Flores crecen en mi Patria y, en ella, la más autóctona de la Revolución riega con su vida y ejemplo la cultura más auténtica de los mejores valores humanos.
Atesorados para la memoria histórica y para la acción del presente, esos valores se concentran en sendos museos. Es el patrimonio material y espiritual expresado en sus objetos, en las conductas y en los hechos paradigmáticos de una revolución verdadera.
Uno: el Museo Municipal, ahora en su nueva sede en la calle Anselmo Vega No. 16 de Media Luna, la cual festejó el 23 de enero su 40 Aniversario.
Su directora Elizabeth Eliot, le explicaba al autor de este artículo que todos sus trabajadores venían realizando muy diversas acciones por la promoción de esta fecha, tanto en las redes sociales como directamente con la comunidad.
Entre ellas se destacan las promovidas dentro de la Jornada “40 años defendiendo nuestra historia” qu se efectuó entre el 14 y el 24 de enero. La misma, fue organizada para celebrar esta efeméride con múltiples acciones conducidas por el museo en coordinación con diferentes instituciones locales.
En sus inicios, este museo se ubicó en aquella casa de madera y tejas coloniales de Media Luna donde naciera Celia.
El Museo Municipal luce con sano y justificado orgullo el nombre del hombre de avanzada proyección humanista y quien educara a aquella niña en la esencia martiana y en ideas de justicia y honestidad, el de su padre, el Dr. Manuel Sánchez Silveira. Así, el 23 de enero de 1983 había surgido el Museo Municipal.
Este Museo Municipal posee diversas colecciones de la historia del territorio. Se exhiben piezas de artes decorativas, armas, numismática, documentos, arqueología aborigen y colonial. Todas importantes y que documentan la vida cultural y política del municipio.
La labor social y educativa realizada durante estas cuatro décadas hacen de esta institución un noble ejemplo de abnegada labor museística.
Dos; el de la casa natal de Celia Sánchez Manduley, convertida primero, como ya fue explicado, en Museo Municipal (1983), y siete años después se erigiría como Museo Casa Natal atendiendo a una orientación de Fidel.
Esta última sería acreedora de la condición de Monumento Nacional el 27 de enero de 1990, por lo cual festeja también su aniversario 33.
Desde su fundación ha resultado una destacada agencia educativa museológica y un memorial a esta heroína de la sierra y el llano.
El inmueble como tal, es una vieja casona construida en 1908 y ubicada en la calle principal del poblado costero de Media Luna, frente al Golfo de Guacanayabo, a unos 120 kilómetros de la ciudad. Presenta pisos de mosaico y un techo de tejas francesas. De arquitectura ecléctica, se asemeja al tipo de bungalow americano. Además de la vivienda familiar, a un costado de la casona tenía el Dr. Manuel Sánchez Silveira, el padre de Celia, su biblioteca, gabinete arqueológico y consulta médica privada.
Una rigurosa reparación capital desde sus cimientos en 2021 le devolvería la salud y esplendor al inmueble que mantiene sus originales características constructivas.
Más cercano en el tiempo y en armonía con la casa le fue construido un garaje con cubierta de madera y tejas donde se expone el Jeep GAZ-69, asignado a Celia en los primeros años de la Revolución y sobre el cual se trasladaba a cualquier hora y en el que, no pocas veces, fue su conductora, ya que le gustaba manejar.
De los resultados del nuevo montaje museográfico la directora de la Casa Natal, Marbelis Terry, declararía entonces que “la reapertura del museo presentaba un nuevo montaje expositivo en sus ocho salas; dedicadas a la niñez, la juventud, la clandestinidad, la Sierra Maestra y al prolífico quehacer de la combatiente desde el triunfo de 1959 hasta su deceso en 1980”.
Nuevas piezas de alto valor histórico serían apreciadas, dijo, entre ellas el maletín profesional que el padre Manuel Sánchez usara en el ejercicio médico, la colección completa del disfraz de embarazada, que utilizara con alto riesgo para su vida y con el que Celia enmascaraba su identidad en acciones clandestinas. Poseen además otros objetos celosamente conservados.
Especial connotación tuvo el estreno de un amplio jardín en el patio de la casa, repoblado con las plantas que más agradaban a la heroína; fundamentalmente helechos, orquídeas, mariposas blancas, mantos, madreselvas y otras, con las cuales adornó y distinguió locaciones insignes del periodo guerrillero y posteriores al triunfo revolucionario, como fue el caso de la Comandancia General de La Plata y el propio Palacio de la Revolución.
Regresando a los orígenes, cursaba el año 1913 cuando fue comprado el inmueble por el doctor Sánchez Silveira al casarse con Acacia Manduley, en el cual vivieron hasta 1940, cuando se mudan al poblado de Pilón.
Este fue el crisol, reflejo de la inquebrantable unidad familiar y la ejemplaridad moral de sus dos padres. Desde aquellos tiempos comenzaba a consolidarse el carácter profundamente patriota, humanista, rebelde y altruista de Celia Esther de los Desamparados Sánchez y Manduley.
Resulta elocuente el significado de sus nombres. Celia, nombre propio que en su origen está asociado con la palabra cielo o celestial, como lo fue ella y también estrella, que es el significado de Esther y, Desamparados, por haber nacido la niña al día siguiente de la fiesta religiosa de Nuestra Señora de los Desamparados, a los cuales ella siempre sirvió como soldado de las causas justas. Se unían tres símbolos, muy a tono con lo que Celia fue.
Aquella estrella celestial nacida en Media Luna el 9 de mayo en lo terrenal fue conocida con diversos nombres; el de Norma, Aly, Lilian, Carmen y Caridad como parte de la necesaria precaución para su protección de la tiranía gobernante.
Fue una combatiente revolucionaria, política e investigadora cubana. Integró el Movimiento 26 de Julio, desde donde organizó por orientaciones de Frank País la red clandestina de campesinos que fue vital para la supervivencia de la guerrilla dirigida por Fidel Castro que desembarcó por el sur de Oriente el 2 de diciembre de 1956, antecedente del Ejército Rebelde.
Celia tuvo un papel destacado en la creación, el 4 de septiembre de 1958, del batallón femenino Mariana Grajales, que operaba en la zona de La Plata, Sierra Maestra, como apoyo a la retaguardia guerrillera.
Tomado del sitio “Fidel Soldado de las Ideas” se recogen los siguientes pensamientos sobre ella:
“Dicen que Celia heredó el carácter de su abuela Modesta, viuda y madre de seis hijos. Dicen que de pequeña metía bibijaguas en los bolsillos de los varones pretenciosos; dicen que aquel amor que le componía canciones en las noches manzanilleras se le murió demasiado pronto; dicen que fumaba sin parar y que comía poco; dicen que “no fue la sombra de Fidel, sino la luz”.
“Querida Aly:
(…) Por el momento tú tendrás que asumir, respecto a nosotros, una buena parte del trabajo de Frank y de lo cual estás más al tanto que nadie. Sé que no te faltarán fuerzas para añadir nuevas obligaciones a las que ya rebasaban el límite de tu resistencia física y mental (…) Ruego me informes a la mayor brevedad la forma en que están afrontando la situación. ¡Cómo me duele no poder escribir ya a Christian!
Abrazos,
Alejandro
Así le escribía Fidel a Celia el 31 de julio de 1957, un día después de la muerte de Frank País.
En una carta enviada por los guerrilleros de la Sierra Maestra a Frank País estos patentizaron el papel vital de Celia durante la guerra cuando escribieron: “En cuanto a la Sierra, cuando se escriba la historia de esta etapa revolucionaria, en la portada tendrán que aparecer dos nombres: David (Frank) y Norma (Celia)”.
En palabras de Fidel, ella fue “la primera en establecer el contacto entre nosotros y el Movimiento, la primera en hacernos llegar los primeros recursos, el primer dinero que nos llegó a la Sierra y que hacía mucha falta.”
De ella dijo Guillermo García Frías:
“Quizás por eso amó tanto la Sierra. Allí se acostumbró además de a tomar el fusil, a beber infusiones de hierbas y cocinar al carbón. Se ocultó, sudó y amó por su monte como pocas. Desde que recorrió las lomas del Turquino junto a su padre y llevó el rostro de Martí hasta lo más de alto de Cuba, hasta que se convirtió en la primera guerrillera del Ejército Rebelde. Tanto que aún después de haber bajado, siempre volvía”.
Su aporte fue decisivo en el abastecimiento de la guerrilla y luego se convirtió en combatiente directa. Se dice de Celia que era luchadora, aguerrida, traviesa y temeraria, heroica, apasionada, intranquila y a la vez muy sencilla que nunca olvidó su origen campesino, ni se olvidó de la gente.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 cumplió importantes tareas y responsabilidades. Fue una participante activa en los momentos trascendentales de las primeras décadas del período revolucionario.
Otro hecho destacado fue que desde el período guerrillero se dedicó a recoger, guardar y organizar con meticulosidad toda la información referente al proceso revolucionario. Fue miembro del Partido Comunista de Cuba desde su creación y miembro de su Comité Central. Fallece el 11 de enero de 1980 de una penosa enfermedad pulmonar.
Entre las distinciones de la Casa Natal se encuentra: distinción Granma Triunfa, también ostenta la condición de Monumento Nacional, atesora la réplica del machete de Máximo Gómez y en el 2004 recibió el Premio Nacional de Conservación y Restauración.
Bien merecidos los reconocimientos y festejos ya que estas agencias culturales-educativas son instituciones para no olvidar la memoria histórica, pues el olvido es el suicidio de la identidad.
Fuentes
Conversación telefónica con Marbelis Terry, directora de la Casa Natal Celia Sánchez Manduley y Elizabeth Elliot, directora del Museo Municipal de Media Luna Dr. Manuel Sánchez Silveira.
Reyes Rodríguez, Dilbert. Restauran el Museo Casa Natal de la heroína Celia Sánchez. Granma.cu 10 de marzo de 2015.
Ecured
Milanés Guardia, Yelandi. Entregarán a museo Casa Natal de Celia importante distinción. La Demajagua Diario Digital de la Provincia de Granma, CUBA. 6 septiembre, 2018.
Nuestra Región. Información del Municipio. Museo Casa Natal Celia Sánchez Manduley. MUSEOS-CULTURA 31 MARZO 2017-08 JULIO 2020
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