La obra visual de León Ferrari (1920-2013) se distingue por su fuerte crítica a la religión y el poder. Ferrari actúo siempre por naturaleza como un referente político antifascista, porque entendía el arte como una posición ante la vida y un arma de lucha de sus ideas y concepciones de izquierda.
Este 24 de enero, en la Galería Latinoamericana, de Casa de las Américas, quedó inaugurada la segunda estación del Año Temático León Ferrari con la muestra “Ferozmente suyo”.
Foto: Cortesía de la Autora
El Año Temático de la Casa de las Américas, iniciado en abril del 2021, en el sexagésimo aniversario de su fundación, se inscribió en el homenaje al artista sudamericano, cuya celebración del centenario había quedado pendiente en Cuba por la presencia de la pandemia.
Así, una importante representación en los fondos atesorados por la institución sirvió de acicate para proponer una mirada holística sobre su creación y pensamiento.
Como en otros años temáticos, el equipo curatorial de la Dirección de Artes Plásticas de la Casa se entregó a la labor de catalogar, seleccionar y revisitar la vasta obra del artista, cuyos pasos pioneros en diversas técnicas y procederes de avanzada desde los años sesenta y hasta su muerte muestran su sed de experimentación y visibilizan el amplio espectro de sus preocupaciones existenciales y políticas.
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Su material de trabajo fue el plástico, el metal, alambres de acero, papel y tinta; el vidrio y lo ecléctico, como figuras de cerámica, flores artificiales, mariposas de alambre y tul, maniquíes femeninos desnudos con declaraciones en sus cuerpos e incluso excrementos de aves.
Usó además la espuma de poliuretano, pintura de brillos; hizo serigrafías y recurrió a recortes de diarios que mostró como collages; otras veces su arte era su pluma en manuscritos pensados y caligrafiados por él con su letra redonda. Iba del plano a lo tridimensional, y viceversa, en sus collages, libros, objetos, esculturas e instalaciones
Pero lo que define sobre todo al trabajo de León Ferrari son sus ideas y su mirada del mundo.
Foto: Cortesía de la Autora
La obra de este creador está compuesta por cuadros, esculturas, puestas en escenas y arte performático. Famoso por un trabajo comprometido, su denuncia siempre reveladora y dura le deparó al maestro argentino de las artes plásticas choques con gobiernos, con la Iglesia Católica y con ideólogos de sociedades de consumo.
León gustaba de poner en jaque las creencias de la cultura occidental y hacer una crítica a la violencia de la religión. Para muchos fue un artista incómodo, para otros un adelantado a su época. La guerra, la iglesia del poder, las armas, entre otros, son los temas que aparecen en la obra visual de Ferrari.
Foto: Cortesía de la Autora
La pasión por la escritura, la caligrafía como recurso visual y la exploración del poder plástico del grafismo son tópicos reconocibles en la producción del artista argentino. Estos intereses serán parte vital de su obra y se extenderán a través de su creación en diversas soluciones formales, materiales y soportes a lo largo de sus casi cinco décadas.
Fue en el periodo comprendido entre la década del 60 del siglo XX y el inicio del siglo XXI que la grafía y sus valores visuales constituyeron un elemento recurrente.
Sin embargo, vale destacar las fechas de 1964 y 1984 en que se editan dos de sus más significativas creaciones relacionadas con el grafismo como objeto plástico. Estas piezas sirven de referencia para vincular parte de la producción de León Ferrari con elementos esenciales del arte de la segunda mitad del XX como el conceptualismo, la transgresión de los límites entre escritura y pintura y el libro objeto.
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Asimismo, sus estudios de la ingeniería propiciaron que sus primeras obras escultóricas exploraran la luz, la forma y el espacio en composiciones sugestivas dentro del devenir de su obra.
Con la escultura OPUS 142, por ejemplo, perteneciente a la Colección de Arte de Casa de las Américas, a través de un fino hilo de acero inoxidable, Ferrari entreteje una forma en el espacio produciendo una forma de construcción permanente.
Por otro lado, la obra “La Civilización occidental y cristiana”, de 1965, constituye un símbolo irreductible de una realidad de horror y violencia, referenciados aquí en un Cristo de santería crucificado sobre un avión de guerra norteamericano.
Foto: Cortesía de la Autora
El legado artístico, cargado de un valor estético y documental, como lo es el cuerpo de la obra de León Ferrari, cobra una especial relevancia en nuestros días.
La relación entre vida y experiencia artística de este exponente del arte regional podrá ser disfrutada hasta el próximo 18 de marzo, fecha hasta la cual permanecerá abierta la exposición “Ferozmente suyo” en Casa de las Américas.
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