Ha muerto esta lluviosa tarde de septiembre en la Habana el músico y escritor cubano Leonardo Acosta. Todos los días muere en cualquier ciudad y lugar de este planeta un músico o un escritor y todos los días, igualmente llueve. La muerte, que no por cotidiana, siempre es una dura noticia. Solo que esta vez se trata de Leonardo Acosta el más importante musicólogo cubano de la segunda mitad del siglo XX y de estos comienzos de siglos. Él es y será la referencia obligada para entender la evolución de la música cubana más allá de la academia, las vivencias y las referencias periodísticas.

Su historia como músico –se le consideró en su momento como un excelente saxofonista—cruza por haber descubierto el jazz en su primera juventud y tras su comprensión e interpretación recorrió todos los lugares posibles. Así se ha hablado de sus paso por New York en los años cincuenta siendo parte de algunas bandas de jazz de esa ciudad; de su amistad con aquellos grandes jazzistas; de su fugaz presencia en la Banda Gigante de Benny Moré; de ser fundador del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC.

Sin embargo, sus grandes contribuciones como músico se encuentran en haber sido un entusiasta impulsor del Club Cubano de Jazz y ser cofundador junto a Horacio Hernández y Bobby Carcases entre otros, del Festival de Jazz Plaza.

Como escritor y periodista fue uno de los más importantes cronistas culturales de la agencia Prensa Latina en los años sesenta;  sus reseñas y entrevistas alimentaron por años las páginas de publicaciones como La Gaceta de Cuba de la UNEAC, la Revista Revolución y Cultura; el Caimán barbudo –del que fuera fundador--; Bohemia y cuanta publicación requiera de su sabiduría y estilo literario.

Sin embargo, Leonardo Acosta fue más allá y entregó títulos como Música y Descolonización, Del tambor al sintetizador y la que se puede considerar su obra cumbre: Cubana Be, cubana Bop, o simplemente la Historia del Jazz en Cuba; obra en la que están, además de sus vivencias, todo su rigor investigativo y literario.

Leo, como le llamaban sus amigos más cercanos, es quizás el único artista cubano que ha recibido dos premios nacionales: el de Literatura y el de Música, junto a su amigo y compañero de infancias y correrías Sergio Vitier, quien falleciera hace más de año, en esta misma ciudad.

Ha muerto esta tarde calurosa y lluviosa de Septiembre en La Habana Leonardo Acosta. Confieso que no dejé de beber mi cerveza; es más, estoy dispuesto a beber una segunda a su memoria y en vez de llorar por la partida de un amigo propongo (les invito) a una gran descarga.

La lluvia esta tarde presagia buena música.