Con el recibimiento agradecido a la nutrida delegación de Estados Unidos y a la de la isla de Bonaire, que será honrada en esta 37 edición ininterrumpida, comenzaron hoy aquí las jornadas del Festival Internacional del Caribe.
En su discurso inaugural, Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, resaltó la presencia de los artistas y académicos norteamericanos a contrapelo de la hositilidad contra Cuba decretada por el presidente Donald Trump, a quien llamó negociante que 'pronto saldrá de compras por la región'.
Consideró que esa actitud se entronca con la peor tradición de los gobernantes norteños en sus relaciones con este país y aseguró que tal coyuntura no va a aguarles esta fiesta de hermandad a los cerca de mil participantes cubanos y extranjeros de más de una veintena de naciones.
Por su parte, Nina S. Den Heyer, diputada a cargo de los asuntos culturales en Bonaire, afirmó que para sus cerca de 20 mil habitantes y autoridades es un privilegio esta dedicación especial de la Fiesta del Fuego, en la que mostrarán el orgullo por la historia y el múltiple acervo espiritual de esa tierra.
Enfatizó en el esfuerzo desplegado para organizar esta representación desde que se anunció ese gesto que les propicia la oportunidad de dar a conocer esa mezcla de europeos y africanos que también cristalizó allí, con tradiciones como la de la fiesta del simadan, una suerte de carnaval muy popular.
Con la presencia del Ministro cubano de Cultura, Abel Prieto, del gobernador de Bonaire, Edison Rijna, y otras autoridades santiagueras y caribeñas, fue presentada una gala artística que recorrió auténticas expresiones musicales y danzarias de los pueblos de esta área geográfica.
Mañana comenzará el Coloquio El Caribe que nos une, con acercamientos académicos al devenir y al legado cultural de estas naciones, cocidos al calor de las dominaciones coloniales y de las rebeldías populares.
(Publicado el 3 de julio de 2017).
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