Un universo lleno de insinuaciones, la construcción artística que realza el espíritu humano y el modelado de zonas íntimas son elementos que han definido la paulatina transformación de un discurso abstracto.
Pasos por donde ha discurrido una composición; obras que nos aproximan al mundo de Julia Valdés, al hombre como centro del mundo en circunstancias específicas, el tránsito entre el arte figurativo y el abstracto y el importante papel que tiene en su hacer el dibujo, es el camino que ha recorrido esta artista, y que nos lleva a la exploración de sus acciones plásticas.
Incorporando temas autobiográficos para expresarse a través de la abstracción, la artista toma relatos de su experiencia personal y opta por un trabajo experimental, sensitivo y delicado.
Sobre sus lienzos refiere:
Asumo la tela como un elemento activo expresado a través de texturas visuales y táctiles. El lienzo no es un soporte pasivo, se convierte en un ente vivo y no en algo frío sobre el que colocamos cosas. Quiero que la tela exprese algo, al igual que la piel que sufre heridas y sobre ella quedan plasmadas una serie de experiencias de carácter personal.
Motivada, Julia inició aspectos técnicos de la plástica influenciada por la obra de René Valdés, importante escultor santiaguero y, además, su padre. A pesar de que la escultura le proporciona recursos atrayentes, y que hicieron que se familiarizara con materiales como la madera y el mármol, desde su sensibilidad se inclinó hacia la pintura y el dibujo como lenguaje universal para expresarse; sin descartar el grabado, una experiencia en donde el tratamiento con texturas e impresos enriqueció sus obras, percatándose de que cada técnica le proporcionaba un sinnúmero de posibilidades para transmitir ideas y retroalimentarse en pos de alcanzar un resultado valioso.
Nos cuenta:
Estoy convencida que el artista se va formando a través de la investigación. Cada obra es un proyecto, y es por eso que el creador tiene que tener claro su intención y cómo va a llevarlo a vías de hecho. Las academias dan herramientas y como las tenía, opté por pintar y desarrollar mis ideas. Indudablemente, la escuela forma, pero también el artista tiene que ejercitarse por su cuenta.
Obras de gran formato en busca de mayor impacto visual, espacial y temporal. El empeño por proteger todo un ritual en donde planos desolados y altos contrastes son elaborados para que el público aprecie diferentes instantes dentro de la misma pieza.
Manchas que adquieren un hacer coyuntural. Muestras de luces como impresiones de vida, escenas que dejan ver situaciones, escondrijos de la memoria, del cuerpo o la ciudad. Cobijada bajo sugestivos ambientes, la naturaleza de Julia nos devela una obra llena de confrontaciones entre gestos, materialidad y tensiones dramáticas, elementos que han definido la trasformación de su discurso abstracto.
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