Francis Ford Coppola, el admirado realizador de filmes como El Padrino (1972), Apocalypse Now (1978), Cotton Club (1984), y Drácula (1992), entre otros, se encuentra en Cuba, invitado por la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.
El también productor, guionista, vinicultor y hotelero, permanecerá en la Isla hasta el próximo día 19 de julio, y trajo consigo a sus hijos, a sus nietos, y una honda y pertinaz preocupación: el futuro del cine, de lo cual conversó con el periódico Cubarte.
Se ha anunciado que usted va a sostener un intercambio con los estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. ¿Va a realizar una especie de evaluación de algunos de los trabajos cinematográficos de estos alumnos?
Sí, me van a mostrar trabajos y yo daré mis mejores consideraciones, pero yo estoy sobre todo interesado en responder a sus preguntas, ver cuáles son las tendencias que están trabajando y conversar con ellos acerca de cuál será el futuro del cine, porque estoy muy interesado en esto, y esos jóvenes son los que van a realizar ese cine del futuro.
¿Sobre este tema conversará además con directores de cine cubanos de más experiencia?
No sé, pero estaría muy feliz de debatir con directores ya establecidos si la escuela los invita.
Recientemente usted recibió el Premio Princesa de Asturias de las Artes. ¿Qué lugar ocupa este reconocimiento en el conjunto de los muchos lauros que ha recibido por su carrera cinematográfica?
Es un honor maravilloso, pero le voy a ser honesto, aunque los agradezco yo no estoy tan interesado en premios y condecoraciones, mi objetivo principal es el futuro del cine, a dónde se encamina y conversar con los cineastas jóvenes sobre el cine no solo en Cuba, sino en cualquier país, porque va más allá de cualquier espacio geográfico, el cine es la forma más alta de expresión que tiene el arte.
Yo he disfrutado el cine de muchos, muchos países, de Japón, Suecia, Italia, Estados Unidos, Cuba, de Francia: el cine le pertenece a todas las gentes de todas las naciones.
Si pudiera volver a realizar El Padrino, y a partir de su interés en analizar el futuro del cine ¿qué no haría?
Esa es una de esas preguntas imposibles de contestar porque yo hice El Padrino cuando tenía treinta años, ahora soy una persona completamente diferente y si le soy sincero ni recuerdo como era yo en esa época; ahora estoy interesado en algo mucho más ambicioso que el cine comercial.
¿Cuál es su opinión personal acerca del proceso en desarrollo de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba?
Personalmente yo he estado esperando por esto durante mucho tiempo; recuerdo muy bien el privilegio de mi encuentro con Fidel hace 30 años, en el que me dijo que le parecía que las relaciones iban a mejorar con el gobierno del presidente Jimmy Carter. Yo me sentí muy contento, pero eso no sucedió así.
Yo admiro mucho a nuestro presidente Barack Obama, pienso que es un gran presidente, pues bajo su mandato se han producido eventos que han mejorado la vida de la gente en Estados Unidos, en cuanto a la salud, a otras garantías constitucionales para todos, quizás un cierto avance en las relaciones con Irán, y esta normalización de las relaciones con Cuba es una excelente decisión y…, sí, apoyo esta idea con mucha felicidad.
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