El policiaco televisivo cubano es una oferta que el público agradece, en verano y fines años, por “refrescar” los contenidos, la dirección de la televisión programa su presencia en horarios de alta teleaudiencia. Series memorables como “Sector 40”, “Día y Noche” y “Tras la Huella” sintetizan toda una tradición que engrandece al género.
En nuestro contexto, las historias de los policiacos, seriales detectivescos o de espionaje suelen proponerse como reflejo de la labor heroica de los combatientes del Ministerio del Interior. Los casos que se desarrollan, en su mayoría, son basados en hechos reales, lo que eleva a una dimensión especial el vínculo de esas tramas con los públicos.
El indiscutible decano del policiaco de televisión en Cuba, el director Jesús Cabrera, ha arribado este 11 de junio de 2021 a 95 años.
Una larga vida que le ha permitido asistir a varios momentos de fundación que van desde las primeras transmisiones televisivas en Cuba y Colombia, a inicios de la década del cincuenta, hasta la creación de la Facultad de Arte de los Medios Audiovisuales del ISA, en 1988.
En una conversación con Chucho, como lo bautizara, en sus tiempos de joven camarógrafo, la conductora de “Cocina al minuto”, Nitza Villapol, sobresale la impronta del director que establece sus pautas y marca su tempo-ritmo. Tuvimos una larga conversación en la que pudimos advertir cuantos atributos forjan a este legendario hombre de los medios.
Me mostró fotografías, grabaciones de audio, archivos de video y especialmente recuerdos entrañables de la realización de sus audiovisuales.
“Para la preparación de En silencio ha tenido que ser, se conformó un colectivo de trabajo integrado por psicólogos, escritores como Abelardo Vidal, oficiales del Minint, nuestro jefe el general Fabian Escalante (Roberto) y algunos agentes, cerca de sesenta, como fue el caso de Nicolás Sirgado. De los distintos agentes que entrevistamos fuimos sacando los personajes de En silencio. Empezamos a trabajar y rápidamente se confeccionaron cuatro guiones, así arrancamos".
Me aprendí de tanto leerlo todo lo que debían decir los actores. Empecé a filmar, filmaba por la mañana hasta la tarde y por la noche me iba para la reunión preparatoria, eso lo hacía todos los días hasta que terminó el rodaje”.
“En silencio ha tenido que ser” constituye una serie de culto en la historia de la televisión cubana, su objetivo era el homenaje a los veinte años de la fundación de los Órganos de la Seguridad del Estado. La repercusión de este serial determinó la producción de una saga que incluía una segunda parte conocida como, “El regreso de David” y la singular “Julito el Pescador”.
“El agente en que se inspira Julito el Pescador se llamaba Juanito Saíz, yo lo miraba y estaba viendo a René de la Cruz, se le parecía mucho. Sus características nos fueron dando ideas para conformar el personaje. Para estas series escogimos a los mejores actores del momento. Un secreto para el éxito de nuestro trabajo es en el momento de la selección de los actores y demás especialistas. Hay que tener el tino para escoger a los que mejor pueden hacer su trabajo de acuerdo a lo que está planteado en el guion, ahí no se puede hacer ninguna concesión”.
Entre sus trabajos más recordados están, además: “La frontera del deber”, “Salida 19” y “El capitán Rolando”. Fuera del género policiaco se le recuerda como director fundador de los seriales “Horizontes”, junto a la guionista Maité Vera. Otro de sus trabajos inolvidables es la serie “Finlay”, en homenaje a ese eminente científico cubano.
“De Finlay solo existían sus libros científicos, pero ninguno decía quien era él como ser humano. Alguien me dijo que un doctor del Instituto de Neumología había escrito sobre la vida de Carlos J. Finlay y fui a verlo. Este doctor me dio la referencia de un médico muy viejo que lo había conocido y hacia él nos encaminamos. Se llamaba Francisco Lázaro, era un hombre de más de noventa años que cuando niño había conocido a Finlay por la amistad del científico con sus padres. El hombre tenía una gran lucidez y me contó cosas maravillosas sobre Finlay, incluso hasta sus defectos. Llamé entonces a Enrique Núñez Rodríguez y le dije Enrique la cosa es por aquí y empezó a escribir el guion”.
Cada una de las anécdotas que Jesús Cabrera nos hizo devela la pasión por su trabajo como realizador audiovisual, labor que algunas veces alternó con la de directivo en el Instituto Cubano de Radio y Televisión y la de decano fundador de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación del ISA, por esta última sentimos un agradecimiento eterno los que concretamos el sueño de hacer estudios universitarios a partir de la existencia de esa escuela.
Jesús Cabrera, a pesar de su existencia casi centenaria, se ha mantenido activo en el Consejo Nacional de la Uneac donde siempre pide la palabra para ofrecer su punto de vista sobre los temas relacionados con la producción audiovisual en nuestro país. La repercusión de su trabajo lo ha llevado a ser reconocido como Premio Nacional de Televisión y Doctor Honoris Causa de la Universidad de las Artes de Cuba.
En el final de nuestra conversación nos ofreció un mensaje para las nuevas generaciones de realizadores.
“Todo aquel joven que se acerque a la radio, el cine o la televisión debe preguntarse si realmente siente amor por este trabajo, si dentro de si la respuesta es positiva debe trabajar siempre con fidelidad, sinceridad, respeto y mucha disciplina”.
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