Para el galerista suizo Johann Burkhard la muestra con la que ha iniciado este año el programa de exhibiciones del espacio ArteMorfosis, en la ciudad suiza de Zúrich, constituye un llamado de atención sobre una realidad que él desea compartir: la amplitud y la calidad de la formación artística en la Cuba de hoy.
Es por eso que aunque parezca contundente y abarcador, con relación a la cantidad de expositores, el título El arte de la Revolución simboliza el impulso recibido por la enseñanza del arte desde los tempranos años sesenta del pasado siglo XX, en la isla antillana.
Flora Fong, Ernesto García Peña y Gilberto Frómeta son los creadores representados. Figuran en el catálogo de una galería dedicada exclusivamente a la promoción de artistas cubanos. Los tres forman parte de una de las primeras generaciones de las Escuelas de Arte de Cubanacán, y cuentan, como otros tantos egresados, de reconocimiento dentro y fuera de su país.
Zúrich ocupa un lugar prominente en los circuitos europeos de exhibición y mercado del arte, y los visitantes a ArteMorfosis, en buena medida, asocian los avatares de la distante Isla al periodo posrevolucionario.
A partir de ese conocimiento, Burkhard se ha propuesto que los aficionados a las artes visuales valoren cómo los cambios sociales acaecidos durante más de media centuria en la nación caribeña han favorecido el acceso de jóvenes procedentes de capas populares al rigor de la enseñanza artística, y que estos puedan desarrollar obras de muy variados códigos estéticos.
Específicamente en la referida exposición, unos aprecian la vena lírica de García Peña; otros la revelación de signos identitarios en Flora; y no faltan quienes se decantan por el particular modo de Frómeta de encarar la abstracción. Así, inspirados por sus anteriores exposiciones en Suiza, los artistas aportan en esta ocasión creaciones exclusivas que se muestran por primera vez: los cuadros Primavera en Zúrich, de Flora; La gran marcha, de García Peña; y Cuando termina el otoño, de Frómeta. El galerista hace notar dentro de la diversidad expresiva de cada estilo, un denominador común: el cromatismo caribeño, la iluminación y la alegría de vivir que comparten los habitantes de la Isla.
Inaugurada en mitad del presente enero, El arte de la Revolución se mantendrá expuesta a lo largo de todo el mes de febrero.
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