A raíz de conocerse el resultado de las elecciones del domingo 30 de julio de 2017 para la Asamblea Nacional Constituyente en la República Bolivariana de Venezuela, en la cual votaron más de ocho millones de ciudadanos —a pesar de la violencia que ejerció la derecha de ese país para impedir la asistencia de los votantes, y resultó, así y todo, una votación histórica—, muchos países felicitaron al gobierno del Presidente Nicolás Maduro por tal admirable victoria del pueblo venezolano. Sin embargo, el imperialismo estadounidense, que ha estado detrás de todo el accionar de la derecha venezolana en los ataques violentos contra la población y las instituciones de ese país, ataques violentos que han costado la vida a más de cien personas y cientos de heridos, así como otros países cómplices en seguir al imperio en tal accionar tan antidemocrático, han desconocido el éxito que esa votación ha tenido para la paz en Venezuela.
En un periódico habanero del martes primero de agosto, acerca de esto último dice: “Estados Unidos, España y varios gobiernos latinoamericanos, por el contrario, se niegan a desconocer el proceso democrático que vivió Venezuela el domingo”. Párrafo macarrónico este, pues en vez de “se niegan a desconocer”, debió haberse escrito “se niegan a reconocer”. Pues, “se niegan a desconocer” es lo mismo que si reconocieran el éxito bolivariano”. El verbo transitivo desconocer es ‘no conocer’. Mientras que reconocer quiere decir ‘admitir o aceptar algo como legítimo’ Porque conocer significa, entre varias cosas, ‘juzgarse justamente’.
El agradecimiento es la ‘acción y efecto de agradecer’, y del verbo agradecer, entre sus significados están: ‘Sentir gratitud’ y ‘mostrar gratitud’. De Lao-Tse (604-531 a. n. e.) el filósofo y religioso chino, nacido en la provincia de Henan, y quien alcanzó grandes conocimientos, es este pensamiento: “El agradecimiento es la memoria del corazón”.
UN IMPORTANTE DICCIONARIO DE DOMINICANISMOS
Recibí de mi amigo dominicano Roberto Guzmán el Diccionario del español dominicano, patrocinado por la Academia Dominicana de la Lengua y financiado por la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua. El libro, de unas ochocientas páginas, fue impreso por la Editora Corripio, de República Dominicana.
El Equipo de Redacción estuvo integrado por cuatro personas:
- Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua y quien proyectó y asesoró todo el trabajo. También a él se debe la “Presentación” que aparece en la obra.
- María José Rincón González, española de nacimiento y Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Lengua, quien, a su vez, dirigió el trabajo que hubo de realizarse en el diccionario.
3 y 4. Los Miembros Correspondientes de la Academia Dominicana de la Lengua, los señores Fabio Guzmán Ariza y Roberto Guzmán, a quienes se les felicita en la “Presentación” del diccionario por su “encomiable colaboración” en la labor de redacción y revisión del libro.
Se le hace un agradecimiento especial de manera pública a la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua y a su presidente y fundador, don Fabio Guzmán Ariza, y de él se expresa: “[...] cuyo auspicio, brindado con gran entusiasmo, hizo posible la confección y la publicación de esta obra lexicográfica sobre las voces del español dominicano”.
En la “Presentación” del diccionario se dicen varias cosas de interés para el lector:
El Diccionario del español dominicano llega a contener 10 903 lemas o artículos y 14 054 acepciones.
También se habla de lo que debe considerarse dominicanismo, esto es, el conjunto de voces, frases, y acepciones del idioma español que se emplea en la República Dominicana y no forman parte del lenguaje estándar español registrado en el Diccionario de la Real Academia Española, sin tener en cuenta que también se empleen en otras naciones hispanoamericanas.
Además, Rosario Candelier dice que comparten numerosos términos con sus vecinos boricuas (labioso, ‘hablador’, chi, ‘poco’) o con sus vecinos cubanos (rancho, ‘casa, choza’; batey, ‘caserío’ de la industria azucarera).
También nos dice que por el influjo de los medios de comunicación —principalmente la televisión— una cantidad de vocablos que son oriundos de otro país son compartidos por los hablantes de otras naciones y forman parte de los americanismos. Pero, por el contrario, algunas voces propias de República Dominicana (cacique, canoa, huracán, batey) han pasado a formar el léxico patrimonial de la lengua española.
El director de la Academia Dominicana expone que “muchos dominicanismos forman parte del español antillano o del español americano”.
Además, expresa que en cada país el hablante usa diferentes palabras y estas denotan el nivel intelectual y la cultura lingüística de la comunidad que hablamos.
A continuación, voy a ofrecer una lista de voces dominicanas para constatar que, a pesar de lo cerca que está la República Dominicana de Cuba, de ser dos naciones de nuestras Antillas Mayores, hay varias voces que aquí los cubanos desconocemos totalmente:
- Al ‘tonto’ se le denomina de varias formas, entre ellas: pendango, ñeñe, bolsa, y boca de burro o boca abierta.
- A la ‘cabeza humana’ se le dan algunos nombres, entre ellos, cutarra, mamerria y tutú.
- Cacata se le llama a una mujer de mal carácter y, además, fea.
- Si lloviera copiosamente, se dice que está cayendo agua a serazos.
- A la persona ‘torpe, poco inteligente’, entre otras formas se le dice: gafo, maco y
- Si la persona es ‘valiente’, de ella se dice que es como abeja de piedra; pero, ‘quien presume de valiente’ es un tabarrón.
- Cuando alguien es ‘tímido’, se dice que es un ajibarado.
- Manilo se le llama al ‘cobarde’.
- Se dice de una persona que se da el sostén, cuando es ‘arrogante’.
- Azacán es el ‘hipócrita’.
- Buticaco le llaman al ‘hombre de ojos zarcos, es decir, ojos azules o claros’.
- A quien es ‘soso, incauto’, se le adjetiva como apavado; pero si es ‘pícaro, bribón’, entonces se le dice: bagamán.
- Al ‘ratoncito pequeño’, a ese que nosotros los cubanos llamamos ‘guayabito o guayabita’, según las diferentes regiones de nuestro país, en República Dominicana se le denomina de dos formas: bigañuelo y cañuelita.
- Al hecho de ‘morirse’ se le conoce de varias formas, entre ellas: pichirriarse y
- Con la frase irse a brillar se dice del ‘alumno que dejó de ir a clases sin que lo supieran sus padres’.
- Un calén es un ‘hombre talentoso’.
- Cuando un adulto lleva un niño a cuestas, en los hombros o en las espaldas, se dice que el niño va a clitomé.
- Fifiriche es ‘lo muy pequeño’.
- A una persona muy remilgada se le dice fisicundia.
- Zurrapa se le nombra al ‘benjamín’, esto es, al ‘hijo más pequeño de una familia’.
- Al ‘tobogán’, que es el nombre español de lo que en Cuba llamamos ‘canal’, y por la cual los niños disfrutan deslizándose, los dominicanos le denominan resbaladero.
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