Al principio, estas obras debían formar parte de las colecciones del Centro Pompidou, en París. “Pero me dijeron: Ya no tenemos más grabados, están en la Biblioteca Nacional de Francia, asegura Gilbert Brownstone. Yo no quería que se mantuvieran confidenciales”. Así fue que el coleccionista decidió donar al Centro Nacional de Artes Plásticas de La Habana un conjunto de quince raros grabados de Masson.
No es la primera vez que Gilbert Brownstone realiza una donación a la Isla, donde está activa la Fundación Brownstone, cuyo objetivo es apoyar y acompañar acciones sociales y humanitarias a favor del desarrollo de la cultura y la educación. Ya en 2011 Brownstone ofreció al pueblo cubano una colección de 110 obras gráficas, cifra que desde entonces se ha elevado a 140. El antiguo conservador del museo no quería ofrecerlas ni al Museo Nacional del Bellas Artes de Cuba ni a su sección dedicada al arte universal, ya que estas instituciones no pueden prestar sus fondos. Al ser donadas al pueblo cubano, las obras pueden circular dentro de la Isla, de modo que cada municipio podrá acoger una exposición temporal y la transportación correría a cargo del Ministerio de Cultura de Cuba.
Las obras en papel de Masson que serán donadas próximamente disfrutarán de condiciones de conservación inéditas en la Isla. De hecho, es el arquitecto francés Jean Nouvel quien construirá el nuevo edificio del Centro Nacional de las Artes Plásticas llamado Almacén que preservará las obras. Previsto para contar con una superficie de 600 a 700 m, este inmueble abriría en 2017 en pleno corazón de La Habana, bien cerca de la Plaza de la Revolución, frente al Teatro Nacional de Cuba. Será la primera edificación construida en el siglo XXI por un “arquitecto estrella” en la Isla. Además de los depósitos, se dedicaría una sala a la donación y también permitiría recibir a investigadores. Especialista de Masson, a quien ha dedicado varias obras, especialmente Vagabond du surréalisme (Vagabundo del surrealismo) en 1975, Gilbert Brownstone adquirió estas obras en la Galería Louise Leiris en París, y en la Saidenberg Gallery en New York a partir de 1968-1969. Estos grabados realizados en los años 1940-1950, además de otros procedentes de la familia de Masson y que podrían también ser objeto de una donación, serán expuestos a partir del 16 de octubre y hasta noviembre en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam en La Habana.
Justamente en este lugar Bob Vallois presentó en 2014 su colección de obras de Agustín Cárdenas (1927-2001), de quien posee cerca de cincuenta piezas. El galerista conversa con la familia del escultor el proyecto de crear en Cuba una fundación dedicada al artista. Este último, quien se había marchado de su país, regresó al final de su vida para morir allí, pero las instituciones locales solo conservan un conjunto de obras de su juventud. Para este nuevo lugar, Bob Vallois accedería a la donación de un conjunto de obras. Este proyecto de fundación se inscribe en términos más generales para el sector comercial en el contexto de la ruta del esclavo –una iniciativa de la Unesco- y de su trabajo iniciado en Benín. Efectivamente, Vallois ya apoya desde el punto de vista financiero el Centro de Arte de Lobozounkpa en Cotonou, un proyecto del artista Dominique Zinkpè inaugurado anteriormente este año. Con una importante dimensión educativa, en particular destinada a estudiantes de las escuelas, este lugar también ha entablado una cooperación con la escuela de bellas artes de Dijon. Por último, Bob Vallois inaugurará a finales de noviembre a un costado del centro de arte el nuevo museo de Récades, dedicado a los emblemas reales de Benín.
Traducción: Yoana Izquierdo Gil
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