia todas las direcciones posibles para conseguir un cuerpo dilatado, listo para cautivar sin necesidad de hacerlo solo por la utilización de la técnica y los movimientos virtuosos.
Se trata de tener como resorte que cada coreografía parta de la necesidad y claridad del creador en el “qué” se quiere decir y “cómo” se va a hacer, pero que además sea a través de la investigación antes y durante el proceso, la experimentación, el trabajo directo y comprometido de los bailarines con cada proyecto sin temer a las contradicciones y diferencias.
Para lograr estos propósitos cuenta con bailarines a quienes les motiva un enorme deseo de bailar y unos cuerpos moldeables y expresivos, características que unidas al trabajo diario y la voluntad les ha permitido convertirse en excelentes danzantes.
Sólo me resta desearles que en algún momento de su consagrada labor artística de 35 años en escena lleguen a contar con una sala propia, que les permita desarrollar a plenitud su excelente arte danzario.
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