Late el corazón de Agustín Drake sobre el río San Juan. La bella escultura del artista matancero con la fuerza de la nación cubana es un monumento rojo en el margen de la ribera sur, junto a las casetas de los pescadores y pendiente de una grúa centenaria, patrimonio de la ciudad de Matanzas, como exponente de su desarrollo a lo largo de estos siglos.
La idea surgió desde los tiempos de la Bienal y el proyecto Ríos Intermitentes, con un aire sencillo al principio, hasta convertirse en una armadura de metal fuerte y duradera. Posee unos tres metros de alto e igual dimensión de ancho, son corazones que giran en sí mismos con mecanismo similar al de una veleta; con un eje central con rodamientos, en cuya ejecución intervino, en primer orden, José Manuel (Noly) Díaz.
Fue el pasado Día de la Cultura Cubana la inauguración, en la cual estuvieron presentes Susely Morfa, primera secretaria del Partido en la provincia y el Gobernador Mario Sabines, acompañados de la profesora Leonor Jorge-Vergara, viuda del famoso y laureado escultor, nacido en 1934 en el poblado de Juan Gualberto Gómez, fundador de la UNEAC y militante activo de las artes visuales yumurinas.
El artista Luis Octavio Hernández, coordinador de la obra, expresó:
“Hemos pasado trabajo, todos, para poder lograr esto que ahora vemos. Estamos satisfechos pues resultó tal como Drake pidió. Comenzó estando el maestro en vida, íbamos a su casa, valorábamos sus propuestas y no pudo ver el final, pero está presente porque dirigió buena parte de la construcción de la gran escultura.
“Él pretendía que fuera para esta fecha. Vivimos en Matanzas durante este período graves dificultades como el siniestro y ahora el país con el huracán, que demandan muchos recursos, sin embargo, la obra continuó gracias al apoyo del Partido y el Gobierno, de los pescadores donde se asienta, de muchas empresas, del Fondo de Bienes Culturales con destaque para los artistas que codo con codo pusieron su arte y fervor a la continuidad de este sueño de Drake, que palpita ahora en la orilla neopoblana del emblemático río”.
La escultura se puede apreciar en toda su dimensión desde la calle Nárvaez, entre Jovellanos y Matanzas, con afluente por medio, pero no menos cercana, entre las diversas obras que engalanan el paseo.
Junto al latido del corazón del San Juan, danzaron los bailarines de la compañía Danza Espiral y el trovador Orlando Pérez Casuso le cantó a Matanzas, en este día en que se escucharon las estrofas del Himno Nacional por toda Cuba.
Deje un comentario