El Festival Internacional de Cine de Gibara tendrá lugar del 15 al 21 de abril y su convocatoria permanecerá abierta hasta el próximo 15 de marzo. En esta ocasión el evento, inspirado en el certamen que creara el cineasta cubano Humberto Solás, pretende abrir un espectro más amplio a la comunicación entre las artes.

La edición estará dedicada a España como país invitado y sus organizadores e speran la participación de figuras importantes del cine mundial como Delma Suárez, Benicio del Toro y Mariano Barroso.

Jorge Perrugorría, quien se encuentra al frente de la organización del festival accedió a conversar sobre las novedades que trae el mismo este año.

El festival nació bajo la concepción de cine pobre, ¿por qué desaparece este adjetivo?

Efectivamente, el Festival Internacional de Cine de Gibara continúa teniendo los mismos presupuestos con los que surgió, por idea de su fundador Humberto Solás, pero queremos ampliar las posibilidades de participación, que más filmes entren en concurso y que el evento crezca, sin perder su esencia y manteniendo a los gibareños como principales protagonistas de ese gran acontecimiento.

También queremos que la Villa Blanca de los Cangrejos, como también se le conoce a Gibara, perviva como escenario para el cine, que todo el año mantenga ese espíritu cinéfilo y para ello hemos concebido mantener muestras de la Cinemateca de Cuba durante todo el año y la creación de una oficina del festival, para que el cine no se apague junto con la clausura del evento.

Por otro lado, queremos mantener el espíritu interactivo de las artes que allí trasciende para que el teatro, la danza, las artes plásticas y la música también se den cita. Estamos previendo que Pablo Milanés esté con nosotros en la inauguración.

¿Qué otras novedades han preparado para esta nueva edición?

En esta ocasión, además de los conversatorios y coloquios característicos, se van a entregar tres Premios Honoríficos: a Adela Legrá y Eslinda Núñez, dos de las protagonistas de ese clásico del cine cubano que es la película Lucía y a la Familia Solás se le estará entregando el tercero, por su dedicación al festival durante todos estos años, en los que se ha mantenido apoyando la realización de este evento.

Otra de las novedades es que se entregará el premio “Lucía”, en reconocimiento al importante filme de Solás, en las categorías de mejor película, documental, corto de ficción, dirección, actuación masculina y femenina. El premio consistirá en una pieza escultórica alegórica a este clásico del Cine Cubano, confeccionado por el prestigioso artista de las artes plásticas Rafael Pérez Alonso.

Asimismo, se otorgará un premio en metálico con el nombre “Humberto Solás”, al filme que se encuentre en el proceso de construcción, que abarca desde guiones inéditos hasta obras en período de post-producción, en ambos géneros y metrajes, que más honre el Manifiesto del Cine Pobre defendido por Solás.

¿Por qué mantener a Gibara como sede de este evento?

Pues Gibara fue el escenario escogido por Solás para la filmación de varias de sus obras y la idea de realizar este festival cambió para siempre la vida de esta pequeña ciudad y la de sus pobladores. En la medida en que el festival ha ido madurando, Gibara ha ido creciendo y eso es lo que buscamos que se mantenga, ese ritmo en paralelo entre el evento y la ciudad que lo acoge. Además, la presencia de Humberto allí fue trascendental y los pobladores de este lugar acogieron con un cariño y un beneplácito tremendo la idea de Solás y la han apoyado hasta ahora. Por tanto, ellos ya son parte indisoluble del mismo.

¿Han pensado en la posibilidad de propiciar que Gibara vuelva a ser escenario de otros filmes?

Ciertamente, Gibara es una ciudad maravillosa, que encanta, que enamora y el comité organizador del festival quiere también estimular que se aprovechen todas esas virtudes y posibilidades que ofrece este poblado, que se traigan proyectos acá, quizás con el apoyo de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños. Tenemos ese propósito, queremos potenciar todas esas oportunidades que ofrece el territorio, además porque en la medida en que avanza el festival, los gibareños se han ido permeando de una cultura y una pasión por el cine enormes e incluso comienzan a surgir inquietudes entre su gente, que pueden ser interesantes.

El Festival Internacional de Cine de Gibara nació en 2003 y persigue alentar la ejecución de un cine legítimo, actuante y movilizador, altamente estético y ético, humilde en su elaboración, ajeno a todo proyecto de elitismo cultural y propiciador de una interacción con las diversas comunidades.