Foto: Liesther Amador
Tras ser pospuesta en más de una oportunidad por obstáculos derivados de la pandemia de la Covid-19, recientemente quedó inaugurada en la galería Artis 718, del Fondo Cubano de Bienes Culturales, la exposición Pausa de Harold López Muñoz, artista cuya obra alcanza notable poder de expresión a partir, fundamentalmente, de una alta destreza en el empleo del color.
Con un muy cuidadoso trabajo de curaduría y museografía, desarrollado de forma colectiva por Meira Marrero y Ariadna Cabrera, la muestra estará abierta al público hasta mediados de diciembre próximo, por lo que se incluye dentro de las que estará presentando el sistema de galerías de la capital durante la Segunda Experiencia de la 14 Bienal de La Habana.
El encuentro del Periódico Cubarte con el pintor transcurrió en medio del proceso de montaje de la que, por más de una razón, sorprenderá a quienes han seguido de cerca la trayectoria artística de este creador.
Foto: Maité Fernández Barroso
_Cuando vi el título de la exposición pensé que guardaría relación con Stand by, la que hiciste en Villa Manuela hace como cuatro años; en realidad son muchas las diferencias.
“No te equivocabas del todo. Ya después analizando las cosas considero que esta exposición es un desprendimiento de aquella. No es que sea exactamente igual, pero sí un desprendimiento porque son temas que he tratado siempre: la espera, la incertidumbre…
“El aporte nuevo que tiene es la aparición de un paisaje más descriptivo. En Stand by el paisaje se sugería, pero ahora aparecen la perspectiva, puntos de fuga, figuras en la distancia…Hay un rejuego con el paisaje que no había aparecido hasta ahora en mi obra. De hecho, hay pieza en las que no aparece ninguna figura humana.
“El uso de los animales también es nuevo y a ellos les doy una presencia simbólica. Aparece el caballo que es como un símbolo de resistencia, popularmente se dice aguanté como un caballo; el perro, que es la fidelidad, la perseverancia. Aparecen esos elementos que nunca había utilizado, en los que nunca había pensado siquiera en mi obra.
“Y, bueno, el pequeño formato. Creo que el pequeño formato casi que estaba desterrado del arte contemporáneo que es de grandes formatos. Es verdad que es el que desarrolla las potencialidades del pintor porque hay que tener recursos expresivos, dominar mucho aquellos de los que uno dispone; pero el pequeño formato plantea otros desafíos, es muy difícil.
“Nunca había hecho las figuras tan pequeñitas, lo cual me presentó muchos retos y, como yo quería hacer esta ruptura con la aparición del paisaje, también el pequeño formato aparece por eso porque es como un tanteo inicial en algo que luego se va a desarrollar. En algún momento algunas de esas obras van a aumentar su formato, aunque estos no son estudios, son obras terminadas.
“Por otro lado, el pequeño formato es parte del concepto de la exposición. Pienso que en todo este tiempo de pandemia uno se fijó más en las pequeñas cosas, nos concentramos más en los pequeños detalles. Todo este tema del encierro nos hizo cambiar la vida y lo que antes no valorábamos tanto, ahora adquiere mayor importancia. El pequeño formato es por eso también, es una decisión conceptual más que formal.
“También la exposición maneja imágenes obsesivas como las de los espacios vacíos y eso es parte de ese cansancio, de esa fatiga, de ahí que se repitan un poco ciertas composiciones para que sugiriera en cierta medida la reiteración, la rutina”.
Foto: Maité Fernández Barroso
-Desde el pasado 22 de septiembre apareció una versión de esta exposición en la plataforma de arte cubano ArteMorfosis.
“La idea siempre fue la de hacer coincidir ambas exposiciones, pero no fue posible porque esta se pospuso durante año y medio, entonces decidí hacerla virtual en ArteMorfosis. Pero es en el espacio de ellos en Suiza que es más pequeño, por lo cual hay menos obras. Aquí hay obras que no están allá y viceversa. Ahí se va a exhibir hasta el 22 de noviembre”.
_En julio pasado representaste a Cuba en la Bienal Art Camp de Andorra. Quisiera nos hablaras de esa experiencia.
“Fue una residencia que patrocinó la Comisión de la Unesco en Andorra. Esto se hace cada dos años alternando con la República de Malta, aunque en 2020 no pudo realizarse a causa de la pandemia.
“No es una Bienal como la de la Habana o Sao Paulo, es un encuentro de pintores de todas partes del mundo y en esta asistimos como de 20 países. Cada uno hizo tres obras en estudio y una que era un paisaje al natural. El objetivo del evento es consolidar en cierta medida los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, dialogar sobre las culturas de cada nación; hacer como un intercambio cultural donde se exponga la experiencia de cada artista en su país de residencia, todo lo cual resultó muy interesante”.
Foto: Maité Fernández Barroso
_Desde tu posición como vicepresidente de la Asociación de Artistas de la Plástica de la Uneac, qué ambiente percibes en el gremio ante la próxima celebración de la 14 Bienal de La Habana.
“En junio pasado participé en una reunión en el Ministerio de Cultura en la que estaban el ministro, la presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas y más de 30 artistas de todas las edades, desde Premios Nacionales hasta bastante jóvenes.
“El ministro expuso ahí que por las condiciones económicas del país no se podía hacer una Bienal y realmente fueron los artistas quienes forzaron la idea de que sí tenía que hacerse. Recuerdo que los primeros que hablaron fueron Kcho, Toirac, Wilfredo Prieto, Humberto Díaz… Todos se expresaron de una manera muy fuerte con respecto a que de ninguna manera se podía dejar de hacer la Bienal.
“O sea, la decisión de hacerla fue un reclamo de los mismos artistas. Realmente fue así. Siempre ha habido una crítica en relación con la irregularidad con que se ha realizado, ya que muchas veces no ha sido cada dos años exactamente y yo pienso que es muy necesario el evento. Por las características de nuestro trabajo nosotros trabajamos en el encierro, lo necesitamos para trabajar y pienso que en este año y medio los artistas han producido mucho.
“Hay otras manifestaciones artísticas que se vieron muy afectadas en esta etapa como las artes escénicas y la música, una vez que cerraron los teatros y otros espacios donde se presentaban, pero nosotros no, a nosotros el estar encerrados nos dio un pretexto más para trabajar. De hecho, esta exposición mía se derivó de ella.
“Por tanto, hay una obra que necesita mostrarse y toda esta experiencia de la pandemia, que ha sido muy fuerte, cuando pasen otros dos años habrá pasado a un segundo plano. Tampoco hay garantías de que en ese tiempo las condiciones económicas para realizarla estén creadas. Lo que hay que hacer es ajustar la Bienal a las condiciones económicas que existen. Recuerdo que en aquella reunión Kcho expresó que en pleno Período Especial se hizo una Bienal; entonces, cómo no se va a hacer ahora.
“Te repito, a mí me consta que la realización de esta Bienal fue un reclamo que con mucha fuerza hicimos los artistas por lo que considero que ahora nos toca asumir ese reto.”
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