El cineasta e investigador mexicano Fernando Buen Abad impartió una conferencia magistral este 8 de abril en la Universidad de las Artes ISA, dedicada a la guerra semiótica y a la subjetividad en la información que brindan diferentes medios y centros de poder.
Ante un auditórium integrado mayormente por profesores, estudiantes y profesionales relacionados con las artes, el también especialista en Filosofía de la Imagen y Filosofía de la Comunicación se refirió a la intención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de desplegar una guerra sostenida en tres categorías fundamentales: “es una guerra económica, por supuesto, territorial y armamentista y una guerra necesariamente mediática y cultural”, precisa Abad.
“La OTAN es uno de los artificios para disfrazar una ofensiva contra los pueblos y que viene operando bajo una mascarada de todo tipo de engaños y llevándonos hacia una forma de amenaza mundial, cada vez más renovada porque tienen dinero suficiente”, argumentó el licenciado en Ciencias de la Comunicación.
De acuerdo con este especialista y profesor, recientemente la OTAN publicó un documento, donde se anuncia que la siguiente etapa de la guerra será en el cerebro de las personas.
“Acabo de decir una cosa horrenda — insistió Buen Abad —, porque están pensando a ver cómo desplazan la guerra financiera, la guerra mediática y armamentística a la mente de las personas, pero con una diferencia que vale la pena reflexionar. Esta vez ellos no van a poner las armas, sino que la vamos a producir nosotros, armas para destruir al menos tres o cuatro voluntades internas, que son la idea de que podemos unirnos con otras personas para resolver problemas; hay que anular la idea de que con la unidad se suman fuerzas para cambiar el futuro y luego la idea de que que, así como está todo, está muy bien”.
La OTAN busca realizar experimentos psicológicos para disociar a los individuos de la realidad y mediar en la toma de decisiones encaminadas a resolver problemas o asuntos en común. “Eso dicen ellos en su documento y además que es por nuestro bien”, insistió Fernando Buen Abad.
El investigador puso de ejemplo un video ofrecido en un noticiario de Argentina, donde los locutores anunciaron fuertes y conmovedoras imágenes sobre la agresión del gobierno ruso a la sociedad civil de Ucrania, cuando en realidad se trataba de un video juego.
Acerca de cómo pueden manipularse las emociones, los públicos y las credibilidades de determinado fenómeno, comentó Buen Abad: “Ese episodio es una joya en términos de casuística semiótica, porque nos presenta dos desafíos: o es una tontería que inventó algún jefe de redacción o está coordinado como un plan sistemático para empezar a comprobar la relación de la audiencia con la realidad y la ficción. Están haciendo, lo que se llama, en términos generales, globos de ensayo”.
Lo sí que puede tomarse como real es la confusión generada a propósito del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, al punto de no entender con claridad las causas del asunto, debido a la continua manipulación de los hechos.
Al finalizar su intervención, Fernando Buen Abad sostuvo un diálogo con los presentes en la sala, para seguir polemizando sobre la guerra semiótica y subjetividad de los contenidos e información ofrecida en el escenario contemporáneo.
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