El 15 de mayo de 1974 se estrenaba en Cuba la versión de Alicia Alonso de uno de los más grandes clásicos del ballet universal: La bella durmiente del bosque. Esta sería también llevada por Alicia Alonso al repertorio del ballet de la Opera de París, donde se haría acompañar por los bailarines Ofelia González, Pablo Moré y la maitre María Luisa López.
La compañía realizaría visitas a Suiza, Yugoslavia, presentaciones en el Festival de Nervi, Italia; y por varias ciudades de Francia, entre ellas París y Avignon, donde actuarían en el famoso festival que se celebra en el antiguo Palacio de los Papas. En esta actuación se produciría un suceso insólito: Ekaterina Maxímova, la pareja del famoso bailarín ruso Vladimir Vasiliev que participaba en el evento, se indispuso repentinamente y peligraba la presentación del pas de deux Don Quijote. Entonces fue solicitada la ayuda del Ballet Nacional de Cuba y la ballerina escogida para sustituir a la Maxímova fue Josefina Méndez, para ser la primera cubana que bailara con esta estrella del ballet internacional.
Josefina Méndez y Jorge Esquivel, protagonistas del estreno de la versión de Alicia Alonso de La bella durmiente en 1974
En 1972, durante una gira europea del Ballet Nacional de Cuba por Europa, Alicia Alonso la interrumpiría para viajar a España con el propósito de una intervención de la vista con el objetivo de mejorar su dañada visión, lo que acarrearía la interrupción de sus actuaciones durante largo tiempo de convalecencia y la asunción de sus roles principales por las primeras bailarinas vigentes: Mirta Plá, Loipa Araújo y Aurora Bosch.
Para finales del año 1974, Alberto Méndez fue comisionado para realizar el ballet Mujer con vistas a un evento de la Federación de Mujeres Cubanas. En la obra actuaban todas las primeras figuras de la compañía, pero, como se sabe, Alicia estaba convaleciente de la operación que sufriera en dos años antes y estaría ausente.
Loipa Araújo como Carmen
La noche del estreno de Mujer en el Teatro Lázaro Peña el 24 de noviembre, ante el asombro de todos, hacia el final del último cuadro, apareció Alicia sobre las puntas, para darle a la obra una connotación histórica.
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