El largometraje de ficción Vuelos prohibidos, del cineasta cubano Rigoberto López, tendrá su premier hoy a las 8 de la noche en la sala Chaplin de la capital habanera.
El filme cuenta en los protagónicos con el popular y prestigioso músico Paulo Fernández Gallo y la actriz francesa de ascendencia marroquí Sanâa Alaoui, y se enriquece con las actuaciones de los admirados actores Daysi Granados, Premio Nacional de Cine, Mario Balmaseda, Premio Nacional de Teatro, y Manuel Porto. Forman parte del elenco, además, los franceses Marc Lernaudie, Marianne Borgo y Nesta Liazid.
La cinta toma como pretexto un súbito romance entre los protagonistas, para contar desde la honestidad aspectos relevantes de nuestra realidad social, a través de una trama que transcurre en el año 2004, según comentaron en conferencia de prensa realizada en el Centro de Promoción Cinematográfica del ICAIC el realizador y Julio Carranza, economista, profesor universitario y coguionista junto a este del filme.
También asistieron al encuentro los actores principales y parte del equipo de realización, entre ellos Ricardo Ignacio Pérez (Tato), responsable del sonido; Miguel Núñez, quien compuso la música y el director de fotografía, Ángel Alderete Gómez.
Mario y Monique, varados en París, de donde pretendían volar a La Habana —él porque regresa a su casa, proveniente de África, y la joven porque se dirige a conocer a su padre cubano, que vive en esa ciudad sin saber que ella existe—, establecen una relación en la que el tema esencial de conversación es Cuba, sus circunstancias, sus conflictos, sus carencias y contradicciones.
Paulo FG, que interpreta a un fotorreportero, confesó haber quedado muy sorprendido con la propuesta de actuar en el filme, pues era algo que nunca había concebido, agradeció esta oportunidad que constituyó “una experiencia maravillosa de trabajo, una anécdota importante que ahora forma parte de mi vida”, aseguró.
La actriz francesa declaró sentirse muy feliz de estar en la Isla, “estoy enamorada de Cuba por muchas cosas”, confesó, “es un país muy pobre pero en el que la gente a la vez es muy cálida; me siento como en familia”.
Se conoció en esta ocasión que el filme se propuso hacer un homenaje al clásico del cine francés de 1959, Hiroshima mon amour, del reconocido realizador Alain Resnais, y que dicho homenaje se traduce en una clara referencia al mismo en la utilización de una frase clave adaptada a la realidad y al contexto cubanos.
Vuelos prohibidos se rodó en La Habana y durante 17 días en París, pero su presupuesto fue muy limitado; es una producción del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) con el apoyo del Ministerio de Cultura de Cuba y contó con la colaboración de la Fundación Global “Democracia y Desarrollo”, que preside el ex presidente dominicano Leonel Fernández.
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