Homenaje a Virgilio López Lemus en sus 70 Otoños


homenaje-a-virgilio-lopez-lemus-en-sus-70-otonos
Virgilio López Lemus

Intercambiar ideas con el prestigioso poeta, ensayista, traductor, investigador y crítico literario Virgilio López Lemus, es realmente no sólo poder sostener un encuentro cordial y amable, sino también tener una oportunidad de aprender y sopesar acerca de todo lo que vale y brilla en las letras hispánicas por sus amplísimos conocimientos al respecto y su inobjetable carisma como comunicador de saberes.

Y esta oportunidad fue la que, en el marco de la XXV Feria Internacional del Libro de La Habana, nos brindó este intelectual cubano durante la celebración de su Setenta cumpleaños a un numeroso grupo de amigos, colegas y escritores quienes asistieron a la sede habanera del Pabellón Cuba a desearle sinceros votos de salud, y éxitos en la continuación de su obra.

En ameno diálogo con los asistentes el también Doctor en Ciencias Filológicas reveló que:

“El nombre de Virgilio lo seleccionó mi abuela de una novela que leía cuyo personaje principal se llamaba así. Pero llamarse Virgilio, en Cuba, es bastante complicado porque ya existía (al menos) uno: Virgilio Piñera. Una vez, incluso, alguien tocó a la puerta de mi casa para informarme que había escuchado mi nombre por Radio Martí —¡imagínense, ustedes!—, pues dicen que usted es un gran teatrista. Pues no soy yo… El teatrista es Virgilio Piñera

“Me hubiera gustado tener el segundo apellido de mi madre. Ella se llamaba: Flora Lemus Rosell. ¡Rosell es precioso! Entonces, ser hijo de Flora, una de las diosas griegas de la festividad y tener el nombre de Virgilio, tenías que ser o un poeta o un comemierda... ¡Y bueno, asumí lo primero! ¡Y es lo que más me ha gustado ser en este mundo! Aunque sea un oficio en el que se sufre mucho o se observan cosas que no son dignas de observar

“El amor hacia la poesía se convierte en la vida en algo que llamo sacerdocio. Cuando tenía 16 -17 años me preguntaron si iba estudiar para seminarista —¡parece tenía el físico!—, y es que desde niño siempre tuve un respeto muy profundo hacia los centros religiosos. A tal punto que, durante mi juventud, cuando me encontraba muy deprimido o me sentaba en el habanero muro de El Malecón, de espaldas a la ciudad, o visitaba una iglesia —con el olor tan especial del incienso o con el sonido de alguna música sacra—, todo ello me relajaba. ¡No tenía que visitar a ningún siquiatra!

“Nací en un pueblo llamado Fomento, cuya campiña —llena de montañas—, es mucho más bonita que su área urbana o pueblo. Es una zona paradisíaca. En ese campo donde nací, habitaban personas maravillosas. Igualmente, nací para la Literatura, para otra cosa no sirvo. Todas las satisfacciones e insatisfacciones que he recibido a lo largo de mi vida las he recibido gracias a ella

La poesía ha sido un sacerdocio en mi vida. Recuerdo que en los actos cívicos de mi escuela yo era quien recitaba cada aniversario con motivo del Día de las Madres, todos los 28 de Enero, o el que decía la frase bonita y poética. Muy niño leí al poeta mexicano Amado Nervo; es por ello mi influencia romántica, además de ser un gran defensor de la poesía neo-romántica, algo que interesa mucho al pueblo cubano; en especial, al pueblo de a pie, al que se monta en una guagua todos los días, al que va a los agros a comprar comida… Empecé a ser joven y a descubrir el mundo que me interesaba cuando me gradué en la universidad y lo hice tardíamente, con 28 años de edad.

“Por otra parte, no soy un buen decimista; sinceramente no me gustan las controversias, pues me considero un hombre de paz a la vez que apasionado. Pero, ante todo, he querido ser un hombre bueno durante toda mi vida. Una persona capaz de conmoverse con todo lo malo y despiadado que ocurre en el mundo. Hoy, las grandes catedrales capitalistas en el mundo son los llamados malls; sin embargo, las realidades de este mundo se hallan en los suburbios, en los pequeños barrios donde existen gentes muy humildes tratando de ganarse el sustento con muchísimo trabajo y sacrificio. Prefiero el olor popular, el olor de la vida cotidiana…Es algo que siempre me ha atraído. Es mi inquietud de aprender pero también de respeto profundo hacia la vida de la gente de pueblo, hacia todo lo que hace. Y esta es la poesía que siempre busco: la poesía popular. Me gusta Góngora, me gustan los poetas oscuros, el mayúsculo Feijóo con algunos de sus versos inspirados en el pueblo, entre otros

“Cuando escribo lo hago para que me comprenda todo el mundo –¡!hasta el gato!!--, aunque a veces tenga que elevarme un poquito producto de las exigencias de la crítica, pero trato que mi terminología literaria sea comprensible

“El mundo de hoy es bastante feo; está lleno de vicios y violencias. Hay que mejorar la vida y siempre hallar su lado honesto, hermoso y amoroso. Y estas eran algunas de las cosas bellas sobre las cuales siempre hablaba en sus canciones y rondas infantiles la inolvidable cantautora Teresita Fernández. Esta es mi forma de ver la vida

“Un escritor, investigador o crítico que no sea capaz de prepararse bien profundamente —aunque escriba con belleza, y esta a veces esté disfrazada, o como bien afirmara José Martí: “Disfrazar tomeguines para que parezcan águilas”—, nunca será una persona que trabaje con rigor. El rigor es la forma mayor que se pueda tener de entrega al propio oficio. Puede poseerlo cualquier persona que se entregue a su trabajo. No hay mejor homenaje en la vida que trabajar y sentirse útil.

“Escribir es una osadía terrible; escribir, es hacer arte. ¿Y qué es escribir sino la conversión de la palabra en arte? Captar y expresar la poesía lo hacen muchísimas personas pero, convertirla en arte, es otra cosa. Esto sólo lo pueden hacer los poetas.

“No suelo ser un polemista. Si cada persona tiene un criterio acerca de algo específico, está en todo su derecho. En mi caso, trato de dispersar mis polémicas. Cuando escribo un libro o un texto soy un polemista feroz, pero lo disfrazo. No agredo a las personas ni a sus ideas, simplemente expongo mis puntos de vista. Y esta es una forma de ser osado. Martí, por ejemplo, dijo sobre un grupo de poetas: Riman mal pero mueren bien, al tener una forma poética de entregar la vida

“Quienes me conocen saben que nunca trabajo en un solo proyecto. Este año, por ejemplo, deben salir cuatro títulos de mi autoría. También ya tengo terminado el último libro que pienso escribir en mi vida, y será dedicado a la Décima a partir de un grupo de estudios teóricos (no críticos). Asimismo estoy concluyendo otra obra relacionada con un grupo de textos, también de mi autoría, referidos a poetas españoles y escritos a partir de la década del ochenta del pasado siglo –serán unos dieciséis o diecisiete--, al mismo tiempo que estoy armando otro libro de poemas”.

En breve contacto con el periódico digital Cubarte, López Lemus expresó:

Si volviese a nacer, ¿cómo querría llegara a ser su vida y su obra?

Transformaría algunas partes de ella; me dedicaría aún más al estudio, y sería poeta.

¿Qué tipo de poeta se autocalifica?

Estimo que soy un poeta práctico, que quiere ser útil y acompañar a los demás mediante la lectura y la escritura.

¿Cuáles han sido sus autores preferidos?

Tres esenciales: José Martí, Manuel Feijóo y José Lezama Lima. Fuera de Cuba: Antonio Machado y Rimbaud.

¿Cuál es su divisa?

No existe mejor cosa en el mundo que trabajar.

 


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte