Noche de jueves y Cienfuegos transcurre al ritmo del Festival de Música Popular Cubana Benny Moré 2017. En el corazón de la ciudad jóvenes disfrutan de la Descarga de Disk Jockey (DJ) "Que Onda tiene usted" con DJ Álvaro y DJ Duo Pauza, los espectáculos "Benny Tropical House" y "Bass line". Allí pareciera que él entona con ellos loas a la tierra lajera que lo viera nacer.
Del otro lado de la ciudad, cuatro reporteros esperan ansiosos un autobús que no llega para conducirlos hasta el Teatro Tomás Terry. Allí se presentan como plato fuerte de la noche la Preservation Hall Still Jazz Banda de los Estados Unidos. Agobiados por la espera, los cuatro protagonistas viajan en un coche que por solo 3 pesos y 75 centavos cubanos los llevará a su destino a trote raudo de caballo.
Ya adentro del espacio teatral la banda convoca hasta los más tímidos a levantarse de los asientos gracias al virtuosismo de los músicos. Cada una de las piezas descolló por la afinación de los instrumentos, la capacidad alternativa de las partituras, la interpretación que nos remontara una y otra vez a los orígenes del Jazz…
De repente, un grupo de estudiantes de la Escuela de Arte Benny Moré irrumpieron en la escena. El más pequeño destacó por su capacidad performativa con la batería: sutil en los tempos rítmicos y vigoroso en las escalas. Se unieron a él trompetistas y flautistas de mayor edad que tampoco desentonaron.
Emotivo fue el momento donde el director de la banda agradeció a los organizadores de la cita musical por conciliar el regreso de la Banda a Cuba, al Festival. “Vinimos hace dos años y la experiencia fue tan linda que cuando regresamos a New Orleans escribimos esta canción que se llama Cienfuegos”. Sin duda, una mística melodía compuesta en honor a la Perla del Sur.
Un desfile de solos instrumentales (bajo, trompeta, saxofón, trombón, piano y batería) mostraba a la banda por medio de sus particularidades sonoras. La presentación despertó no pocas ovaciones. Fue un concierto donde la espectacularidad de los músicos parecía fusionarse con las melodías del Benny trastocadas en jazz, huellas del fervor que siempre tuvo por la música, su musa más querida.
Punto final a esa noche magistral, un capítulo más del Festival donde los jóvenes se iban a sus casas repletos del espíritu del Benny, y los cuatro reporteros, sin más espera, hallaban un rincón al lado de la estatua de este grande de la música cubana para escribir esta crónica apresurada.
Publicado: 15 de septiembre de 2017.
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