El escritor cubano José Soler Puig, Premio Nacional de Literatura, 1986, nació un día como hoy del año 1916, en la única Ciudad Héroe de la mayor de las Antillas: Santiago de Cuba, en cuyas calles transcurre la trama de su más celebrada novela, Bertillón 166, Premio Casa de las Américas en su primera edición de 1960.
Bertillón 166, es una novela esencial en el conjunto de la narrativa cubana revolucionaria; ha sido traducida a más de treinta y cinco idiomas, y cuenta con varias ediciones nacionales.
Por otra parte, a fines de los años sesenta fue radiada y televisada en la antigua República Democrática Alemana; en el año 2009 fue llevada al cine con guion de Xenia Rivery, por la realizadora Rebeca Chávez, con su cinta Ciudad en rojo, con mucho éxito de público y crítica.
Soler Puig se mantuvo hasta la adolescencia en Santiago, y luego se mudó para Guantánamo, después para la entonces Isla de Pinos, y posteriormente a Gibara.
Fue el escritor un hombre de múltiples experiencias, que le aportaron un conocimiento profundo de la psicología humana y lo convirtieron en un extraordinario constructor de personajes; además de vivir en varias provincias del país, también tuvo muchos oficios dispares: jornalero, vendedor ambulante, cortador de caña, pintor de brocha gorda, recogedor de café, billetero y vendedor de líquido de freno.
El también dramaturgo y guionista de cine y radio cubano, escribió la que sería su primera obra publicada a los 17 años: el cuento «Noche infernal», aparecido en la revista Cúspide (Central Merceditas, La Habana) en 1939 con la firma de José Magín Soler.
Ya nunca más dejaría de narrar; finalizando la década del 40 escribe una novela que tenía como tema central la vida de los inmigrantes haitianos, con un aliento evidentemente social, pero lamentablemente esta nunca fue hallada.
Luego del galardón otorgado por la Casa de las Américas en el 60, el escritor estuvo algunos años viviendo en la capital, periodo en el que escribió libretos para radio y guiones para cine.
En ese sentido, son suyos los guiones del cuento «Año nuevo», tercero de la trilogía fílmica Cuba 58, y del filme Preludio once.
En 1961, cuando tiene lugar la invasión a Playa Girón por la Brigada 2506, formó parte de los equipos del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos que filmaron los combates entre los invasores y los milicianos cubanos.
Posteriormente regresó a su ciudad natal y continuó allí la labor de libretista radial hasta 1980, escribiendo un total de doce novelas, entre ellas El nudo y El caserón que después el autor convirtió en narraciones y publicó.
Muchas de sus piezas narrativas han sido llevadas al teatro por diversos colectivos escénicos de la isla, y también se han versionado para la televisión, como su polémica novela El derrumbe (1964), que junto a El pan dormido (1975) y Un mundo de cosas (1982), constituyen momentos importantes en el desarrollo de la literatura nacional.
Desde muy joven escribió trabajos periodísticos con los que colaboró en un inventario amplio de publicaciones tanto en Santiago de Cuba, como en La Habana y en el exterior.
Se deben mencionar Carteles, Galería, Antorcha, Bohemia, la revista del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), Cultura'64, Del Caribe, y Santiago, Noticias de Hoy, Casa de las Américas, Lunes de Revolución, Unión, El Caimán Barbudo, Revolución y Cultura, Letras Cubanas, El Mundo Semanal (Colombia) y América Latina (Unión Soviética).
Antes de fallecer, el 30 de agosto de 1996, a la edad de 79 años, había sido objeto de homenajes y reconocimientos como la edición en 1988 por los Estudios Siboney, de Santiago de Cuba, del fonograma Encuentro con Soler Puig, que contiene fragmentos de su vida y sus novelas en su propia voz.
Esa, su tierra natal, también le confirió la distinción de la Ciudad; recibió también la Distinción por la Cultura Nacional, la Orden Félix Varela de primer grado, y en 1982 el Premio Anual de la Crítica Literaria por su novela Un mundo de cosas.
La trayectoria literaria de José Soler Puig, no es común, pues son pocos los escritores que reciben un lauro tan prestigioso como el de Casa de las Américas con su primera novela Bertillón 166, y además ésta se convierte en una lectura imprescindible para varias generaciones que no participaron en la lucha clandestina contra la tiranía de Fulgencio Batista, y que encontraron en sus páginas un retrato conmovedor y fiel de esa época de tanta trascendencia para la historia patria.
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