Capaz de captar gamas de grises y blancos, movimientos, luces y sombras, el fotógrafo suizo Marcel Dousse crea magia en cada exposición, al punto de convertirse en inspiración para los espectadores.
No es de extrañar entonces que “El otro lado de la vuelta”, la exposición con la cual plantó su bandera en La Habana, constituya una suerte de ventana al mundo interior del artista a través de su visión del entorno en instantáneas.
La galería Joaquín Blez de la Fototeca de Cuba, es el espacio escogido para esta exhibición de talento, que despliega con maestría el sugerente uso de los tonos y la capacidad de la fotografía de cuestionar la realidad.
“El otro lado de la vuelta”, refleja la sensibilidad del creador y su constante búsqueda de nuevos escenarios, en los cuales reafirma la condición del individuo en su lucha por los derechos, detalla la presentación del proyecto.
De acuerdo con las palabras del catálogo, firmadas por la curadora Yanet Oviedo Matos, en esta exhibición Dousse regresa a su asideron predilecto: las instantáneas, para conjugar “interrogantes y respuestas, conectar las supuestas lógicas de los procesos humanos en sus diferentes contextos y exponer su ávido lente”.
La selección aproxima a “fragmentos, microhistorias, relatos urbanos, tejidos de memorias de pueblos y comunidades”, mediante imágenes imponentes, que dan cuenta de la atracción por “las oquedades que agujerean la realidad, los espacios de silencios y los alaridos de mundos en conflicto”.
Esta propuesta “recoloca la vista donde llega de lejos la luz del sol, donde pervive el ocaso, donde tienen suelo los incomprendidos, donde conviven los trajes blancos con las pieles de fuego”.
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