Gente citadina y un CoraSón que se expande en Enfusión (II parte)


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Bis Music

(O como inciden las leyes de la Dialéctica Universal

en la música cubana hoy)

 

Ley del tránsito de los cambios cuantitativos en cualitativos.

(Que no es la ley del quítate tú pá ponerme yo)

Ya tenemos pop y rock a lo cubano. Ya es aceptado y por sobre todas las cosas se ha venido imponiendo en el gusto y el consumo de una generación que para nada se opone a repudiar la música de sus mayores; y esa simbiosis de generaciones tanto de cultores como de seguidores ha establecido un pacto no escrito de convivencia que constantemente se está renovando y esa renovación hace que se el proceso de selección natural funcione cada vez más con mayor fuerza. La selección impone calidad; es simple darwinismo musical.

El pop cubano de hoy para nada niega sus influencias de la música cubana. Posiblemente la enaltezca como nunca antes se logró imaginar y demostrando total autenticidad, lo cual entraría en contradicción con los que conceptualizaron el pop hecho en Cuba como simple imitación de sonidos y ausencia de originalidad.

Por años se ha escuchado a muchos y muy diversos músicos hablar hasta la saciedad de hacer “…la música tradicional cubana actualizada (…) con los timbres contemporáneos…”; cada vez que escucho estas afirmaciones hechas festinadamente recuerdo un poema de Nicolás Guillén donde afirma: “… Puaf, pura porquería…”; en eso queda el resultado musical muchas veces cacareado; pues la autenticidad es relegada por la búsqueda de una aceptación popular a cualquier precio.

A  diferencia de aquellos que esto afirman, quienes hacen hoy música pop en Cuba están más preocupados por el resultado final que por “las actualizaciones” sonoras. Su camino está marcado por el uso deliberado, que no caótico, de formas musicales que para otros están en desuso pero que funcionan a sus intereses estéticos. Así se apegan a un changüí al más puro estilo de la Loma del Chivo minutos después de haber dejado en claro que el rock corre por sus venas; para contarnos una historia de su tiempo y es que para ellos hacer música es diversión primera y solución económica después.

A ellos el bolero no les avergüenza, no importa que su puente sea una andanada de solos de guitarras al estilo de Carlos Santana o cualquier otro músico que les haya influenciado. Es un recurso musical para expresar sus sentimientos.

Para ellos se trata simplemente de calidad y no de cantidad; tal vez por eso estén asaltando los bastiones de lo popular bailable, donde muy pocos directores de orquesta han acogido con fervor el fenómeno; otros les consideran enemigos de clase; y han entendido la clave de los nuevos tiempos aunque algún que otro disparate musical (que no bello como llamó Puccini al Danzón en su momento) nos llegue de vez en vez.

Así me rencuentro nuevamente con los dos fonogramas mencionados en la nota precedente y que están disponibles en los sitios de descarga musical. Bendita indisciplina (Enfusión) y Cosmopolita (D´Corazón) recorren estos caminos antes mencionados y van proponiendo nuevas dinámicas —que no por nuevas innovadoras o vanguardistas— que muestran los puntos de contacto y las diferencias entre estos proyectos y otros conocidos (el referente en este caso, más notable es Buena Fe, una sabia combinación de textos, música, márquetin y constantes genuflexiones filosóficas de su líder; aunque no el único) dentro del mismo universo sonoro.

Temáticamente hay una preocupación por el entorno social que les rodea; y esa preocupación se convierte en fuente de inspiración para proponer su música, algo muy consustancial con sus intereses estéticos.

El pop cubano hoy tiene diversas tendencias, pero asumen como denominador común lo cubano desde su perspectiva y sus referentes culturales; y aquí quiero llamar la atención sobre un detalle importante, y es que conceptos como “lo cubano” y “la cubania” hoy tienen otros matices, otra impronta que se reflejan en la música a partir de un constante ir y venir de influencias, personas y por sobre todo información musical. Y es que las dinámicas que imponen las nuevas tecnologías hacen que el tiempo real de asimilación de influencias y/o tendencias se reduzca a pocos minutos (en el más extremo de los casos).

Lo cubano, para decirlo con palabras del Tío Tom “… no es como ayer…”

Los cambios cualitativos y la negación de la negación comienzan a dejar el camino expedito para que otra música popular cubana se comience a establecer en el gusto popular masivo. Esta vez desde una total fusión.

El tiempo para asumir la tercera ley está por llegar, aunque haya espacio para todos y para todas las calidades.

Continuará...


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