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Incursiones mediáticas en el Teatro Nacional


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Roberto Méndez Martínez, autor de El otro Teatro Nacional

Es placentero descubrir la creciente publicación de artículos que socializan  investigaciones sobre los sitios, modos de hacer o figuras relacionadas con diferentes momentos de nuestras prácticas culturales pues con ellos aprendemos, recordamos, ampliamos o evocamos importantes historias o procesos relacionados con la identidad de nuestra sociedad.

Por ello nos alegra tanto el hallazgo de El otro Teatro Nacional[1], autoría de Roberto Méndez Martínez; texto contentivo de un enjundioso periplo por la historia de la concepción, edificación y evolución de un inmueble de valor invaluable para el patrimonio nacional. Entre los hitos fundamentales de este escenario teatral que apunta este autor, recordamos los siguientes:

- 28 de febrero de 1838. Con la iniciativa del Gobernador militar Miguel Tacón y del comerciante catalán Francisco Marty Torrens, se construye e inaugura un teatro de nivel similar a los europeos,  para acoger a las compañías operísticas que actuaban frecuentemente en La Habana. -De ahí su identificación como Teatro Tacón-.  

- 1841. La austriaca Fanny Elsser, una de sus más importantes intérpretes del ballet, estrena su primera temporada en este escenario. Así, Cuba devino el primer país de América hispana que representó esa disciplina.

- 1857. La empresa gestora del teatro fue adquirida parcialmente por el Liceo artístico-literario de La Habana, presidido por el Conde de Santovenia y dirigido por el polígrafo camagüeyano José Ramón de Betancourt.

-  1905. El Presidente Estrada Palma desaprueba su adquisición por el Estado y permite su transferencia al Centro Gallego - asociación regional hispana que lo reestructura en  función de su sede y de nuevos espacios culturales-. Se reinaugura el 22 de abril de 1915, con 2000 lunetas -menos de la mitad de la capacidad original- con la entonces paradójica  denominación de Teatro Nacional.

- 8 de junio de 1924. Se ejecuta el primer concierto de la Orquesta Sinfónica de La Habana.[2]

-1928. El Teatro Auditórium[3] le arrebata al Teatro Nacional,  las principales funciones de opera, ballet y de conciertos celebrados en nuestra capital.

- Desde 1936, fue el marco ideal para figuras claves de la danza española.

- A mediados de los años 50 pasados, se afecta sensiblemente su  estructura, al reconvertir la sala principal en cinematógrafo y entra en franco declive.

- Antes de 1959, la inminente inauguración de un teatro moderno en la llamada Plaza Cívica, [4] le arrebata el calificativo de Teatro Nacional y otorga al palacete de la calle Prado,  el de Tomas Estrada Palma.

- Desde 1961, comienza a llamarse Teatro García Lorca.

- Varios lustros después -cuando el  ala del edificio utilizada por el Centro Gallego se recupera- se le llama Gran Teatro de La Habana y se instala allí la sede del Ballet Nacional de Alicia Alonso mientras su sala mayor conserva el nombre del poeta granadino.  

Esta panorámica de Méndez sobre este inmueble de gran valor patrimonial nos hizo  evocar su relación con determinados sucesos de la radiodifusión cubana acaecidos en  las primeras décadas del siglo pasado; cuando ni el auge de la radio impidió sus estrechos vínculos con una de sus fuentes nutricias nutricias: el teatro.  

Desde el Teatro Martí habanero, las más importantes cadenas nacionales radiofónicas  radicadas en la capital,  emitieron de manera regular, numerosos conciertos  instrumentales de destacadas agrupaciones sinfónicas y de algunas escenificaciones  difundidas en tiempo real -en vivo-por toda  Cuba y más allá de nuestras fronteras geográficas.     

También, la pujante emisora CMQ Radio, se vinculó  con el entonces Teatro Nacional: 

1937-  En los rústicos estudios de su casa matriz, se inaugura un concurso de aficionados al arte que se convirtió en el mayor movimiento artístico popular de la época. Tras un año de eliminatorias provinciales, sus estrellas nacientes, compitieron a escala nacional y entre otros premios; sus ganadores obtuvieron trabajo en esta radioemisora. Liderado por el locutor y productor José Antonio Alonso Aday,  la competencia nacional celebro este magno evento,  en el más suntuoso escenario teatral de la nación: El Teatro Nacional.

1940- La boda de José Antonio Alonso con Xiomara Fernández -una de las jóvenes ganadoras en La corte suprema del arte- se celebra en el Teatro Nacional, en un monumental despliegue mercantil-comunicativo que devino uno de los hitos de nuestra naciente Industria Cultural. Entre otras acciones publicas, los registros de la época muestran como a la salida del teatro, los novios fueron recibidos por el famoso aviador Montenegro -  quien  tras un osado aterrizaje en el  Paseo del Prado- les obsequió un ramo de flores.  

1942- Las primeras zarzuelas representadas en los estudios radiofónicos cubanos se realizaron en CMQ Radio desde 1933, lideradas por el insigne Ernesto Lecuona. Durante la etapa de la II Corte Suprema del arte, CMQ Radio organiza, monta y representa con sus propios artistas; una temporada de zarzuelas cubanas que se difundió en tiempo real desde el Teatro Nacional,  a toda la nación. La mayoría de sus intérpretes fueron las mismas estrellas nacientes que unos años atrás habían triunfado en ese propio escenario. De esta manera, la investigación histórica refuerza los nexos entre el teatro y los medios de comunicación electrónicos de nuestra cultura desde el pasado. Esta labor debe intensificarse antes que los protagonistas -e incluso los documentos- desaparezcan definitivamente. Las nuevas generaciones necesitan identificar muchos hechos que hoy se han perdido  en la memoria colectiva nacional para evitar la existencia de lagunas históricas que atenten contra nuestra identidad. En el empeño de rescatar nuestro patrimonio tangible e intangible, todo el mundo cuenta.  

Al momento de entregar este articulo se conoció –el 11 de septiembre pasado- que en medio de una restauración de proporciones descomunales orientada a rescatar los valores patrimoniales de este inmueble; Estado cubano le otorgó la denominación de Gran Teatro de La Habana Alicia  Alonso; en homenaje de carácter excepcional en nuestro entorno pues  tiene lugar en vida de la artista fundadora y directora general del  Ballet Nacional de Cuba.

De esta manera,  los notorios aportes de Alicia a la Escuela cubana de ballet y a nuestra cultura, hermanan a tres iconos del patrimonio nacional: al teatro donde por varias décadas ha brillado el Ballet nacional y a su liderazgo creativo; que han prestigiado a nuestra nación.

 

 


[1] Revista Palabra nueva. No. 244. Noviembre de 2014.

[2] que radicara allí hasta 1937.

[3] Inaugurado por la Sociedad Pro Arte musical en 1928.

[4] Hoy Plaza de la Revolución.


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