Lejos estaba de suponer Frank Fernández, durante su etapa de perfeccionar la técnica de interpretación de su instrumento en el conservatorio Chaikovski, de Moscú, que la imagen del gran poeta celebrado por todos, Alexander Pushkin, encontraría un sitio permanente muy cerca de su corazón.
Ello se hizo realidad este último fin de semana cuando el notable pianista cubano fue condecorado en La Habana con la Medalla Presidencial Pushkin, impuesta por el vicepresidente del Gobierno de la Federación Rusa, Dmitri Rogozin, de visita de trabajo en la capital cubana.
El decreto que fundamenta la distinción, firmado por el mandatario Vladimir Putin valora en el maestro “su considerable contribución al fortalecimiento de la amistad y la cooperación con la Federación y al desarrollo de los lazos culturales” entre los dos países.
En el acto, presenciado por María Elena Salgado, viceministra de Cultura, y Mijail Kaminin, embajador de Moscú en La Habana, Rogozin se refirió al prestigio de Fernández entre los amantes rusos de la música clásica.
Frank ha dejado en esos auditorios huellas memorables al ejecutar la obra de los más importantes autores del romanticismo europeo y el nacionalismo ruso, y a la vez, dar a conocer a imprescindibles compositores de la Isla.
El pianista es el primer artista cubano en recibir tan alta condecoración.
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