El intelectual sufría de algunos problemas que le aquejaban desde hace varios años pero aparentemente sin gravedad y durante el chequeo falleció.
Licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México, fue agregado cultural en Nicaragua y consejero cultural en Francia. En su primera estancia en París editó la revista bilingüe Altaforte.
Posteriormente fue coordinador de varias colecciones en el Consejo de cultura, mientras se dedicaba a la escritura de textos como Topos, El cuento de nunca acabar, La linterna de los muertos, La otra mitad, Historia de historias o Los que no, aparecida apenas en mayor de 2021.
Como describe el diario Mileno en una entrevista hace poco tiempo, el autor de numerosos textos decía que escribir un libro debe ser una aventura: si desde un principio supiera en qué termina y cuáles son todos los desarrollos, para qué lo escribo, sería profundamente tedioso.
Explicó que, a propósito de la aparición del libro Caracteres: “en un libro”, contaba en aquella ocasión, que veía “la oportunidad de aventurarme en cosas que me son desconocidas. Quiero que mi vida y mi trabajo se combinen durante el proceso de creación”.
Tiendo a ser una especie de autobiógrafo serial, exploto mucho mi vida, con la salvedad que mi vida incluye también a la gente que conozco y lo que he leído.
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