Festival de Cine Francés en Cuba: ¡Viva le cinéma!


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Un proyector de cine está obligado a acordarse de la cámara

porque el cine no es sólo una industria de evasión,

es ante todo el único lugar

donde la memoria es esclava …

 

Jean-Luc Godard

 

Como el grand Buñuel, también el gran Godard, sentía que el cine es un “instrumento de poesía, con todo lo que esta palabra pueda contener de sentido libertador, de revuelta de la realidad, de umbral al mundo maravilloso del subconsciente”. Con ellos y con el cine, parecería que la memoria nos sujeta y salva, nos junta y aclama, nos deja habitar las pieles de otros seres tal como el proyector necesita de la cámara para asegurar su rol mediador ante la pantalla. Pantalla que atrae e hipnotiza, se yergue y agiganta año tras años al dar la bienvenida al Festival de Cine Francés en Cuba.

Una, dos, tres veces y más, 20, 22, 24 y ya por veinte y cinco ocasiones la asociación francesa Cinémania, moviliza la atención de espectadoras y espectadores en Cuba para seguir las rutas de la cinematografía gala en las salas cubanas durante los días de festival. Francia es cuna y baluarte del cine, no hay dudas; muchas de sus películas han nacido con la voluntad poética y política de apresarnos en sus temáticas y argumentos, en el histrionismo mensurado de sus estrellas, en la variedad casi infinita de atractivas localizaciones, algo que saben muy bien aprovechar sus realizadoras y directores de cine. En la especial relación de los franceses con el amor, hay un más allá del consabido cliché y la multiplicidad de motivos cachés. El sentido lúdico del humor ha roto récords de taquilla y buenas críticas.

Tal como asegura el señor Laurent Burin Des Roziers, Embajador de Francia en Cuba, en las palabras del catálogo de la 25 edición del Festival de Cine Francés en Cuba (entre el 2 y el 13 de octubre); la aventura que nos propician imagen y sonido al acercarnos al cine, es una gran fiesta.  Llegar al 25 Festival es celebrar un cuarto de siglo y con ello la ocasión de reforzar el compromiso entre Francia y Cuba. A lo largo de estos años, nos cuenta el diplomático, se ha podido confirmar que todas y cada una de las ediciones anteriores, ha detonado iniciativas, proyectos, escenarios, imaginarios, formas de relación entre la cinematografía francesa, las creadoras y creadores cubanos, junto con el público de la isla.

De la “nouvelle vague” al reinventarse una y otra vez, emanan otras olas renovadoras que, en respeto a sus tradiciones, hacen que Francia no sea Francia si no estuviera orgullosa de sus propias raíces. Auguste y Louis Lumière, Georges Méliès crearon el séptimo arte el pasado siglo, heredad que transita invicta en las edades del presente. Y ahora, al celebrar la 25 edición del Festival en este 2024, la Alianza Francesa de Cuba junto al ICAIC y la Cinemateca de Cuba, ofrecen una amplia programación con varias películas recientes, por lo general premiadas en festivales internacionales y con excelentes reseñas de la crítica especializada y de los públicos más diversos. Habrá dramas (Anatomía de una caída; Las dos caras de la justicia, etc.), comedias (Un año difícil; Yannick), acción policial, animados (El pequeño Nicolás; El Faraón, el Salvaje y la Princesa; No se admiten perros ni italianos), testimonios y adaptaciones inspiradas en sucesos de la vida real, como el film Noviembre, de Cédric Jimenez que narra cinco días en el corazón de los servicios antiterroristas franceses durante la búsqueda de los sospechosos tras los atentados del 13 de noviembre 2015 en París; filme escogido para la apertura del festival el miércoles 2 de octubre a las 5 de la tarde en el cine Charles Chaplin.

Para la ocasión, una muestra especial retrospectiva del realizador Claude Sautet nos sumergirá en su ancha y diversa cinematografía. De Las cosas de la vida, donde Romy Schneider se consagraría como musa permanente del director y artista de renombre, a Nelly y el Sr. Arnaud, con otra bella mujer, la talentosa actriz Emmanuelle Beart, la muestra rinde homenaje el centenario del gran Sautet. De igual manera, la agenda del festival rendirá homenaje a los recién fallecidos Alain Delon y Laurent Cantet; el primero quizás uno de los actores franceses más conocidos en el mundo, un ídolo de varias generaciones de cinéfilos cubanos. También Laurent Cantet, fiel amigo del Festival y que participara veces anteriores en el evento estableciendo una relación especial con Cuba y su cine; de él veremos La clase, magistral película premiada en Cannes.

Como celebración en este primer cuarto de siglo, nos reafirma el señor Embajador en sus palabras, nos acercaremos a los registros gráficos de los carteles que han identificado cada edición del festival en la singular exposición “25 carteles de un Festival”, en el lobby del cine Chaplin; mientras que una selección de la exquisita muestra de carteles cubanos inspirados en filmes franceses estarán en el cine 23 y 12, suerte de esos recuerdos “robados a la memoria del mundo”. El fórum “25 años de un Festival”, siendo historia encarnada de los muchos tránsitos y caminos erigidos desde 1997, traerá los testimonios en primera persona de los fundadores Antonio Mazón, programador de la Cinemateca de Cuba y de Nouredine Essadi, gestor de Cinemania; junto a ellos algunas de las voces que hoy siguen las jornadas del Festival de Cine Francés en Cuba.

Cuatro salas de cines habaneras (Charles Chaplin, 23 y 12, Yara y Acapulco) serán el puerto de expansión a varias provincias cubanas que en este 2024 recuperan su calidad de espacios de proyección de una gran parte de la muestra de esta 25 edición. Capitales provinciales y algunos municipios en Villa Clara, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Camagüey y Santiago de Cuba, multiplicarán los tantos esfuerzos por lograr que los vasos comunicantes entre Cuba y Francia sigan siendo afluencia de nuevas jornadas por venir de un cine hecho a la medida de sus fábulas, públicos y temáticas.

 


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