La compañía Danza Teatro Retazos fue fundada en 1987 por Isabel Bustos, nacida en Santiago de Chile un 9 de octubre de 1948, de nacionalidad ecuatoriana e hija adoptiva de Cuba, desde el año 1963. Bailarina, coreógrafa, profesora y directora ha dejado, además, sus huellas creativas en las artes plásticas, cuyos trabajos se encuentran en colecciones particulares de Europa, América Latina y Estados Unidos. De ahí que la original agrupación es, no hay duda, una expresión genuina de la fusión de encuentros de diferentes artistas, no sólo de la danza sino también de la música, la fotografía y las artes plásticas…
No por azar, Isabel Bustos se alzó con el Premio Nacional de Danza en el 2012. Además de dirigir la compañía, tomar ensayos, impartir clases, organizar talleres –por si fuera poco, varios encuentros, entre otros el Festival Internacional Danza en Paisajes Urbanos. Habana Vieja: ciudad en movimiento–, es la coreógrafa principal de Retazos. Y las obras de su repertorio están repletas de metáforas, lirismo, rica visualidad… Sus ansias de exploración en el movimiento no se agotan, como tampoco el ímpetu para continuar montando y remontando piezas. Por eso es imposible encontrarla ociosa.
El trabajo de Danza Teatro Retazos se caracteriza por la combinación de la emoción, el sentimiento y las sensaciones. A partir del gesto natural y cotidiano, Isabel Bustos –quien entre otras importantes distinciones ostenta la Orden Bernardo O’Higgins, en el Grado de Comendador, la más alta condecoración otorgada por el gobierno de Chile– ha creado un lenguaje lírico e intimista que busca reflejar las disímiles contradicciones culturales y artísticas de su tiempo. Desde la más absoluta vanguardia técnica, Danza Teatro Retazos orienta su coreografía con un marcado acento sobre la plástica, hacia una singular proyección escénica de las Artes Visuales. Su labor en la calle y de promoción de la danza, la distingue del resto de los colectivos cubanos. Sus obras representan una crónica de la espiritualidad latinoamericana en una danza reflexiva, impredecible, legítima y sobre todo vital. Títulos como Mujeres, En Sueños, Solamente una vez, o más tarde sus espectáculos de gran formato como Naturaleza muerta con gallina blanca, o Las lunas de Lorca..., son coreografías que ubicaron a Retazos en un punto alto de la danza en la Isla.
La brújula personal marca…
En este 9 de octubre, en que la versátil creadora celebra su cumpleaños traigamos a Isabel Bustos para que nos cuente y diseccione su trabajo a retazos (en coincidencia con el nombre con que bautizó a su compañía…) a partir de tantas memorias en el tiempo... Escarbando en la historia, su brújula personal indica que los inicios en la danza tuvieron la génesis en el ballet, que comenzó a estudiar en la escuela de la Casa de Cultura Ecuatoriana, y más tarde, en la Escuela Nacional de Arte (ENA) en Cuba, donde tuvo entre otros reconocidos maestros, a dos de las cuatro joyas del ballet cubano: Mirta Plá y Loipa Araújo. Más tarde entró a formar parte del Conjunto Nacional de Danza Moderna, en la actualidad Danza Contemporánea de Cuba (DCC), que dirigía el maestro Ramiro Guerra. Se especializó en composición coreográfica en París, en la reconocida Universidad de La Sorbona, y luego viajaría a México para conocer las técnicas Graham, Falco, Nikolais…, que le aportarían un perfecto arsenal para la creación futura en sus propuestas conceptuales y experimentales. Asimismo fue profesora en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte (ISA), y ha impartido talleres de improvisación y clases magistrales de Composición Coreográfica y Técnicas de Danza Contemporánea en Cuba, Ecuador, México, Inglaterra, Francia, Estados Unidos… Bustos, además, fundó entre 1977/78 la Compañía Nacional de Danza Moderna de Ecuador, y en 1981 Danza Experimental Contemporánea de Ecuador. Ha creado coreografías para diferentes compañías profesionales, entre las que se cuentan Union Dance (Inglaterra) y Repertory Theather (Estados Unidos).
Con toda la experiencia y estudios acumulados tenía abonado el terreno para sembrar la semilla, en esta tierra caribeña que le abrió anchas sus puertas, para la creación de un grupo donde confluyeran energías danzarías tan disímiles y atractivas. Cuando Isabel Bustos fundó la agrupación, ha comentado siempre que empezó a hacer las cosas diferentes, como bailarina/coreógrafa. Y comenzó a trabajar, intelectualmente, a través del gesto, a partir de sensaciones/emociones, yendo de lo cotidiano a lo universal y viceversa… Sumando a la labor, la plástica y, sobre todo, la poesía para decir algo en el movimiento. Subrayando siempre en su quehacer creativo una frase vital que marca la labor danzaría: buscar más en la gestualidad que en el virtuosismo, porque su técnica “está al servicio del mensaje. La técnica es una manera de disciplinar el cuerpo para hablar del espíritu”. Ese es según su creadora, el sello de Danza Teatro Retazos: del lirismo de una emoción, lograr que el público lo interiorice y se vea en la escena.
Con la ¿técnica? los bailarines pueden desarrollar sus capacidades, y entonces, cuando se olvidan del cuerpo, ir a la expresión, buscar en los adentros para comunicar sus ideas con el espectador. “Esa búsqueda de la técnica es la que estimulamos en Retazos, pues cuando los noveles bailarines llegan a la compañía quieren “comerse el mundo”, pero no han tenido tiempo de interiorizar y respirar con ellos mismos. Lograr la introspección lleva mucho tiempo, lograrla es batalla cotidiana”, ha subrayado siempre Isabel Bustos en sus diálogos. Lo otro, es cómo componer, como desarrollar una dramaturgia emocional que sea coherente para que la idea no se pierda en otros caminos. Lo fundamental es alcanzar la coherencia –puntualiza siempre la directora– en la propuesta, aunque esta sea diversa. En este punto trata de no perder el rumbo y se apoya en su visión sobre la plástica, la poesía. “Para mí lo más importante es la mirada y después el texto. Es decir, que trasmite una imagen y a partir de ella llegan los textos”.
En cuanto a la ¿coreografía? Es menester para Isabel Bustos, en este sentido, que cuando haces muchos movimientos y no surge una imagen concreta que te permita “dibujar” la idea central, no se llega a nada. Hay que alcanzar una síntesis definida, uno de los caminos que ella sigue para crear. Pues para “armar la dramaturgia del espectáculo, debo tener una idea central definida. Luego vamos a las improvisaciones, e incluso muchas veces los bailarines no conocen su fin. ¡Lo descubren, en realidad, en el ensayo general, y otros, luego de estrenada la obra! Ellos improvisan y luego corto, monto, edito… como si hiciera un video…”. Esa es la forma en que ella trabaja sus coreografías y se ha transformado en la base de la composición de sus obras. ¿Por qué? “Porque si les explico la idea de lo que harán puede transformarse en algo impuesto, se pierde espontaneidad y el bailarín no está emocionalmente involucrado”. Este trabajo muestra un alto nivel de confianza entre coreógrafo/bailarín, quienes están obligados a participar activamente en la construcción de la pieza. “Es fundamental que cada uno active, desarrolle su creatividad, pues no impongo ni una idea ni un movimiento, solo la emoción que es lo esencial”, suele responder la sutil creadora.
Sueños ataviados con la arquitectura colonial
En la parte metropolitana más antigua de la capital, Retazos tiene no solamente su sede: Las Carolinas (teatro ubicado en la calle Amargura, No. 61 entre San Ignacio y Mercaderes, La Habana Vieja), sino el espacio creativo vital del grupo que fundara hace más de tres decenios. El entorno de la Habana Vieja, sus habitantes, la cotidianidad y sus particularidades son inherentes a la rutina de la agrupación y los disímiles proyectos que lleva a cabo de conjunto con la Oficina del Historiador para –y con– la comunidad. Porque esa es la esencia de su labor con el movimiento constante, del ir y venir. Precisamente allí tiene lugar desde hace muchos años el Festival Internacional de Danza en Paisaje urbanos “Habana Vieja. Ciudad en movimiento”. Un encuentro que insiste en las premisas esenciales por lo que fue creado. A saber: cubrir un amplio espectro de tendencias/manifestaciones artísticas, exposiciones, conciertos, presentaciones de videoartes, performances… que siempre propician la incorporación de nuevos talentos, amén de animar y proponer el desarrollo profesional a través de cursos, talleres, conferencias y muestras de video, entre otras opciones propuestas. El ágil Festival, incluido desde 1999 en el Circuito Internacional Ciudades que danzan, fue creado hacia 1992 en la ciudad española de Barcelona e integrada por localidades europeas y latinoamericanas. El nuestro está organizado por Danza Teatro Retazos, la Oficina del Historiador de la Ciudad y auspiciado por el Centro de Teatro de La Habana. Un evento que ha logrado sumar miles de artistas/miradas/alegrías a la parte antigua de la ciudad de La Habana, además de revalorar su arquitectura e historia. Algo que converge, perfectamente, en el gran reto de los creadores, ese de enfrentarse a todo con emoción y fuerza: un teatro, una calle, un parque, una plaza… y “encender” el arte en el entorno, en el seno del pueblo.
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