Homenaje a Eladio Rivadulla en el Museo de Bellas Artes
La exposición Eladio Rivadulla. Entresijos de un creador, que hasta el primero de octubre se presenta en la Galería del Centro de Información Antonio Rodríguez Morey, del Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), permite al espectador conocer y disfrutar de una fértil etapa de la carrera artística de este maestro de la plástica insular, en cuyos cuadros es recurrente la figuran humana, concebida con un estilo minimalista; trabajos en los que el uso de una amplia paleta, a veces con tonalidades sobrias, adjudican a los discursos iconográficos fuerte carga de misticismo, del que pueden desprenderse múltiples interpretaciones.
Eladio Rivadulla Martínez (La Habana, 1923-2011), amén de ser precursor de la gráfica de la Revolución cubana, se destacó como
diseñador de carteles, pintor, grabador (serigrafía artística), escultor, dibujante, director artístico, curador, periodista cultural y jurado de disímiles concursos relacionados con su prolífico quehacer; fue precursor del diseño de carteles cinematográficos en Cuba, vocación que comenzó a desarrollar desde la infancia en correspondencia con su afición por el séptimo arte. Cuando tenía 19 años de edad tomó la iniciativa —sin precedentes en Cuba— de diseñar carteles de cine e imprimirlos en serigrafía en pequeñas cantidades y entregárselos a compañías distribuidoras de películas asentadas en la Habana.
Entresijos de un creador, es una valiosa y bien estructurada muestra instalada en homenaje al centenario de artífice de la comunicación visual y de las artes plásticas, respectivamente, que dejó profundas huellas en la cultura cubana, a pesar de que su prolífico quehacer precisa aún de mayor promoción y reconocimiento, sobre todo entre las nuevas generaciones.
Su trabajo como diseñador de carteles de cine lo acometió desde 1943 hasta 1967, hasta alcanzar la cifra récord de más de 3 mil 500 obras destinadas a la promoción de filmes exhibidos en nuestro país, tanto de producciones nacionales como extranjeras, las cuales realizó para 65 consignatarias de películas, algunas de estas de otros países radicadas en La Habana.
Ese desempeño, devenido tradición, creó un precedente prontamente asumido por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (Icaic), que ha logrado fomentar una verdadera escuela cubana de cartel de cine imbuida por el legado de Rivadulla. Ingente desempeño que incluyó, asimismo, la promoción de otros géneros artísticos como el teatro, los espectáculos musicales y deportivos, el circo, la magia, las artes visuales, el cabaret y el turismo, entre otros, por lo que fue galardonado con los premios Nacional de Diseño ONDI 2009 por la obra de toda la vida; Iniciador y Maestro del cartel cinematográfico cubano, 2008; y el Nacional de Diseño, en su primera edición, del Instituto Cubano del Libro (ICL) y el Ministerio de Cultura (Mincult), 1998.
Los carteles de cine —y muchos otros—, además de su diseño, eran impresos por el propio artífice mediante la técnica de impresión serigráfica, y en tiempos post-revolución, en los que se acrecentaron las carencias de insumos, debido a la agudizados de bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por el gobierno de los Estados Unidos, prevalecieron el ingenio y la voluntad de este creador para continuar su encomiable labor.
Eladio Rivadulla: entresijos de un creador contó con la curaduría de Yahíma Rodríguez Pupo, labor a la que en la etapa final, se incorporó el hijo que lleva igual nombre que el de su padre, quien participó en entrevistas y realizó la presentación de la exposición estructurada en dos partes: la primera exhibe obras originales, pinturas de caballete realizadas entre 1963, 1964 y 1965 y la segunda, dentro de vitrinas: documentos, títulos, diplomas, catálogos y fotografías originales, entre la década de 1930 a 1960.
Entre los documentos se encuentran premios y reconocimientos obtenidos durante sus más de 60 años de ininterrumpida trayectoria artística, ubicándolo como referente imprescindible en la historia del arte cubano de entre milenios, no solo por la trascendencia artística de su obra toda, sino además por la sorprendente facilidad que demostró para realizar sus trabajos sobre variados e insospechados soportes: papeles de regalo y craft, así como de periódicos y revistas, además de telas, maderas, cartulinas, cartón…, lo cual corrobora la variabilidad creativa de quien igualmente recibió numerosos lauros con piezas realizadas con creyón, tinta, acuarela y óleo, respectivamente.
Entre las pictografías contenidas en la exposición, llaman la atención las que ejecutó durante su agitada membresía en el grupo Los cinco, integrado por igual cantidad de artífices que se desempeñaban en distintas áreas del entonces Ministerio de Obras Públicas-Ministerio de la Construcción.
Con el grupo de Los Cinco, Rivadulla realizó numerosas muestras, en tanto trasmitía sus vastos conocimientos a las nuevas generaciones de creadores, tarea en la que también se destacó —entre 1959 y 1992— en otras oportunidades, en la formación, enseñanza y adiestramiento de cuantiosos realizadores gráficos, técnicos en serigrafía y diseñadores de libros, revistas, tabloides, catálogos, anuncios de prensa y publicaciones diversas; amén de sus múltiples conferencias, ponencias y textos relacionados con el diseño gráfico y las artes visuales en Cuba, muchos de estos últimos aparecidos en varias publicaciones cubanas y de otros países. También formó parte de los grupos de artistas plásticos Girón y Gráfica L (diseñadores del arte del libro).
La selección abarca temas como el amor, la familia, la admiración a los animales, obras antibelicistas y de tensión en momentos nacionales especialmente La Crisis de los misiles, y los seres y cemíes propios de la imaginería de Rivadulla.
Durante la apertura de la muestra, Mercy Rivadulla, principal promotora y salvaguarda del legado de su padre, puntualizó que esta selección se distingue por los elementos de las líneas y la experimentación estructural que otorgó a medios como la serigrafía. Por su parte, Jorge Fernández, director del MNBA, destacó que las iconografías presentadas ahora en la Galería del Centro de Información Antonio Rodríguez Morey, forman parte de una época prolífica del arte cubano en general, y consideró a Rivadulla como un pintor que gusta de las formas, del encanto, con una poesía muy especial en su quehacer artístico.
Además de pinturas y dibujos se exhiben catálogos, fotografías, bocetos,
premios y reconocimientos obtenidos durante sus más de 60 años de ininterrumpida trayectoria artística
La incuestionable calidad de sus dibujos y el dominio de la fisionomía humana, igualmente trasciende en el quehacer de este sensible y sencillo hombre, como pudo apreciarse en la exposición que, también por su centenario, se presentó a finales del pasado año en la Biblioteca Nacional José Martí, bajo el título de Estrellas del béisbol cubano (1940-1950), donde asimismo se evidencia su afición por el béisbol cubano.
Graduado en 1943 de la Escuela Nacional de Bellas Artes San Alejandro con el título de Profesor —allí obtuvo premios en todas las clases prácticas—, en 1959 participó en la creación de un taller de silk screen, donde se imprimieron las primeras vallas de la Revolución cubana y después del Icaic y del Fondo Cubano de Bienes Culturales. Su histórico cartel Fidel Castro, 26 de Julio, fue el primero que se diseñó e imprimió en serigrafía artística durante la madrugada del primero de enero de 1959. Su autor recordaba que esa noche fue despertado por el timbre del teléfono. Era un amigo martiano quien le dijo: “Eladio, el tirano Batista huyó”. Fue tal la emoción por aquel acontecimiento que enaltecía sus ideales concordantes con la Generación del Centenario de José Martí, que se inspiró de inmediato y realizó este impreso de 92 x 71 cm. con un apresurado diseño en el que los colores rojo y negro adquieren connotación simbólica. Prontamente su afiche fue ubicado en muchas de las fachadas de sus vecinos, en las que asimismo instó a poner otro texto elaborado y reproducido mediante igual técnica, el cual expresaba: “Fidel: esta es tu casa”.
Extremadamente interesado en su superación artística, tras graduarse en San Alejandro, en las siguientes décadas realizó varios cursos de postgrado efectuados en La Universidad de La Habana, la Biblioteca Nacional, el Palacio de Bellas Artes, la Escuela Nacional de Publicidad y en el Colegio Nacional de Profesores de Dibujo, Pintura y Modelado, donde amplió sus conocimientos sobre Metodología del Dibujo, el Diseño ambiental, el arte chino, japonés, nórdico, africano, francés y precolombino, respectivamente; además en disciplinas como el Ballet, la música, la fotografía, la arquitectura y el marxismo, entre otros. También practicó artes marciales. Entretanto, continuó pintando, exponiendo y obteniendo premios en salones nacionales de dibujo y pintura convocados por el Círculo de Bellas Artes.
Miembro fundador de la Unión de Periodistas de Cuba, además de integrar la membresía de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, así como de la Asociación de Artistas Plásticos de la Unesco, y de la Screen Process Printing International, Rivadulla, quien asimismo recibió la Distinción Por la Cultura Nacional en 1993, realizó más de cien exposiciones personales de pintura, diseño de libros, carteles de cine, ilustraciones y participó en más de 300 muestras colectivas en Cuba, Estados Unidos, México, Argentina, Ecuador, España, Alemania, Francia, Italia, Rusia, Austria, Japón y China. Sus pinturas y dibujos forman parte de importantes colecciones en Europa, África, Asia, Estados Unidos y Latinoamérica; además de Cuba.
Fotos: Cortesía de la familia Rivadulla e internet
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