Al cierre del primer cuatrimestre de este 2024, con la puesta en circulación de La Bohème, publicación de la Alianza Francesa de Cuba, nos certifica su director Alexandre Guillochon que se inicia una nueva época para la revista. Presentada como el número 103, enero-abril de 2024, preside su portada la obra del artista visual Maden Morgan, una pieza titulada “Tiempo negro”, elaborada entre yute, madera, tintas y adosados de otras texturas; la materialidad de la obra misma avizora que el reloj marcará el ritmo interior del magacín. Para la Alianza Francesa de Cuba, donde la promoción de la lengua, la cultura franco-cubana y el universo francófono son misión y voluntad, las páginas que integran las diferentes jornadas, contienen el deseo de multiplicar los esfuerzos, conocimientos y acciones que se conciben en la institución franco-cubana.
La Alianza Francesa de Cuba (AFC) forma parte de una amplia red de más de ochocientos establecimientos repartidos en ciento treinta y seis países sobre los cinco continentes. Esta red es la primera ONG cultural del mundo. En Cuba, la primera Alianza Francesa se creó en 1883 al mismo tiempo que la de París. Fue reconocida oficialmente en 1951, etapa que marcaría la celebración de los primeros setenta años en el pasado 2021.
Al igual que sus pares en todo el mundo, la AFC tiene tres misiones cardinales: la enseñanza del idioma francés, la animación cultural y la documentación. Centro de idiomas y centro cultural, es un lugar muy vivo, prestigioso y profundamente arraigado en la cultura cubana, un espacio abierto a la diversidad de pensamiento y creación, un lugar de reflexión que promueve el diálogo intercultural. Un lugar para promover jóvenes talentos. La AFC desarrolla su acción en cuatro sitios (tres en La Habana y uno en Santiago de Cuba), en estrecha relación y con el apoyo de su prestigiosa junta administrativa (presidida por el doctor Eduardo Torres Cuevas e integrada por figuras de la talla de la poeta Nancy Morejón, entre otras personalidades), del Servicio de Acción y Cooperación Cultural de la Embajada de Francia y con una red colaborativa de instituciones educativas y culturales cubanas.
El número más reciente de La Bohème, a lo largo de sus casi cien páginas, va juntando la exquisitez del diseño de Alfredo Diago con el peso de los textos que dan cuerpo a las diferentes secciones. Publicación que informa y a la vez describe y complejiza los temas tratados. No basta la nota informativa siempre necesaria y oportuna, la referencia a sus programas de formación, cursos, exámenes, los proyectos de sensibilización educativa a partir de la enseñanza del francés para niñas, niños y adolescentes; hay también artículos de rigor que se mueven en diferentes zonas de interés para la comunidad lectora.
El cuatrimestre registrado abarca la participación de la AFC en la pasada 32 Feria Internacional del Libro de La Habana, con la distinción obtenida en reconocimiento al Mejor Stand Modular. Así, la AFC en su vocación por lecturas y escrituras que posicionen un pensamiento oportuno sobre el mundo francófono, anuncia sus novedades y fondos resguardados en la mediateca Aimée Césaire. Hay referencias al libro/exposición “Danseur/Bailarín” curada por Marc Sagaert a partir de las fotografías del joven cubano Arnol Sthal; el viaje que nos propone la poeta, ensayista y traductora Nancy Morejón en “La profunda Habana de sus barrios”, con la inclusión de varios de sus textos poéticos e imágenes espectaculares de la ciudad. Un dossier que recupera los trazos del 24 Festival de Cine Francés en Cuba, evento de fuerte gusto popular. Con las intervenciones de Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba, donde evoca momentos, historias de esa gran significación que es la cinematografía gala para nosotros. Mientras que el crítico y profesor Joel del Río en “Le cinéma et mort, ¡viva el cine!” parte de sus vivencias alrededor del “fenómeno del cine francés” hasta esas cintas y estrellas que han armado su universo apreciativo y amante de la manifestación. El paso por las salas de cine del filme documental “En el calor de los años fríos”, de los jóvenes realizadores Darius Kaufmann y Eytan Jan; material que se adentra en la Cuba posrevolucionaria de los años sesenta, la era de muchas posibilidades para los cineastas y públicos cubanos. La periodista Adalys Pérez en entrevista a uno de los mentores del Festival, al director Christophe Barratier, nos certifica que el cine nos mantiene jóvenes.
Y sí, La Bohème, en su hechura editorial mantiene un soplo joven, hace foco en el mes de la Francofonía 2024 en Cuba, de lo mucho que trajo el evento para La Habana y para Santiago de Cuba. Xavier North en su conferencia “Un château para la lengua francesa”, amplifica el postulado de Edouard Glissant sobre este idioma que existe en presencia de todas las lenguas del mundo. Mientras que el creador multifacético Frédéric Dumond afirma que la lengua es un territorio aun por explorar en sus márgenes y centros. La muestra selecta de Dumond, en su conjunción temática, propositiva y en devolución de las inmersiones hechas por el artista en sus vueltas al mundo, encarnan el tiempo y el espacio, tal como la pintura de Maden Morgan.
Para el poeta, profesor, traductor y narrador cubano José David Curbelo, sus relaciones con la literatura y la lengua francesas pueden ser vistas como una historia de amor. Nos asegura que “hay que leer tanto a un autor hasta convertirse en él para que, luego de que nos nutra, sus ideas, sentimientos y ganancias estilísticas afloren en nuestra propia voz de manera natural”. Y ahí la emergencia de su gusto por Guillaume Apollinaire, por Jean Genet o Fabienne Kanor. No pueden faltar en este número las referencias cruzadas entre la lengua y el ballet francés, de su génesis y toma/daca de terminologías, experiencias, caminos, repertorio y figuras, que arman los actos de transferencias de un lenguaje universal. Testificar que el vocabulario de la danza académica nació de la mente y la imaginación francesas, de las intrigas y jerarquías palaciegas, de su ser metáfora culterana del poder político, en consecuencia, su know-how carecía de precisión y energía en una lengua otra.
Hacia el cierre de la revista, el pasaje por las exposiciones que han habitado la galería del Palacio de Prado, sede principal de la AFC, junta el impulso de Andy Mendoza, Harold Ramírez y Rolando Galindo, quienes en tríada testifican que, como Duchamp, el valor simbólico de lo coyuntural, lo fugaz y lo efímero del arte es desafío al paso del tiempo. “Del piso no pasa”, fue la muestra que contó con la curaduría de Atenea AK, donde los artistas ponen en valor simbólico la exaltación del efecto que provoca el aquí y ahora en el acto artístico. Mientras que para Yamilé Tabio, las máscaras de “Yimboró”, en la muestra de Maden Morgan, deja ver la mano labrante de Víctor, la pureza transfigurada de los materiales reciclados, quizás como metáfora de sus modos mirantes del mundo, de sus herencias y apetencias. Y sí, “la mezcla de relojes, del tiempo entrelazado en el yute y la ausencia de color, dotan de misterio el trabajo pictórico y gráfico, siendo precisamente, el tiempo y las costuras de sus lienzos las alegorías que tratan de anunciarnos las historias inconclusas en cada pieza”.
La AFC, como centro para la enseñanza del idioma francés, recibe a más de cuatro mil estudiantes cada año. Cuenta con un equipo de profesores calificados en FLE (Francés como Lengua Extranjera), cuyas prácticas innovadoras se actualizan sistemáticamente a través de formaciones continuas y especializadas, tanto en Cuba como fuera del país. Nos recuerda Marie-Hélène Mieszkin, directora pedagógica de la institución, que es la AFC el único centro examinador autorizado en Cuba para la certificación internacional de todos los niveles de francés (DELF, DALF, TCF, TEF).
Y todo ello unido a la amplia agenda cultural que desde el Palacio de Prado (sede principal de la AFC) y su extensión a las demás sedes habaneras y a Santiago de Cuba, pone en relación proyectos innovadores alrededor de las industrias culturales y creativas, y las manifestaciones del arte y la cultura. Donde el aprendizaje de la lengua francesa está al alcance de todas y todos. Niñas, niños, adolescentes y adultos, sin límites de edades máximas son bienvenidos a los cursos regulares, intensivos y especializados. Al decir de unas de nuestras docentes líder, la maestra Leysa Buides Secada, “a golpe de martillo y cincel nos preparamos para un ejercicio nacido del respeto a la profesión y de la sed de comprender, aprender y dialogar” en esos modos generosos de moldear la arcilla.
De esos tránsitos está hecho el nuevo número de La Bohème que ahora presentamos. Puede ser consultada en versión impresa en la sala de lectura de mediateca de la Alianza Francesa en la sede del Palacio de Prado, pero está disponible en formato digital para su descarga y lectura detenida. Siga el link en www.alianzafrancesacuba.org o visite nuestras sedes para obtener la copia digital del nuevo número.
Al tiempo que lanzamos nueva convocatoria para colaboraciones dentro del perfil de la revista, insistimos que busque La Bohème y dímelo en francés
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