Como continuación de Suite Habana, trece años después, concibe Fernando Pérez el más reciente de sus filmes, Últimos días en La Habana, una de las producciones cubanas que aspiran a los premios Coral en el 38 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
En conferencia de prensa efectuada este lunes en el Salón Taganana del Hotel Nacional de Cuba, el realizador apuntó que,en esta, el enfoque es más complejo porque la actual es una realidad de sobrevivencia, en la cual los personajes pueden tener conductas incomprensibles desde el punto de vista ético.
Luego de aclarar que no trabajó la película como una comedia, el cineasta subrayó que, tras un drama tan fuerte como La pared de las palabras(2014), sentía la necesidad de contar una historia del modo en que la vivimos los cubanos: siempre con una salida humorística o, al menos, positiva, ante las adversidades.
Explicó que, no obstante ser una película sencilla, le planteó muchos retos, como el de resolver situaciones de larga duración en pantalla con personajes físicamente inactivos. En ese sentido elogió el desempeño de Patricio Wood, con quien deseaba trabajar desde Clandestinos (1987)y de Jorge Martínez, ambos en los roles protagónicos.
También expresó sentirse muy satisfecho con el desempeño de algunos debutantes como el actor Cristian Jesús y la actriz Gabriela Ramos; así como con el editor Rodolfo Barros y Abel Rodríguez, coautor junto a él del guión.
“Los jóvenes son una cantera inagotable de talento, nobleza y sensibilidad”, dijo Fernando Pérez en el encuentro con la prensa al que, excepto la novel intérprete, asistieron los antes mencionados y el productor Daniel Díaz Ravelo.
Agradecido como el resto del equipo por esta oportunidad de trabajar con el que la crítica cataloga como el más importante cineasta cubano en activo, Patricio Wood señaló que, a su entender, el gran mérito de la película radica en el diseño de los personajes; en el contraste que se logra entre uno y otro. “Eso es lo que hace de esta intimidad un espectáculo”, concluyó.
Por su parte, Abel Rodríguez, cuyos guiones habían sido rechazados reiteradamente por otros realizadores, se sumó al criterio del colectivo en cuanto a la profesionalidad del cineasta, su asequibilidad y profundo humanismo.
Como “una mano que empujó una ventana para darle luz y aire a la película”, calificó el joven escritor la impronta de Fernando Pérez en Últimos días…cinta que cuenta una historia de amistad entre dos seres dispares, pero de “sensibilidad limpia”, al decir del director.